Los
cuatro Papas del siglo de Jesucristo
Fueron
mártires
Desde S. Pedro hasta la
actualidad hay 266 Papas.
En ese primer siglo, todavía no
se empleaba la palabra Papa y se consideraba como sucesor de Pedro, a la cabeza
de los otros obispos, al obispo de Roma.
Durante el gobierno de estos primeros papas, en pocos años, la Iglesia se expandió por todo el entorno
del Mediterráneo, del Imperio Romano. Teniendo en cuenta el perfil humano de
los primeros Doce Apóstoles esta expansión solo se explica por la milagrosa y
contínua intervención del Espíritu Santo. Se organizó la estructura
organizativa mínima de obispos y diáconos. Hicieron frente a las primeras
persecuciones.
En vida de estos primeros papas
se terminó de escribir la Biblia, su parte definitiva, el Nuevo Testamento, por
los cuatro Evangelistas, Los Hechos de los Apóstoles y las Cartas pastorales de
Pablo, Pedro, …
Sufrieron persecuciones por parte
de los judíos y de los emperadores Romanos: Nerón, Domiciano y Trajano.
San Pedro murió crucificado en
Roma bajo el mandato del Emperador Nerón.
Estos fueron los tres primeros
sucesores de Pedro, elegido por Jesucristo como cabeza de su Iglesia y de los
Doce Apóstoles:
San
Lino, (67-76)
Todos los antiguos registros de los obispos romanos, que nos han sido
transmitidos por San
Ireneo, Julio
Africano, San
Hipólito, Eusebio
de Cesárea, también el catálogo Liberiano del 354,
colocan el nombre de Lino directamente después de San Pedro.
Nacido en Volterra (Italia), fue
elegido Obispo de Roma en el año 67.
Murió martirizado 76. Enterrado cerca de San Pedro. Creó los primeros quince
Obispos. Durante su pontificado fueron martirizados los evangelistas Marco y
Lucas.
Hace mención de Lino el Apóstol Pablo en aquellas palabras de la
Carta a Timoteo: "Te mandan saludos Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos
los hermanos" (2 Timoteo 4,21)
Una tradición dice que su padre fue
Herculano, y su madre aquella misma Claudia, cuyo elogio hace el Apóstol San
Pablo escribiendo a Timoteo desde la prisión nueve o diez meses antes de su
muerte; lo que da motivo a creer que toda aquella ilustre familia había
abrazado el cristianismo durante las apostólicas excursiones que San Pedro y San
Pablo habían hecho por toda Italia.
San Anacleto (Cleto),
Roma (76-88)
Hoy la Iglesia en su catálogo de la sucesión
apostólica sigue la lista y el orden ofrecido originalmente por Ireneo de Lyon en el año 180, y menciona solamente como a una
misma persona a Anacleto también llamado Cleto
Elegido en el 76, murió en el 88
mártir. Fijó las normas para la consagración de los Obispos. En el barrio
Vaticano, cerca de la tumba de san Pedro, hizo construir un oratorio destinado
a la sepultura de los mártires. Prescribió la forma de los hábitos
eclesiásticos.
Anacleto
era de origen romano, hijo de
Emiliano, nacido en la calle Patricia de la región o barrio quinto, y
habiéndole convertido a la fe el Apóstol San
Pedro se hizo discípulo suyo, fue
ejemplo y modelo de todo el clero de Roma.
Con
su afabilidad conquistaba los corazones de todos, hasta de los mismos paganos. Tenía
San Pedro tanto aprecio a Anacleto, que se cree, y con razón, haberle escogido
juntamente con Lino, no sólo
para trabajar a su visita en Roma y sus contornos, como los demás cristianos,
sino también para que en su presencia gobernasen aquella primera Iglesia del
mundo.
San Clemente I (88-97)
Romano. Mártir. Elegido en el 88, murió en el 97.
Exiliado por el emperador Trajano del Ponto, fue arrojado en el mar con
un áncora al cuello. Restableció el uso de la Confirmación según el rito de san
Pedro. Empieza a usarse en las ceremonias religiosas la palabra Amén.
Se le considera el primero de los Padres Apostólicos.
Escribió una carta a Los Corintios, que es el documento Papal
más antiguo que se conoce (después de las cartas de San Pedro). En esa carta da
muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma.
Fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de
Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil
cristianos. Las Actas antiguas añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos
paganos y los bautizó.
San Ireneo dice que Clemente vio a los apóstoles Pedro y
Pablo y trató con ellos.
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