UN MAPA QUE NO CONOCEN LOS ESTADOUNIDENSES

 



UN MAPA QUE NO CONOCEN LOS ESTADOUNIDENSES

La mayoría de los estadounidenses no conocen que gran parte del actual territorio de EE. UU. estuvo bajo dominio español durante siglos.

LO INDICAN LAS ENCUESTAS

Diversas encuestas sobre conocimientos históricos en EE. UU. indican que la gente suele recordar a las trece colonias británicas y la Revolución Americana, pero mucho menos la presencia española.

OMITEN LA EXPANSIÓN ESPAÑOLA

La enseñanza escolar suele dar más espacio a la colonización inglesa y francesa que a la española, a pesar de que España controló territorios enormes en Norteamérica.

DESCONOCEN LA HISTORIA

Desde el siglo XVI, España fundó asentamientos en Florida, Texas, Nuevo México, Arizona, California y otras regiones del suroeste.

La Luisiana española (1763–1800) también cubría buena parte del centro del país actual.

Ciudades como San Diego, San Antonio, Santa Fe o Los Ángeles tienen orígenes hispanos.

En 1819, con el Tratado Adams-Onís, España cedió Florida a EE. UU.

El retroceso del poder español y luego las independencias hispanoamericanas dejaron esos territorios abiertos a la expansión estadounidense. Y pronto fueron invadidos.

NO SE CONOCE

Académicamente sí se conoce, y en universidades o entre historiadores estadounidenses está claro el peso de España en la conformación territorial.

En la cultura popular y la memoria colectiva, sin embargo, el relato dominante es anglosajón: se suele pensar que EE. UU. nació solo de las colonias británicas, minimizando el papel de España y de México.

#sp_usa #sp_hispanoamerica

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El GRAN ENGAÑO de la INDEPENDENCIA de América

 



El GRAN ENGAÑO de la INDEPENDENCIA de América




Cervantes no era homosexual

 


Cervantes no era homosexual

@ignaciopozo

No, Don Miguel de Cervantes no era gay, homosexual o como quieran decir. Tuvo mujer y amante, femeninas ambas y con descendencia.

Venir a crear esa fantasía desde la frustración de los que fermentan su deseo hacía quien ni en sueños podrían conquistar, como oscuro fundamento de una película que por muy bien que pueda rodarse y por mucha pasta de la que haya podido ser beneficiaria, solo puede ser el reflejo de un sectarismo enfermizo que se prodiga al amparo de la subvención y del sol que más calienta; siendo sólo una muestra màs de la falsedad que impera y que a mí, desde luego, no va a moverme hacia la butaca.

Puestos a transgredir y basados en sus propias manifestaciones, hechos reales e investigaciones rigurosas; el cineasta podría haber desarrollado su talento haciendo un filme sobre el desprecio y abandono de Pablo Neruda hacia su hija discapacitada, la boda de Antonio Machado con una niña de 15 años cuando él tenía treinta y tantos, la crueldad del Che Guevara hacia los homosexuales o las peripecias del tesoro del "Vita" fruto de los saqueos que Indalecio Prieto hizo desaparecer por arte de birli birloque en ese México donde ni Troski pudo vivir seguro, por citar sólo alguna de las historias que nunca serán llevadas al celuloide al apartarse de la narrativa y de la consiguiente inyección monetaria.

Dicho esto, sólo me queda honrar en la medida de mis humildes posibilidades, la memoria del escritor más universal que, además, es mi paisano.

 @asanGarzon

 

UN CERVANTES QUEER: OPERACIÓN CULTURAL

 Resulta que Miguel de Cervantes, soldado de Lepanto, cautivo en Argel, funcionario mediocre y escritor inmortal, no sólo inventó la novela moderna: también, según las nuevas luminarias del revisionismo cultural, fue un icono queer avant la lettre.

 ¿Las pruebas? Ninguna. ¿Los indicios? Menos todavía. Pero eso da igual: hoy la verdad historia no se estudia, se tunea y se impone. Pero el negocio está claro: no se trata de mostrar al Cervantes que fue, sino al que conviene.

Uno que se ajuste a los cánones ideológicos del presente, donde todo histórico debe ser deconstruido y rearmado al gusto del consumidor. A este paso tendremos un "Cervantes republicano", un "Cervantes feminista", un "Cervantes vegano" un "Cervantes queer"... y un "Cervantes influencer". Lo trágico no es la ficción, que es legítima; lo trágico es el camuflaje.

Porque al final, por muy bien hecha que esté la película, esta operación no es arte, es ideología disfrazada de biografía.

 Una apropiación cultural de manual: convertir al manco de Lepanto en bandera de causas ajenas. Y todo ello en nombre de una “verdad alternativa” que no resiste ni el archivo parroquial más polvoriento.

Visto lo cual, Sancho podría acabar diciendo: Señor, a este paso también dirán que yo soy no binario y Rocinante, pansexual.

Lo dicho. Se trata de una operación política y cultural, más que histórica o filológica. Es lo que vende