Histórico concilio de las Iglesias Ortodoxas en Grecia
Papa Francisco: "Unámonos a nuestros hermanos ortodoxos, invocando al
Espíritu Santo para que asista con sus dones a los patriarcas, arzobispos y
obispos reunidos en concilio
El gran concilio ortodoxo, una reunión sin precedente en mil años para sellar la unidad de las Iglesias cristianas
ortodoxas, comenzó este domingo en Creta, empañado por varias ausencias,
como la del patriarca ruso Cirilo.
La "comunión ortodoxa", con más de 250 millones de fieles,
reagrupa a 14 Iglesias autocéfalas, sacudidas por los grandes cambios en el
exbloque soviético y en Oriente Medio, y a menudo presa de las disputas
nacionales y políticas.
Este domingo, día del Pentecostés ortodoxo, el concilio arrancó con una
"divina liturgia" (misa) común celebrada en Heraklion, la capital de
la isla, oficiada por diez primados, entre ellos el patriarca ecuménico de
Constantinopla Bartolomé, que ejerce de primado de honor.
La Academia Ortodoxia de Creta espera recibir al menos a 500 obispos y
250 consejeros hasta el 27 de junio en La Canea (noroeste de Creta). Pero la
foto de familia está incompleta, marcada por cuatro ausencias.
Importantes ausencias
Además del influyente patriarca Cirilo, cuya Iglesia rusa representa
demográficamente la mitad de la comunión ortodoxa, con cerca de 130 millones de
miembros, estarán también ausentes los primados de Antioquía, de Bulgaria y de
Georgia, a pesar de la luz verde que dieron en un principio a la celebración.
El patriarca de Antioquía fue el primero en pedir un aplazamiento,
enfadado al ver que el primado de Jerusalén cuestionaba su jurisdicción sobre
Catar.
Además, las Iglesias de Bulgaria y de Georgia anunciaron que no acudirían
por la ausencia de varios "temas importantes".
Un duro golpe para los organizadores de la cita, entre ellos el patriarca
Bartolomé, cuya influencia está muy cuestionada por la Iglesia rusa desde hace
años.
Por su parte, el Papa Francisco, en su oración dominical en la plaza de
San Pedro, rezó por el gran concilio ortodoxo. "Unámonos a nuestros hermanos ortodoxos, invocando al Espíritu
Santo para que asista con sus dones a los patriarcas, arzobispos y obispos
reunidos en concilio", declaró.
50 años de preparación
El evento era muy esperado debido a que los jerarcas ortodoxos no se han
reunido en un gran concilio desde el cisma histórico de 1054 entre Roma y
Constantinopla.
Su última participación en un evento similar, que presuntamente trató
cuestiones de doctrina y disciplina, se remonta a 787, fecha del séptimo y
último concilio, el de Nicea II.
La celebración de este gran concilio, en preparación desde hace más de 50
años, pretende precisamente estrechar las filas ortodoxas.
"Este gran y sagrado concilio va a transmitir el mensaje de unidad
(...) va a contribuir a la salida de la parálisis actual de la vida",
indicó el patriarca Bartolomé desde Creta, citado por los medios.
Los obispos y consejeros participantes en este concilio, que se
estableció a finales de enero durante una cumbre de primados en Ginebra,
deberán validar seis textos elaborados por consenso en la cumbre, que pretenden
actualizar el testigo ortodoxo, hacerlo más audible y enmarcar las relaciones
con el resto del mundo cristiano.
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