¿Cómo
se financia el Estado Islámico?
El
petróleo, impuestos exorbitantes,
extorsión y los robos, son sus principales
fuentes.
Estado Islámico recauda ahora mismo unos 73
millones de euros al mes procedentes de múltiples fuentes de ingresos entre las
que destacan dos en particular: la explotación del crudo en sus territorios
conquistados de Irak y Siria y la suma de apropiación de
fondos a través del robo de bancos, impuestos a la población y confiscación de
bienes. Según las últimas estimaciones de EEUU, la organización yihadista ha
obtenido hasta el momento un mínimo de 900 millones.
En el EI, a diferencia de otros grupos terroristas,
solo una pequeña parte de sus ingresos proceden de mecenas extranjeros: es una
organización que extrae sus ingresos de los territorios que controla
Lo que sucede es que gran
parte de las operaciones financieras de la organización yihadista están
controladas por civiles, arrastrados a esta situación por la crueldad de la
guerra. Y, dado que Estados
Unidos y sus aliados han acordado
que uno de los pilares de su lucha contra la organización yihadista se centra
precisamente en la destrucción de sus estructuras de financiación y sus
almacenes de crudo y dinero, estos civiles suelen ser las víctimas más
numerosas de los bombardeos. Por no mencionar al resto de la población,
exprimida por los gravámenes que les impone la organización terrorista.
De los 73 millones de euros
mensuales de ingresos, unos 31 millones de euros (el 43%) proceden de la
explotación del crudo en los territorios bajo su control de Irak y, sobre todo,
en Siria, donde gracias a la guerra campa prácticamente a sus anchas. Allí, en
verano de 2014, Estado Islámico realizó un avance importantísimo al apropiarse,
casi de un plumazo, con el grueso de las instalaciones petroleras del país al
asumir el control de la provincia oriental de Deir al Zor.
Estado Islámico comenzó a
partir de ahí a desarrollar una cuidada estrategia a través de la cual
simultaneó la puesta en marcha de los mecanismos para trasladar el crudo con la
apropiación de territorios: para julio ya se había hecho con el campo petrolífero
de Omar, la mejor de las instalaciones petroleras sirias.
Hay que tener en cuenta que
Estado Islámico no necesita mantener los niveles de producción previos a la
guerra en Siria. De 385.000 barriles diarios se ha pasado a 30.000 a 40.000
barriles al día; una cantidad menor, pero mucho más manejable. De hecho, a
veces sorprende la pequeña escala a la que operan: la mayor parte del crudo es
trasladado a minúsculas refinerías privadas que operan civiles no afiliados,
que se encargan de vender el producto - de calidad notablemente inferior - en
el mercado negro.
EI cobra un 20 por ciento de
impuestos por todos los servicios. Y sus "servicios" son casi
innumerables: electricidad, teléfono, acceso a Internet, textiles, industria y
agricultura. Si a ello se le suman prácticas de extorsión y confiscación de
bienes - unido a los botines obtenidos en sus asaltos a las sucursales bancarias
de territorios conquistados - en total Estado Islámico obtiene mensualmente
unos 36 millones de euros al mes, un 50 por ciento de su rendimiento.
El 7 por ciento restante de
los beneficios de Estado Islámico proceden del tráfico de drogas, donaciones
internacionales, secuestros y negocios privados alejados del petróleo, en
especial los inmobiliarios y de transportes.
Estados Unidos está convencido
de que el régimen del presidente sirio, Bashar
al Assad, es el destino principal del crudo de Estado Islámico. Washington
reconoce la contradicción existente en esta afirmación, dado que los yihadistas
son uno de los principales enemigos del Ejército sirio en el conflicto.
Parte del crudo, aunque
sustancialmente menor, atraviesa la frontera hacia Turquía. El resto se consume
dentro de los territorios de Estado Islámico.
Sobre Turquía, realmente no
existen pruebas fehacientes. Los rusos lo sospechan pero hasta ahora no han
proporcionado evidencias. Los kurdos - actualmente involucrados en un enfrentamiento
armado contra Ankara - están más convencidos de ello, aunque sea por mera
lógica estratégica: Las únicas fronteras abiertas para Estado Islámico son las
de Turquía.
En este sentido, Estados
Unidos está cooperando con el Gobierno iraquí para asegurarse de que las
decenas de entidades bancarias controladas por Estado Islámico en Irak queden
incapacitadas para acceder a los mercados financieros internacionales.
Estados Unidos forma parte de
los 30 países que forman la llamada Coalición Financiera contra Estado
Islámico, que comparten información sobre los activos que maneja la
organización terrorista, mientras la campaña armada se centra en las fuentes
energéticas del grupo.
El EI está sufriendo para
equilibrar sus presupuestos: parece que está recortando los salarios de sus
combatientes, subiendo los precios de la electricidad y está introduciendo
nuevos impuestos. Tras su derrota en Tal Abyad, en la frontera con Turquía, la
exportación del crudo ilegal se ha visto dificultada.
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