¿Podríamos
dar de comer a todo el mundo?
Brasil:
se desperdician 40 mil toneladas de alimento al día.
Cerca del
30% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden antes de llegar al
consumidor.
En Brasil, se desperdician todos los días unas 40 mil toneladas de
alimentos, de acuerdo con la sucursal brasileña de World Resources Institute
(WRI), institución de investigación internacional.
La cifra sitúa al país entre los diez que más
pierden y desperdician alimentos en el mundo, según Viviane Romeiro,
coordinadora del área de Cambio Climático en la entidad. Ella asistió a la
edición América Latina del Sustainable Food Summit, evento promovido por la Red
Save Food Brasil, en São Paulo, para discutir la pérdida y el desperdicio de
alimentos en todo el mundo.
“Estamos hablando de una cadena de pérdidas que tiene
que ver con la cosecha, post-cosecha, distribución y venta al por menor, en los
supermercados”, dijo Viviane, quien también apunta varias implicaciones. “Hoy tenemos cerca de 7 mil millones de
personas en el mundo y alrededor de mil
millones sufren de malnutrición y falta de alimentos. Así que, en primer lugar,
esa es una cuestión de seguridad alimentaria.”
Otras consecuencias, dijo, se refieren a los aspectos
económico y ambiental. “Podemos destacar los impactos sobre la biodiversidad,
el uso del suelo, el agua, el clima y las emisiones de carbono”, dijo.
Según Allan Boujanic, representante de la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Brasil, cerca del 30% de todos los alimentos
producidos en el mundo se pierden antes de llegar al consumidor, causando
un perjuicio estimado en US$ 940 mil millones al año.
Para crear alternativas y reducir la pérdida de
alimentos en el país, surgió la red Save Food Brasil, que cuenta con el apoyo
de la FAO, la WRI y la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria
(Embrapa), entre otros. “Tenemos que ser más eficientes en el uso de los
alimentos, más conscientes de que el desperdicio es una realidad y produce
muchos efectos secundarios. Se necesita un fuerte compromiso de la sociedad
civil, productores y gobiernos para establecer objetivos específicos de
reducción de las pérdidas de alimentos no solo en Brasil, sino en todo el
mundo”, dijo Boujanic.
“A medida que esa red está creciendo, se volverá
suficientemente fuerte para actuar en políticas públicas e innovaciones,
trayendo soluciones al problema del desperdicio en Brasil”, dijo Alcione Silva,
miembro del órgano directivo de Save Food Brasil. Según ella, el país puede
contribuir con buenos ejemplos en el cambio global de ese escenario.
Alcione citó iniciativas como la distribución de sopas
hechas con restos de comida, la tecnología producida por Embrapa, el proyecto
Comida Invisible, que pretende crear un food truck para concienciar niños y
escuelas sobre la reutilización de sobras en la cocina, y una iniciativa que
vende alimentos considerados “imperfectos”, como las patatas o zanahorias
torcidas.
“Tanto la cadena de distribución como la de
almacenamiento en Brasil registran una
gran pérdida de alimentos debido a la falta de infraestructura. Nuestras
centrales de suministro no tienen la infraestructura adecuada. Yo diría que este
es el problema más grave que tenemos en el desperdicio de alimentos”, explicó
la directora de Save Food Brasil.
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