Carta al Presidente
(publicada
en pg. 41 de Diario Libre de 21-12-2016)
Las tragedias del aborto.
Le comprendo y le propongo
Sr.
Presidente Medina, de verdad que no quisiera yo encontrarme personalmente en su
situación de tener que cargar sobre mi conciencia las tragedias y las vidas de
muchos miles de bebés y madres.
A todos
nos parecen verdaderamente trágicos, como a Ud., los casos de embarazos por
violación, incesto o con malformación de feto. Quisiéramos que no existieran
pero, son reales y hay que resolverlos. Es muy duro pedir a esas madres una heroicidad,
que nosotros seguramente no tendríamos, y frente a la que se encontrarían
solas.
También a
todos nos parece una tragedia la del
embrión que a los dieciocho días
cuentan con un corazón que late, a los veinte días con un sistema nervioso en
constante crecimiento, a los cuarenta y
dos días ya cuenta con esqueleto completo y reflejos, y a las ocho semanas, se
le puede practicar un electrocardiograma, y es posible registrar sus parpadeos,
reacciones, respuestas a estímulos y asir con la mano. El embrión con
malformaciones congénitas es un enfermo, el más pequeño de los enfermos, que
debemos curar.
Las
mujeres y madres, al menos tienen las asociaciones nacionales y entes
internacionales que hacen presión. Perdón por el ejemplo pero ¿Cómo sería una
manifestación de los miles de bebés abortados o por abortar?
Le propongo, Sr. Presidente, que la sociedad, el
Estado, se haga cargo de apadrinar y amadrinar a todos esos bebés para eliminar
las tragedias a sus madres y evitar la penalización. Los ciudadanos estamos
dispuestos a cargar con ese gasto en el presupuesto del Estado.
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