Viajero. Economista. Publicista. Gestión de Centros de Enseñanza y Fundaciones. Aprendiz de Escritor. Soñador.
La Iglesia aprende de sus errores
La Iglesia aprende de sus errores
La Iglesia està gobernada por el Espìritu
Santo, de no ser asì, no hubiera perdurado ya màs de veinte siglos, como
ninguna otra institución humana. La Iglesia està viva por lo que Dios hace, no
por lo que sus fieles destruìmos.
La veteranìa, la antigüedad, le permite
mejorar, porque las acumuladas experiencias de lo que ya ha vivido le lleva a
cambiar, a veces, de forma radical. Esta es la Tradiciòn sòlida de 21 siglos.
La Iglesia Catòlica es Decana de los
cuerpos diplomáticos internacionales porque es màs antigua que las
instituciones modernas.
Desde su origen la Iglesia Catòlica se ha
topado con enemigos internos y externos, y ha ido reaccionando y tomando
decisiones, de forma lenta desde el punto de vista de una persona, pero rápida
para la òptica de una Instituciòn milenaria que no tiene breve duración, sino
visión de eternidad.
Los distintos Concilios, desde su inicio,
se han realizado provocados por circunstancias internas o externas que han
obligado a la Iglesia a recapacitar, formular y reformular. Por eso, después de
màs de 20 siglos, la Iglesia tiene un cuerpo doctrinal, dogmático, litúrgico, teológico,
etc. cribado por la experiencia
acumulada, por la veteranìa de lo ya vivido muy repetidamente. Esta es la
Tradiciòn, con mayúscula, apoyada en la experiencia, en la ciencia, y en la
verdadera sabiduría.
La Iglesia emplea varios siglos en
corregir los errores dogmàticos de los primeros siglos, varios siglos para
establecer los libros canónicos de la Biblia, varios siglos en establecer el
celibato sacerdotal, etc. Para la
Iglesia, una institución permanente, los siglos son corta duración.
No hay màs que leer el Catecismo de la
Iglesia Catòlica para constatar lo que es ciencia, sabiduría, profundidad y
calado del conocimiento de la humanidad, es decir, la autenticidad de quien
busca verdades permanentes, no sometidas a la presión de las ideologías y
opiniones de cada década o centuria.
Toda esa riqueza doctrinal del Catecismo
està enraizada en la complementación entre fe y ciencia, en la experiencia
acumulada, que es la Tradiciòn, que lleva a la presentación de las certezas que
necesitamos los humanos. Los fieles y la humanidad entera necesitamos certezas,
no la incertidumbre de lo sìmpatico y oportuno, pero no verdadero.
La Iglesia aprendiò de los errores de
siglos de cesaropapismo: aprendiò que el estado y la Iglesia son poderes
distintos. Aprendiò que el problema de Lutero tuvo su origen en los propios
males de sus fieles y convoca el Concilio de Trento que supera, con mucho, las reformas solicitadas por Lutero.
La Iglesia ha aprendido que el
desgobierno y falta de autoridad y exigencia interna ha provocado los
escándalos de pedofilia y homosexualidad recientes. En este campo la Iglesia
ahora ha sido ejemplar, transparente y humilde, como ninguna otra institución
social lo ha hecho, siendo la Iglesia solamente responsable de un 1% del
problema mundial de pedofilia. Sin embargo, la sociedad civil no ha hecho nada
al respecto, para resolver el 99% de la pedofilia mundial.
No solamente eso, sino que, en su
cinismo, la sociedad civil, a través de la OMS, promueve la idea de libertad
sexual en niños, para facilitar y justificar la pedofilia. Y la sociedad civil,
con màs cinismo todavía, acalla las voces de denuncias tan evidentes como el
film Sonido de la Libertad del productor Eduardo Veràstegui, contra el tràfico
infantil. La sociedad civil tampoco ha hecho nada para frenar la pornografía,
ni de adultos, ni infantil. La ONU promueve
actualmente despenalizar ciertos tipos de pornografía infantil.
Tambièn la Iglesia ha sido públicamente
humilde cuando ha reconocido los errores de algunos de sus miembros en la
evangelización del continente americano, pero defiende la verdad histórica
cuando elogia la gigantesca labor de culturización y evangelizaciòn de unas
tierras atrasadas en muchos siglos, que hasta los propios eclesiásticos
tuvieron que crear las gramáticas de lenguas nativas, hasta el punto de que
ahora el continente americano es el que tiene mayor número de fieles cristianos
y hasta un Papa. La Iglesia tiene la certeza de que Amèrica le debe mucho.
La Iglesia pide perdón por lo acontecido
en las fosas comunes de las escuelas residenciales de Canadà para manifestarse
humilde, pero la verdad histórica ha llevado a 18 investigaciones cientìficas
que niegan la existencia de esas fosas. Eso es aprender hasta de los errores no
cometidos.
La Iglesia ha aprendido de la declaración
Fiducia supplicans, respecto a la bendición de personas homosexuales, que no
hay que precipitarse ante la presión mediática, sino escuchar, con verdadero
sentido ecuménico y sinodal, la voz de los pastores que son quienes conocen a
sus fieles y saben mantener la experiencia y riqueza de la Tradiciòn. No se
niega la bendición a ninguna persona individualmente, pero si se puede negar a
las uniones antinaturales.
En palabras del científico A. Einstein:
una fuerza organizada solo puede ser combatida por otra igual. Solamente la
Iglesia Catòlica puede liderar esa fuerza organizada capaz de frenar las
ideologías carentes de ciencia y vacìas de saber, como es conjunto de las
llamadas ideologías woke (cultura de gènero y sus derivados), que si están
organizadas como falso progresismo de izquierda que tiraniza e imponen sus
ideologías.
La Iglesia debe liderar la defensa de los
derechos de la persona, del individuo, cada vez màs restringidos por la
opresión del Estado, sea en la forma socialista o en la capitalista. El
individuo cada vez es menos libre. El apetito invasor del Estado frente al
individuo es insaciable.
La Iglesia debe liderar la defensa del
individuo frente al Estado invasor y las estructuras supranacionales como la
ONU, OMS, UNESCO, etc. controladas por
poderosos grupos de poder económico y polìtico.
La sòlida doctrina social de la Iglesia
està en contra de cualquier tipo de totalitarismo, sea de izquierdas o de
derechas. La Iglesia defiende el principio de subsidiaridad del Estado, es
decir el Estado solamente debe intervenir allà donde la iniciativa privada no
es capaz.
Necesitamos esa Iglesia de las certezas, no de
la incertidumbre. La humanidad y los fieles necesitan de la Iglesia del
Catecismo sòlido fundamentado en 21 siglos de fe y ciencia que confirman la
Tradiciòn.