Las
parroquias y la Iglesia Universal
Dos circuitos, en algunos
temas, desconectados
Es
admirable la unidad de la Iglesia Católica
extendida y repartida por tantísimos países y los lugares más recónditos. Esa unidad en la fe,
la doctrina y la moral de la Iglesia
Católica, que ha luchado por mantener durante toda su historia, le da una solidez
que genera prestigio y confianza, a pesar de las debilidades y errores que
cometemos los que formamos parte de ella.
Es
admirable la firmeza de los sacerdotes y párrocos que confirman día a día a sus
fieles en la unidad de fe de la
Iglesia, a pesar de los continuos ataques y polémicas entorno
a puntos centrales de la vida humana como el matrimonio y la familia.
En
las últimas décadas, de profundos cambios en las técnicas y cultura de la
comunicación la Iglesia
ha sabido adaptarse y los últimos Papas han sido verdaderos líderes en el uso
de los medios de comunicación para transmitir, comunicar, el mensaje de
Jesucristo a la humanidad.
Es
quizá en este tema, en el que se puede detectar una descoordinación entre la
forma de transmitir el Evangelio desde las cabezas de la Iglesia y la falta de
experiencia en comunicación en algunas parroquias. Una descoordinación entre la
cabeza institucional y los pastores locales.
Sin
ninguna duda, la función de uno y otro son distintos, el público, las ovejas a
pastorear, son distintas. Los pastores locales deben adaptar los contenidos y
formas universales de la
Iglesia a la cultura y necesidades particulares de los fieles
locales.
Actualmente
ya hay muchos fieles activos que, con iniciativa siguen, sobre todo en las redes, la vida y
actividades de la Iglesia
y el mundo católico, pero, la gran mayoría de católicos son de ¨misa dominical¨
solamente y desconocen la situación de la Iglesia en el mundo, las acciones institucionales
que se realizan desde la
Jerarquía y los mensajes comunicadores del Papa.
Por
ejemplo, en algunas parroquias casi no se habla de los viajes del Papa, o de su
presencia en la ONU,
o de la tragedia que están viviendo los cristianos en oriente.
También, por
ejemplo: para el reciente Sínodo sobre la familia se realizó un importante
esfuerzo participativo, en su preparación y ejecución, recogiendo información
desde las parroquias y los obispados pero, sin embargo, las conclusiones del
Sínodo no han tenido un retorno ni eco suficiente en algunas parroquias,
quedando los fieles de ¨misa dominical¨ a merced de de la sucinta y desfigurada
información de los medios de comunicación.
Es
admirable ver la actividad de sacerdotes y párrocos que tienen que
multiplicarse para asistir a reuniones, actividades y atender una cantidad de
fieles que les desborda y les busca para resolver problemas que, muchas veces,
corresponden a los asistentes sociales o, simplemente los fieles que buscan a
alguien de confianza que les escuche.
Esta
situación de falta de tiempo de los sacerdotes, puede generar falta de
dedicación a las prédicas y homilías y terminan acudiendo al fondo de su propia
formación, que es buena, a sus propios
recursos y a los contenidos, a veces clásicos y repetitivos. La falta,
justificada, de tiempo para la preparación de las prédicas, hace que no se
aprovechen las enormes fuentes de contenidos y noticias que la Iglesia Universal
genera cada día.
La
preocupación por lo local, lo inmediato, puede hacer perder la visión
universal, católica, además de desaprovechar las experiencias y ejemplos de
católicos por todo el mundo que pueden dar a las predicaciones mayor viveza y
actualidad, evitando los contenidos genéricos e insulsos y la forma poco
atractiva de transmitirlos.
Dentro
de la formación que reciben los sacerdotes en el seminario se incluye la apertura a la evolución de la cultura
social y el amor a lo universal. Este espíritu deben mantenerlo cuando se
encuentran inmersos en las múltiples actividades parroquiales y diocesanas.
En
el escalón superior, los obispados y Conferencias Episcopales están haciendo un
enorme esfuerzo de actualización y su presencia en la opinión pública es cada
día mayor. Es notable la fuerza de muchos medios de comunicación propios de la Iglesia (tv, prensa,
radio) y se va notando la actividad de
oficinas de prensa profesionales tan necesarias para inundar de noticias vivas
e interesantes, del ámbito católico, a los medios de comunicación que tanto
distorsionan la verdad.
Estas
oficinas de prensa de los obispados y Conferencias Episcopales se están
profesionalizando y llevan más la iniciativa en la información sobre la Iglesia, universal y local,
para no actuar a la defensiva, o interviniendo solamente cuando se cometen
injusticias o desinformaciones referentes a la Iglesia sino, generando
noticias vivas, atractivas y positivas para los medios, que tanto las
necesitan.
Con todos estos pasos se podrá eliminar la
brecha existente entre la información asombrosa que se mueve en los medios de
comunicación y en las redes, por católicos con iniciativa y la escasa información que llega a los católicos
de ¨misa dominical¨, que son la gran mayoría.