Otro ciudadano que da ejemplo a los gobernantes
No es un joven idealista: es un veterano
de la Segunda Guerra Mundial de 92 años.
Desde
hace cuatro años estamos esperando una respuesta seria y contundente de los
gobiernos accidentales respecto a las masacres ejecutadas por el EI, no sólo en
Siria, sino en los países del entorno.
Acoger
a los expulsados exiliados es la primera respuesta humanitaria pero, frenar al
Estado Islámico es algo que corresponde decidir a los grandes países
occidentales.
Mientras
tanto, los ciudadanos de a pie están dando muestra de valores ejemplares para
acoger a los que huyen de las masacres del extremismo islámico.
Entre los ejemplos que hemos conocido estos meses se
encuentra el veterano 92 años ofrece su casa para acoger refugiados sirios para que en ella
pueda vivir una familia. No es un joven idealista: es un veterano de la Segunda
Guerra Mundial de 92 años.
John
Spicer quedó profundamente conmovido tras ver la imagen de Aylan, el niño
fallecido en las playas de Turquía. El
cadáver del pequeño le recordó el horror de la posguerra que él tuvo que vivir,
y del sufrimiento de los refugiados de Oriente Medio a los que ayudó cuando
sirvió en el ejército.
Le preguntó a su hijo Frank qué podía hacer para intentar aliviar tan tremenda situación. Su hijo le habló de las redes de cooperación que se estaban organizando en Internet, con voluntarios que ofrecían sus casas para acoger a los refugiados. Y a John le pareció una gran idea: él vive en una casa de tres habitaciones en la ciudad de Kent, y siempre hay sitio disponible.
John no llegó a combatir en la Segunda Guerra Mundial, pero sí que fue reservista. Nada más terminar el conflicto, fue enviado a Palestina a ayudar a los refugiados que la Gran Guerra había desperdigado. “Lo peor de todo es que en aquella época también se ahogaban muchas familias. Mi padre recogía muchos cadáveres de la playa, igual que pasa ahora”.
Tras registrarse en la web Homes for Syrians, en la que anunciaron su casa, Frank envió la foto de su padre luciendo sus condecoraciones a un grupo de apoyo a los refugiados que se hacinan en los bosques de Calais (Francia), a la espera de poder cruzar el Canal de la Mancha y llegar a Gran Bretaña. “La foto causó sensación en la página y se hizo viral. “Con ella queríamos dar ejemplo, queríamos que la gente se inspirara, que viera que si un anciano puede hacer tanto por los demás, ¿por qué no ellos también?”.
Le preguntó a su hijo Frank qué podía hacer para intentar aliviar tan tremenda situación. Su hijo le habló de las redes de cooperación que se estaban organizando en Internet, con voluntarios que ofrecían sus casas para acoger a los refugiados. Y a John le pareció una gran idea: él vive en una casa de tres habitaciones en la ciudad de Kent, y siempre hay sitio disponible.
John no llegó a combatir en la Segunda Guerra Mundial, pero sí que fue reservista. Nada más terminar el conflicto, fue enviado a Palestina a ayudar a los refugiados que la Gran Guerra había desperdigado. “Lo peor de todo es que en aquella época también se ahogaban muchas familias. Mi padre recogía muchos cadáveres de la playa, igual que pasa ahora”.
Tras registrarse en la web Homes for Syrians, en la que anunciaron su casa, Frank envió la foto de su padre luciendo sus condecoraciones a un grupo de apoyo a los refugiados que se hacinan en los bosques de Calais (Francia), a la espera de poder cruzar el Canal de la Mancha y llegar a Gran Bretaña. “La foto causó sensación en la página y se hizo viral. “Con ella queríamos dar ejemplo, queríamos que la gente se inspirara, que viera que si un anciano puede hacer tanto por los demás, ¿por qué no ellos también?”.
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