El pequeño Edwin se ha salvado de ser abortado
gracias
a que dos amigas conectaron en Facebook
La organización pro
vida y pro familia Alliance Defending Freedom cuenta esta bella historia:
Miriam Harding y
Sarah fueron compañeras del colegio aunque nunca fueron buenas amigas.
Miriam vio en un
post de Facebook que su antigua compañera Sarah, había tenido un hijo y se puso
en contacto con ella para enviarle un pequeño obsequio que ella aceptó con
mucho agradecimiento y decidieron encontrarse.
Sarah le contó que estuvo comprometida con
un hombre por varios meses, y pocas semanas después de romper el compromiso,
descubrió que estaba embarazada. Esa situación le superaba y además, su ex
novio la abandonó y le dijo que se deshiciera del bebé.
Cuando Sarah había decidido realizar el aborto,
algo la detuvo: vio varios de los post de Miriam en Facebook sobre videos que
denunciaban a Planned Parenthood, la corporación abortista más grande de
Estados Unidos; blogs; y artículos provida de Alliance Defending Freedom.
Cada vez que Sarah consideraba el aborto, las
publicaciones de Miriam regresaban a su mente, con la imagen en la que Miriam participaba
de una protesta contra Planned Parenthood y sostenía un cartel con la ecografía
de su hijo, junto a otra foto actual de éste.
Después de tener estos pensamientos, Sarah
sacó su ecografía obtenida pocos días antes en un centro médico. Se quedó
mirando al pequeño bebé en blanco y negro, y se preguntó cómo se vería en tan
solo unos meses.
Después de observar una y otra vez el
ultrasonido, durante cuatro días, Sarah
decidió que el aborto ya no era una opción.
Al terminar de relatarle estos hechos,
Sarah colocó a su recién nacido en los brazos de Miriam, que dio gracias a Dios
por la nueva vida. En cierto modo, sentía que sería responsable de cuidarlo por
el resto de sus días.
En el momento en que Sarah estaba en el
hospital y recibió en sus brazos a su bebé recién nacido, recibió el mensaje de
Miriam, aquella chica de la secundaria
cuyos post de Facebook la ayudaron a cambiar de opinión sobre el aborto, de ese
alguien que apenas conocía, y que al poco tiempo apareció nuevamente con una
oferta de alimento y pañales, precisamente al día siguiente del nacimiento de
su pequeño.
Sarah nunca tuvo la intención de que se
diera a conocer su experiencia, y desde luego no esperaba que Miriam lo
hiciera.
Miriam afirma: “Solo nuestro Padre
Celestial pudo orquestar estos eventos, y estoy tan abrumada por la forma en que
Dios elige revelar su obra a través de nosotros. Lo que es un impresionante
recordatorio de que no sabemos el impacto que nuestras vidas puedan tener sobre
los que nos rodean.
Espero que celebres conmigo esta victoria
de la vida, una victoria lograda únicamente por la gracia de Dios”.
El pequeño se llama Edwin.
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