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¿Y qué pasa con el 96% restante de pedofilia?
¿Y
qué pasa con el 96% restante de pedofilia?
Ni el celibato, ni el
matrimonio son causa de pedofilia
La Iglesia en Francia encargó en noviembre de 2018 a Jean-Marc Sauvé un
estudio de abusos a menores.
Sauvé es un veterano
político y gestor, católico declarado, que fue secretario general del Gobierno
francés de 1995 a 2006 y es, desde entonces, vicepresidente del Consejo de
Estado francés.
El resultado es el
llamado "Rapport Sauvé": un informe de 500 páginas, con otras 1.500
de apéndices.
El informe en inglés
aquí: https://www.ciase.fr/medias/Ciase-Summary-of-the-Final-Report-5-october-2021.pdf.
Para conocer un poco
más acerca del método de investigación empleado, se puede ver, entro otras
mucha fuentes informativas, el artículo
de Rel L en : https://www.religionenlibertad.com/europa/268441391/informe-sauve-francia-6-por-ciento-abusos-menores-son-eclesiales.html?eti=2233#%23STAT_CONTROL_CODE_3_268441391%23%23
Hay que añadir que los datos del informe francés
no corresponden a ninguna estadística real, sino que se trata tan
solo de una hipótesis proyectiva.
En ese período de 70
años, unos 5,5 millones de personas vivas hoy en Francia habrían sufrido abusos
sexuales antes de llegar a la edad adulta.
De ellos, un 4% de víctimas vivas hoy, habrían sufrido
los abusos por parte de clérigos. Es decir, el 96 % son víctimas de la sociedad civil, no eclesiástica.
Los
abusadores serían entre el 2,5% y el 2,8% de los varones clérigos y varones
religiosos durante esos 70 años en Francia.
Es muy dolorosa esta
información, que ya no nos sorprende, pero hay que felicitar a la Iglesia de
Francia por haber realizado tan extenso y técnico estudio y, por la franqueza y
transparencia de su difusión. Hay que felicitar al Vaticano porque parece que,
en todo el mundo, se están tomado las medidas, protocolos y cautelas, aunque
deberían haberse tomado hace más de 50 años.
Sin ánimo de quitar
gravedad al problema, es importante
salvar el honor del 97,2% del clero francés que ha sido y es sano.
No se pueden
extrapolar los datos de un país como Francia al resto de países, pero sí que se
tienen que encender alarmas de luces rojas de lo que ha pasado y está pasando
en el resto de países.
Pero, ¿ qué hacemos en
la sociedad civil?, ¿No nos asusta lo que pueda pasarles a nuestros hijos?
La Iglesia se está
esforzando seriamente por resolver el 4% de los casos, pero ¿ qué se está
haciendo para resolver el 96% de los casos, es decir, la gran mayoría de los
casos?
Parece que a la
sociedad solamente nos llama la atención el hecho del escándalo, justificado,
de los eclesiásticos, pero ¿no deberíamos reclamar a nuestra sociedad civil, a
nuestros gobiernos, que comiencen a tomar medidas rigurosas, como lo hace el
Vaticano, para controlar esta plaga de los abusos de menores?
Por ejemplo: ¿ qué
hacemos en la sociedad civil para combatir la pornografía infantil?
Son frecuentes los
comentarios en los que se afirma que el celibato eclesiástico es la causa de ese
2,7 de abusadores eclesiásticos, lo que es completamente equivocado, porque,
entonces, como en el 96% restante de abusos, la gran mayoría son realizados por
personas casadas, ¿se podría afirmar que el matrimonio es causa de la
pedofilia? Por supuesto que no.
Ni el celibato, ni el matrimonio, son causa de los abusos sexuales de menores. Entre otras cosas, en la sociedad civil tendremos que investigar la situación sociológica, médica y sicológica de las personas con tendencia a la pedofilia, si queremos prevenir y frenar este grave problema.
Tendremos que analizar porqué en países del norte de Europa hay grupos que solicitan legalizar las relaciones sexuales con niños.
Tendremos que investigar qué relación tiene la homosexualidad con la pedofilia.
Tendremos que poner freno a la pornografía infantil en las redes.
Este problema existe
desde que existimos los humanos, la diferencia es que ahora tenemos
conocimientos y recursos para analizar sus causas y prevenir y frenar esta
plaga.
Las estadísticas nos dicen que la mayoría de ese 96% de abusos de menores, más del 80% de los abusos, son realizados por personas cercanas a los niños: parientes, vecinos y amigos. ?Porqué no se realizan campañas de advertencia sobre esos riesgos a la sociedad civil, vamos a permitir que los cercanos a los niños sigan abusando?
Pero parece que el problema se quiere concentrar en hacer daño a la Iglesia, en lugar de atacar el problema en su raíz.
CONTRA LUTERO... y su legado...
CONTRA LUTERO... y su legado...
Estigmatizar a todo un pueblo, el español y la hispanidad, es lo que hizo y hace el protestantismo, desde Lutero a Schiller, como tampoco hay que olvidar la persecución implacable de que los luteranos hicieron víctimas a los anabaptistas y a otros disidentes.
Lutero
escribió: «tolerabilius ese vivere sub Turca quam Hispania, nam Turcam
confirmatio regno servare iustitiam, sed Hispanos plane esse bestias» («más
tolerable es vivir bajo poder turco que español, puesto que los turcos
sostienen su reino con la justicia, mientras que los españoles evidentemente
son bestias») y muchas otras lindezas xenófobas que solo podían salir de un
xenófobo analfabeto inspirado por el demonio con el que se encuentra.
Para los que piden citas, solo ésta, pues intento evitarlas para ahorrar tiempo a quien me lee (no busco nunca probar o convencer, pero sí volcar solo verdades): Heinz Schilling, Del imperio común a la leyenda negra: la imagen de España en la Alemania del siglo XVI y comienzos del XVII, en España y Alemania: percepciones mutuas de cinco siglos de historia, Madrid, 2002.
Y es que España
fue y es atacada por todas partes porque permaneció católica tras Lutero, y
para más, defendió la fe y la llevó por toda la humanidad.
Lutero fue
maestro y precursor de la propaganda. Él fue el primero. En Wittemberg, el
convento agustino que convirtió en un palacio para su familia y amigos, se
pueden ver los panfletos que realizaba: todos violentísimos, anticatólicos,
llenos de falsedades que luego circulaban por toda Alemania, en especial entre
la población más pobre y menos instruida que no tenía herramientas para
contrarrestarlos.
Desde que Lutero clavara en octubre de 1517 sus 95 tesis heréticas en la puerta de la capilla del Palacio de Wittenberg, muchos conocen que solo trajo muerte y guerras, pero pocos saben de la hispanofobia que respiraba este hereje que terminó sus días carcomido por un pecado que le llevó al suicidio.
Y es que el mayor enemigo del protestantismo fue y es la hispanidad, por los valores católicos entre otros que representa y que aún están en su derribo.
En respuesta,
hay que decir lo que es la herencia de Lutero y el protestantismo en tantos
tentáculos como ha tenido, si bien cada una de las flores que vienen a
continuación merecería un artículo aparte, lo dejamos ahí… de momento.
Contra los
inmigrantes católicos-irlandeses, los protestantes de EEUU dieron a luz en las
décadas de 1840 y 1850 el Know-Nothing Party y su criminal revuelta nativista
de Filadelfia, así como en su virulento anticatolicismo las Intolerable Acts,
el Bloddy Monday y las Orange Riots en Nueva York de 1871 y 1872.
No hay espacio para detallar el odio anticatólico y la impiedad que hay detrás de todo, pero de momento solo mencionar ciertos hitos vergonzantes históricos valdrá para quien desee investigar lo que hay detrás.
Como las
Enmiendas Blaine, que prohibieron que el dinero de los impuestos se utilizase
para fundar escuelas parroquiales católicas…o lo que se escondía tras el Ku
Klux Klan o cómo se financió al maniaco ateo y genocida Plutarco Elías Calles y
sus esfuerzos por matar católicos durante las guerras cristeras.
Pero como el
cristianismo va de perdón, solo expondré la dialéctica cristiana para con los
protestantes, sin esperar lógicamente que nunca pidan perdón.
OS PERDONAMOS vuestra hispanofobia y las guerras de religión en que nos metió Lutero… por crucificar la historia de España con su insidiosa e indecorosa leyenda negra, que envenenó la mente de cientos de millones de personas, que prefieren creer las mentiras sobre España antes que asumir el riesgo de leer algún libro al respecto….
María Elvira
Roca Barea, autora de “Imperiofobia y Leyenda Negra”, recuerda los orígenes
protestantes de esa fabulación, para quien quiera mirarlo.
OS PERDONAMOS
por llamar “Anticristos” y “Prostitutas de Babilonia” a todos y cada uno de los
Papas.
OS PERDONAMOS
por apoyar el Acta de Supremacía de Enrique VIII, en virtud de la cual la
Iglesia ganó muchos mártires.
Igualmente OS
PERDONAMOS por las Recusancy Acts y por el ficticio Popish Plot. O por el hecho
de que, como católicos, nunca podremos sentarnos en el trono británico (tampoco
lo deseamos) aunque, literalmente, a todos los demás les está permitido.
OS PERDONAMOS
protestantes por The Troubles en Irlanda y por Oliver Cromwell y por la
planificada Gran Hambruna Irlandesa y por las matanzas y la ocupación militar
de ese país.
OS PERDONAMOS
por esclavizar a 50.000 hombres, mujeres y niños que fueron expulsados a la
fuerza de Irlanda y enviados a las Bermudas y a Barbados como trabajadores sin
remuneración: los primeros esclavos de América.
OS PERDONAMOS
por las Gavazzi Riots en Canadá y por la Orden de Orange y por la Regulación 17
de Ontario que arruinó las escuelas católicas de Quebec. Ni siquiera mencionaré
la American Protective Association y su contrapartida canadiense, la Protestant
Protective Association, dado que OS PERDONAMOS.
También OS
PERDONAMOS protestantes por convertir a la fuerza a convictos y prisioneros
políticos católicos al anglicanismo en Australia; las conversiones forzadas es
algo que los terroristas musulmanes han estado haciendo durante mil
cuatrocientos años.
OS PERDONAMOS
protestantes por quinientos años de veneno y ponzoña escupidos por todos los
predicadores callejeros y puerta a puerta, la ebullición del odio anticatólico
que está en el núcleo del primitivo mormonismo, del adventismo del séptimo día
y de los testigos de Jehová, aunque no solo de ellos: de hecho, constituye en
buena medida el anglicanismo y el metodismo tradicionales y muchas otras formas
del protestantismo “mainstream”.
OS PERDONAMOS
por la Kulturkampf de Bismarck, que inspira el actual asalto a la libertad
religiosa en América y Europa. No os preocupéis, Jack Chick y tus ignorantes y
venenosas Chick Tracts, por motejar a los católicos como Mackerel Snappers [por
abstenerse de comer carne los viernes].
PERDONAMOS a
Martín Lutero por imponer en todo el mundo una Biblia desacralizada y
enormemente manipulada pretendiendo que “Dios lo quiso así”. Lutero quitó siete
libros y partes de otros tres del Antiguo Testamento, cuyo conjunto se denomina
Septuaginta.
PERDONAMOS a
Martín Lutero por aceptar financiación de Solimán el Magnífico, sultán del
Imperio Otomano musulmán, mientras él “luchaba” por separarse de la Iglesia
católica.
Por diversión y
conveniencia, Lutero conspiró para empujar a la Cristiandad a la vía, al tiempo
que animaba a sus compañeros protestantes a ponerse del lado de los turcos
musulmanes para derrotar a España y la Iglesia católica y, con ella, a Europa.
Solimán amplió incluso su extensa familia para que abarcase a todos y cada uno
de los protestantes de Hungría y Rumanía, ahora que ya no eran “cristianos”
(esto es, leales al Papa).
El sultán animó
a Lutero y a los protestantes a unirse bajo la bandera musulmana para derrotar
al emperador y al Papa. Recuérdese, que Solimán quería nada menos que barrer el
cristianismo del planeta.
OS PERDONAMOS
protestantes por el ciego anti-catolicismo, que el historiador John Hinghham
llamaba “la tradición más exuberante y tenaz de la agitación paranoica en la
historia de Estados Unidos”, y lo que el historiador Arthur Schlesinger, Sr. ha
denominado “la inclinación más profunda en la historia del pueblo
norteamericano”.
OS PERDONAMOS a
los protestantes el apoyo a la violencia contra los católicos durante la
autodenominada Ilustración y por el desarrollo de la masonería y por la
“cuestión religiosa” brasileña y por la Violencia colombiana y por la masacre
de la Miguelada en 1567.
OS PERDONAMOS a
los protestantes por hacer que el padre Nicolás Copérnico echase el freno a su
teoría heliocéntrica y a sus datos hasta después de su muerte, aunque su amigo,
el Papa Pablo III, le animó a publicarlos mientras el científico aún vivía.
Copérnico según
parece no quería molestar a Lutero y a Melanchton, ambos opuestos al paradigma
heliocéntrico del sacerdote, y temía que sus teorías lanzarían aún más a los
protestantes contra la Iglesia de la que acababan de irse.
OS PERDONAMOS
por las fanfarronadas y aspavientos tediosos, venenosos y reduccionistas de
Juan Calvino, Ian Paisley y la iglesia baptista de Westboro.
Además
OS PERDONAMOS a
los protestantes eso que llaman “schadenfreude”, o su distanciamiento y
pasividad durante el Terror Rojo en España y durante la represión de Hitler
contra la Iglesia católica, en especial por La Noche de los Cuchillos Largos.
OS PERDONAMOS a
los protestantes holandeses su apoyo explícito al shogunato Tokugawa cuando
masacraron a decenas de miles de japoneses católicos en el siglo XVI.
OS PERDONAMOS
por los quinientos años de estereotipos anticatólicos típicos en su literatura,
desde El pozo y el péndulo de Edgar Allan Poe [cuyo protagonista es un preso
torturado por la Inquisición española] a El progreso del peregrino de Paul
Bunyan, pasando por El italiano de Ann Radcliffe [novela gótica, también de
temática anti-Inquisición].
OS PERDONAMOS
por apoyar o consentir la Americans United por Separation of Church and State,
rabiosamente fundamentalista atea, que fue una organización originaria y
explícitamente anticatólica llamada Protestants and Other Americans United for
Separation of Church and State.
OS PERDONAMOS a
los protestantes por ignorar las palabras del mismo Cristo (tachadas en rojo)
cuando designa a San Pedro como cabeza de la Iglesia: “Y yo a mi vez te digo,
Pedro, que tú eres piedra y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16, 18).
Actualmente hay
41.000 comunidades protestantes en todo el mundo, lo que significa que al menos
40.999 están completamente equivocadas. Esto no incluye las muchas decenas de
miles de comunidades protestantes que han desaparecido en los últimos 500 años.
Pero lo que no
puedo perdonarles, es el Ecce ego sto! de Lutero que suena como el Non serviam!
de Lucifer.
Sea anatema el
restauracionismo protestante. Dios no comete errores (Sal 19, 710). No
tartamudea ni recula, como Alá (Sal 12, 6-7). No sufre confusión ni
desconcierto (Neh 9, 6). No necesita ayuda de nadie ni de nada (Col 1, 6). Sus
decisiones son definitivas y perfectas en su amor y su justicia (Prov 16, 10).
No necesita explicarse a sí mismo (Rom 1, 20). No acepta consejos (Sal 33, 11).
Cuando Dios
confió como pastores en Pedro y sus sucesores, no quiso decir “podéis estar al
mando hasta que la gente en el siglo XVI lo sepa hacer mejor”.
Lutero fue el gran valedor de las oligarquías, el garante religioso de un feudalismo tardío que mantuvo a Alemania en el atraso y la pobreza
Es en tiempos
de Lutero cuando el adjetivo welsch —una denominación geográfica poco precisa
para referirse al sur— pasó a significar latino o románico, y malvado e inmoral
al mismo tiempo, todo para atacar a la España católica.
** Pero por qué
se habla de Lutero como “libertador social”…
La “libertad
luterana” no tiene por dónde cogerse. Comenzó provocando una guerra espantosa
que se llamó la Guerra de los Campesinos y que dejó más de 100.000 muertos en
los campos del Sacro Imperio. Porque los campesinos se creyeron las exaltadas
predicaciones de Lutero y terminaron engullidos por una dictadura religiosa.
Esto provocó una convulsión social como no se ha conocido otra en Europa hasta
la Revolución Francesa.
Los príncipes
alemanes, tuvieron que enfrentarse a una revuelta de proporciones gigantescas,
aparte de la guerra contra España.
Lutero se pone
al servicio de los príncipes alemanes y alienta la violencia brutal con que los
grandes señores germánicos acabaron con estas rebeliones de campesinos: “contra
las hordas asesinas y ladronas mojo mi pluma en sangre, sus integrantes deben
ser estrangulados, aniquilados, apuñalados, en secreto o públicamente, como se
mata a los perros rabiosos”.
Casi todo el
mundo sabe que el régimen de los siervos duró en Rusia hasta el siglo XIX, pero
se ignora que en Alemania también, notablemente en las zonas protestantes. Uno
de los primeros estados en abolir las leyes de servidumbre fue la católica
Baviera en 1808, pero el proceso no culminó hasta mediados del siglo en la zona
oriental.
** Y por qué se
habla de Lutero como “libertador mental”… ¿en serio?:
Casi la cuarta
parte de las propiedades del Sacro Imperio cambiaron de manos. No hubo un
latrocinio igual hasta la Revolución Rusa
¿Libertad
religiosa o libre examen?
Supuestamente
el libre examen significa que el cristiano debe entenderse con Dios
directamente a través de los textos sagrados, sin intermediarios gravosos e
inmorales como “los romanos” (así llamaba Lutero al clero católico, aunque
fuesen tan alemanes como él).
Si esto es así,
hay una consecuencia inmediata: la desaparición del clero por innecesario. La
evidencia demuestra que esto jamás sucedió, porque Lutero no operó la
destrucción de las iglesias, sino que creó otra. Ni Lutero dejó de ser clérigo,
ni disminuyó el número de ellos en el Sacro Imperio.
Simplemente se
formó un nuevo cuerpo sacerdotal que también condujo al rebaño hacia donde
debía ir. Solo que ahora ese cuerpo de pastores sirve únicamente al señor del
territorio (y no a un papa extranjero) que es el que le da de comer. Si le
sirve bien, como hizo Lutero, vivirá bien.
Vivirá incluso
mejor que con los “romanos” y, así, Lutero recibió del príncipe de Sajonia,
como primera prueba de gratitud, el que había sido su antiguo convento en
Wittenberg.
Es un lujoso
palacio, donde se instaló con su nueva esposa y sus criados. Había nacido en el
seno de una familia muy humilde y estos lujos, como monje agustino, no se los
hubiera podido permitir nunca.
La libertad
religiosa es probablemente el tótem lingüístico más afortunado de Martín
Lutero. Ha sido y es ininterrumpidamente esgrimido frente a las tinieblas del
catolicismo y de su nación defensora por antonomasia, España.
Si tal cosa
hubiera existido alguna vez, siquiera teóricamente, también los católicos u
otras facciones protestantes hubieran tenido derecho a ella. Si el cristiano es
libre para interpretar los textos sagrados, entonces, también la interpretación
católica es posible y debe ser aceptada. Y debería haber sido respetada en
consonancia con la “libertad religiosa”.
Pero lo cierto
es que el nuevo clero creó una versión del cristianismo que fue la única
aceptable y todas las demás fueron proscritas y perseguidas; la católica por
supuesto, pero también los anabaptistas, calvinistas, menonitas, etcétera.
Sin embargo,
Lutero se ha paseado por la historia inmune a la verdad, a los hechos y a la
lógica.
Y por qué
tenían este empeño los príncipes alemanes en hacerse protestantes…
Casi una cuarta
parte de los bienes raíces del Sacro Imperio cambiaron de manos, entre las
confiscaciones de propiedades eclesiásticas y las de aquellos que abandonaron
los territorios protestantes por negarse a acatar la conversión forzosa.
Hasta la
Revolución Rusa no ha habido latrocinio comparable en Occidente.
Lutero fue no
solamente anti-español o latino sino furiosamente antisemita. El filósofo
alemán Karl Jaspers escribió que el programa nazi está prefigurado en Martín
Lutero, que dedicó a los judíos párrafos espeluznantes: “Debemos primeramente
prender fuego a sus sinagogas y escuelas, sepultar y cubrir con basura a lo que
no prendamos fuego, para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedra o
ceniza”.
El primer gran
pogromo de 1938, la noche de los Cristales Rotos, fue justificado como una
operación piadosa en honor de Martín Lutero, por su 450 cumpleaños.
A las
elecciones de 1933 concurrió Hitler con un soberbio cartel donde la imagen de
Lutero y la cruz gamada aparecen juntas. Las celebraciones luteranas de los
nazis fueron espectaculares.
El Cartel
electoral de 1933 del Partido Nazi (ver la fotografía de este artículo),
aseguraba que la lucha de Hitler prosiguuía la de Lutero.
En las
elecciones de 1933, los nazis ganaron donde la población era protestante, y
perdían en las regiones católicas, como por cierto la más próspera y católica
Baviera.
Con idéntica
ferocidad alentó y justificó Lutero la quema de brujas, que dejó en Alemania no
menos de 25.000 víctimas... Según Henningse, llevamos tantos millones de
muertos con este asunto, que es mejor no hacer cuentas.
Pero no hay de
qué avergonzarse. Alemania celebró sin disimulo a Martín Lutero porque se
siente bien, porque es el padre del nacionalismo alemán y de su iglesia y tiene
por lo tanto… indulgencia teológica.
Alemania está
en un tiempo nuevo y afronta sin sombras una hegemonía europea incontestada. Ni
España ni Italia parecen darse mucha cuenta de cuán necesarias son para
compensar esta hegemonía y andan sin superar el complejo de inferioridad que
asumieron hace siglos.
Porque con todo esto llegamos al gran asunto: el de la
superioridad moral frente al “porcino” mundo no protestante, en el cual vivimos
y que ha sido asumido por nuestros políticos y periodistas analfabetos.
La ideología de género, una agenda totalitaria que tiene a los menores como principal objetivo
La ideología de género, una agenda totalitaria que tiene a los menores como principal objetivo.
LA BRUTAL PERSECUCIÓN DE CATÓLICOS EN INGLATERRA:
LA BRUTAL PERSECUCIÓN DE CATÓLICOS EN INGLATERRA:
El terror que siguió
a la marcha de los españoles
Cuando se dice que
la Inquisición era uno de los tribunales europeos que ofrecían más garantías
procesales, muy por encima de la justicia civil, significa literalmente que en
algunos países la intolerancia, como en Inglaterra, se ejerció sin frenos ni
cortapisas legales.
La Inquisición española permanece hoy como el máximo exponente de la intolerancia religiosa en el imaginario popular. La leyenda negra, cuyos cimientos dieron forma la propaganda holandesa e inglesa, ha contribuido mucho a afianzar esta idea, escondiendo bajo el altillo los datos que demuestran que la persecución religiosa durante los siglos XVI y XVII en el resto de Europa alcanzó cifras aterradoras. Cuando se dice que la Inquisición era uno de los tribunales europeos que ofrecían más garantías procesales, muy por encima de la justicia civil, significa literalmente que en algunos países la intolerancia se ejerció sin frenos ni cortapisas legales.
Isabel I era el fruto de un matrimonio que había iniciado un cisma en la Iglesia, lo que la convertía en una bastarda en caso de que se malograra la causa anglicana
La Reina Virgen no
escatimó en violencia para mantenerse en el poder y reducir a cenizas el
resurgimiento del catolicismo que Felipe II y su esposa inglesa, María Tudor,
soñaron a mediados del siglo XVI.
Un baño de sangre
por la intolerancia religiosa
Enrique VIII inició
la persecución de católicos en 1534 con el Acta de Supremacía, que le
proclamaba a él jefe absoluto de la Iglesia de Inglaterra y declaraba traidores
a cualquiera que simpatizara con el Papa de Roma. Una larga lista de altos
cargos de la Iglesia rechazaron este acta y fueron correspondientemente
ejecutados, entre ellos Tomás Moro y el obispo Juan Fisher. Todas las
propiedades de la Iglesia pasaron a manos reales.
En 1535, en plena ola de represión fueron descuartizados los monjes de la Cartuja de Londres con su prior, John Houghton, a la cabeza. Fueron ahorcados y mutilados en la tristemente célebre plaza de Tyburn, a modo de ejemplo contra una orden caracterizada por su austeridad y sencillez. El balance fue de 18 hombres, todos los cuales han sido reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica como verdaderos mártires. Asimismo, el fracaso de una rebelión católica contra el Rey se saldó en 1537 con la condena a muerte de otras 216 personas, 6 abades, 38 monjes y 16 sacerdotes.
El sufrimiento
cambió un tiempo de bando con la llegada al trono de María Tudor una vez
fallecido su único hermano varón, Eduardo VI. La « reina sanguinaria » nunca
olvidaría que con el divorcio de sus padres, en 1533, tuvo que renunciar al
título de princesa y que, un año después, una ley del Parlamento inglés la
despojó de la sucesión en favor de la princesa Isabel. Bajo el reinado de María
y su marido Felipe II de España, se ejecutaron a casi a 300 hombres y mujeres
por herejía entre febrero de 1555 y noviembre de 1558. Muchos de aquellos
perseguidos estuvieron involucrados en la traumática infancia de María,
empezando por Thomas Cranmer , quien siendo arzobispo de Canterbury autorizó el
divorcio de Enrique VIII y Catalina de Aragón .
La prematura muerte de María llevó al poder a su hermana Isabel en 1558. La esposa de Felipe II designó heredera en su testamento a su hermana con la esperanza de que abandonase el protestantismo, sin sospechar que aquello iba a suponer el golpe de gracia al catolicismo en las Islas británicas. En poco tiempo Isabel revirtió todos los esfuerzos del anterior reinado y se lanzó a una caza de católicos a lo largo de todo el país. Como explica María Elvira Roca Barea en su libro « Imperiofobia y leyenda negra » (Siruela), las persecuciones de católicos ingleses provocaron 1.000 muertos, entre religiosos y seglares, en contraste con lo ocurrido en España, donde «murieron acusados de herejía menos personas que en cualquier país de Europa».
El sistema de denuncias vecinales inglés
El reinado de Isabel
I comenzó restableciendo el Acta de Supremacía, que designaba obligatoria la
asistencia a los servicios religiosos del nuevo culto. En caso de faltar, las
sanciones iban desde los latigazos a la muerte. El Estado, no vano,
promocionaba un sistema de delaciones por el que aquellos que no denunciaban a
sus vecinos podían acabar en la cárcel. El objetivo no solo eran los católicos,
sino también los calvinistas, cuáqueros, baptistas, congregacionistas,
luteranos, menoninatos y otros grupos religiosos que, en la mayor parte de los
casos, se vieron obligados a huir a América. Solo en tiempos de Carlos II de
Estuardo más de 13.000 cuáqueros fueron encarcelados y sus bienes expropiados
por la Corona.
En 1585, el Parlamento dio un plazo de 40 días para que los sacerdotes católicos abandonaran el país bajo amenaza de muerte y se prohibió la misa incluso de forma privada. No obstante, la represión aumentó con el fracaso de la Gran Armada de Felipe II en 1588 y el sistema de delación alcanzó niveles «que nunca soñó la inquisición». Como apunta Roca Barea, el sistema de espionaje vecinal permitió un estricto control individual y de los movimientos y viajes de conocidos, parientes y viajeros. La represión logró borrar definitivamente de Inglaterra el catolicismo en cuestión de diez años.
Toda una serie de
supuestos complots católicos, siempre confusos y basados en rumores,
justificaron que la Corona recrudeciera la represión de forma periódica. El
gran incendio de Londres de 1666 fue achacado a los católicos y desencadenó una
nueva persecución. Entre 1678 y 1681 una supuesta conjura católica atribuida a
Titus Oates dio lugar a otras feroces cazas.
En paralelo a estos sucesos, Irlanda empleó el catolicismo como forma de resistencia al dominio inglés. La religión solo era un factor más en la guerra por mantener a Inglaterra a una distancia prudencial, pero elevó la violencia y el odio hasta convertir el conflicto en un baño de sangre. Se calcula que un tercio de la población irlandesa sufrió las consecuencias mortales de que Irlanda se implicara en la guerra civil de 1636 entre monárquicos y republicanos ingleses. Oliver Cromwell no tuvo nunca piedad con los rebeldes irlandeses vinculados al catolicismo, confesión hacía la que sentía cierta aversión personal.
https://www.google.com/.../abci-sangrienta-persecucion...
¿Qué colonialismo se portó peor con los indígenas, el inglés o el español?
¿Qué colonialismo se portó peor con los indígenas, el inglés o el
español?
Erasmus Darwin, el abuelo de Charles
Darwin, denunció lo siguiente:
"En mis viajes por el inabarcable imperio
español he quedado admirado de cómo los españoles tratan a los indios, como a
semejantes, incluso formando familias mestizas y creando para ellas hospitales
y universidades, he conocido alcaldes y obispos indígenas y hasta militares, lo
que redunda en la paz social, bienestar y felicidad general que ya quisiéramos
para nosotros en los territorios que, con tanto esfuerzo, les vamos
arrebatando.
Parece que las nieblas londinenses nos
nublan el corazón y el entendimiento, mientras que la claridad de la soleada
España le hace ver y oír mejor a Dios. Sus señorías deberían considerar la
política de despoblación y exterminio ya que a todas luces la fe y la
inteligencia española están construyendo, no como nosotros un imperio de
muerte, sino una sociedad civilizada que finalmente que finalmente terminará
por imponerse como por mandato divino.
España
es la sabia Grecia, la imperial Roma, Inglaterra el corsario turco."
Los españoles, primeros civilizadores de América
Los españoles, primeros civilizadores de América
Charles Fletcher Lummis (1859-1928), periodista, historiador y activista a favor de los indios estadounidenses, en su libro LOS EXPLORADORES ESPAÑOLES DEL SIGLO XVI (1920), escribe: El honor de dar América al mundo le cupo a España; el crédito, no solo del descubrimiento, sino de siglos de trabajo pionero tal que ninguna otra nación en ningún otro país se le puede equiparar.
Prácticamente una sola nación tuvo la gloria de descubrir y explorar América, de cambiar las ideas del mundo sobre la geografía y de llevar por sí sola el conocimiento y el comercio durante un siglo y medio. Y esa nación es España.
No solo fueron los españoles los primeros conquistadores del Nuevo Mundo, sino también sus primeros civilizadores. Ellos construyeron las primeras ciudades, las primeras iglesias, escuelas y universidades, montaron las primeras imprentas y publicaron los primeros libros; escribieron los primeros diccionarios, historias y geografías, y trajeron los primeros profesores y misioneros.
Una de las cosas más asombrosas de los españoles, es el espíritu
humanitario y progresista que desde el principio hasta el fin caracterizó sus
instituciones.
Los españoles no exterminaron a ninguna nación aborigen, como exterminaron docenas de ellas nuestros antepasados los ingleses… Entre el Cabo de Hornos y el Polo Norte no había ni una mala casucha inglesa ni un solo hijo de Inglaterra… España se desangró en una conquista tan enorme que ni aún hoy podría nación alguna dar los hombres o el dinero necesarios para una empresa semejante en pos del progreso mundial.
Algunas historias han pintado a esta heroica nación como cruel para los indios; pero la verdad es que la conducta de España en este particular a nosotros debería avergonzarnos. La legislación española referente a los indios de todas partes, era incomparablemente más extensa, comprensiva, sistemática y humanitaria que la de la Gran Bretaña, la de las Colonias y la de Estados Unidos juntas
El mito del subdesarrollo económico en América durante la época de los virreinatos
El mito del
subdesarrollo económico en América durante la época de los virreinatos
españoles
Autor: Emilio Acosta.
Resulta verdaderamente llamativo que mientras las
acusaciones de que la pobreza en América se debe al imperio español son tan
frecuentes… muy poca gente se interese en averiguar cómo funcionaban en verdad
las economías durante la época de los virreinatos.
Este asunto, de gran trascendencia, que suele
permanecer en la fila de los largos silencios de la leyenda negra (*) tiene
una importancia capitular en este espacio, en la medida en que podamos obtener
documentación que lo exponga. De hecho, tengo pendiente un post propio
sobre un trabajo que enlazaré (**) abajo, pero me parece
también que esta publicación del espacio de Facebook "Venezuela
Provincial" nos da una buena visión general de qué diferente era aquella
sociedad a como la pintan sus demeritadores interesados (***) del
presente.
"Es
común y hasta popular en Hispanoamérica la idea de que los problemas del
subdesarrollo son culpa de la herencia española. Constantemente lo vemos
señalado en los medios de comunicación o en declaraciones políticas, como
motivo principal de la pobreza en el continente.
Pero nada más alejado de la realidad; entre 1800 y
1820, los niveles de vida de los trabajadores en la América española eran
superiores, midiendo por la capacidad de compra de los salarios en productos
como grano, carne y azúcar. Eran de los salarios más altos del planeta, más
altos que en Asia y algunos países europeos (ver gráfico en comentarios).
En el virreinato de la Nueva Granada en 1795, el
sueldo anual del virrey era de 320.0000 reales. Un trabajador rural ganaba 240
reales, el administrador de la Casa de Moneda: 24.000 reales, carpintero: 544
reales, maestra: 192 reales, el jornal diario era entonces de 2 reales.
Biológicamente, las estaturas en Nueva España y Venezuela,
eran similares a las europeas. Al igual que en los EEUU o Gran Bretaña existían
diferencias sociales en las estaturas. En cambio, entre las décadas de 1730 y
1760 las diferencias decrecieron y no resultan mayores que en estos dos países.
Alexander Von Humboldt cita lo siguiente:
“El agricultor indio es pobre pero libre. Su situación
es mucho mejor que la de los campesinos del norte de Europa, en especial rusos
y alemanes. El número de esclavos es prácticamente cero.”
“¡Esto debe saberse en Europa! Los mineros mexicanos son los mejores pagados del mundo, ellos
reciben de seis a siete veces más salario por su labor, que un minero alemán.”
El historiador mexicano, Toribio Esquivel Obregón cita
también:
"El jornalero de la época virreinal, con 250 días
de trabajo podía comprar 37,71 hectolitros de maíz, y en 1908 solamente 23,51
hectolitros. En 1792 podía comprar 23 medidas de 100 kg de harina y en 1908 ya
nada más que 5,25. El jornalero de la época colonial podía comprar tanto trigo
como el francés de hoy (1915)"
En conclusión, los duraderos problemas económicos de Hispanoamérica,
no están enlazados con el período virreinal como muchas personas piensan, sino
después, a partir de las independencias.
Fuente datos: Dobado, G. y García, H.
“Neither so low nor so
short! Wages and Heights in Eighteenth and Early Nineteenth Centuries Colonial
Latin America”.
“Colonial Origins of
Inequality in Spanish America? Some reflections based on new empirical
evidence”. " Publicado en
Venezuela Provincial