¿Por qué ha surgido “Yo no soy Charlie Hebdo”?
Nos encontramos en la molesta situación de que caricaturistas conocidos, periodistas, intelectuales o, simples ciudadanos, se les señala con el dedo por expresar sus reservas respecto a la línea editorial del semanario Charlie Hebdo, aún cuando ha sido una publicación muy criticada. Ya en el año 2006, por ejemplo, un grupo de intelectuales italianos criticaron ásperamente a Charlie Hebdo por su falta de respeto a las diferentes creencias.Ahora parece que la situación nos presiona a elegir entre a favor o en contra del semanario francés.
Ya
no hace falta repetir que es muy lamentable el atentado en el que trágicamente
perdieron la vida 12 personas, pero también es muy condenable el asesinato de
miles de cristianos en Medio Oriente durante los últimos años y la reciente
masacre en la que el grupo islamista Boko Haram asesinó a por lo menos 2 mil
personas en Nigeria, la mayoría cristianos. Hechos que, lamentablemente, no han
merecido la misma condena mundial.
Es una
lástima que la sociedad mundial no exprese la misma indignación que siente por
el asalto a la controvertida revista satírica francesa, que por las constantes
matanzas y persecuciones en contra de cristianos por parte de grupos
fundamentalistas.
Ha
habido una especie de locura en la que la gente se ha identificado con algo que
no conoce en profundidad, haciendo creer que el atentando fue contra la
libertad de expresión, lo que, en
realidad es un acto terrorista a
manos de grupos fundamentalistas.
En mi
caso, “Yo no soy Charlie¨, como otras muchas personas, porque no compartimos la línea editorial de esa revista,
pues va en contra de la dignidad de las personas, porque la libertad tiene
límites que deben respetarse. El límite de la libertad es el absoluto respeto
por la dignidad del otro
Las
libertades de las que goza Occidente pertenecen a la cultura judeo-cristiana que se encuentra en
sus orígenes y que se refieren al respeto a la dignidad de la persona humana. En
lo que queda del cristianismo en Occidente –ahora más en América Latina que en
Europa– no se debe usar el pretexto de la libertad para herir, lastimar,
blasfemar en contra de las creencias de los demás, sea de quien fuere, ya sean
budistas, musulmanes, judíos, católicos, protestantes, o de quien sea, incluso
de los ateos”.
Los
directivos y caricaturistas del semanario Charlie Hebdo han abusado de la
libertad que se ha conquistado a través del cristianismo en Occidente. Es una
contradicción, porque ellos publican caricaturas blasfemas no solamente en
contra de los musulmanes, eso hay que analizarlo bien, sino en contra de la Iglesia Católica,
en contra del concepto mismo de Dios”.
Quienes
reconocen de la importancia y del respeto a la dignidad del otro por el simple
hecho de ser humano, no deben vulnerar la dignidad de los demás, porque su
dignidad tiene que ver con su creencia. Esto nos obliga a no lastimar la
creencia y sentimientos de los demás.
Podemos
recordar el caso de Asia Bibi, la madre
católica condenada injustamente en Pakistán bajo la ley de blasfemia, quien el
pasado 12 de diciembre cumplió 2 mil días de encarcelamiento y que está a la
espera de que la Corte
Suprema de Pakistán la libere de la pena de muerte.
En
2009, Asia trabajaba recogiendo frutas con otras mujeres musulmanas. En una
ocasión fue al pozo local para tomar un poco de agua; sin embargo, esto hizo
que sus compañeras la acusaran de haber hecho impura el agua para el resto de
trabajadores por su condición de cristiana. Al año siguiente fue condenada a
morir bajo la ley de blasfemia.
Su
caso, ha sido defendido por un pequeño
puñado de católicos españoles y franceses, quienes a través de sus
intervenciones han logrado frenar la pena de muerte, pero este tipo de casos parece
que no merece la condena de la sociedad mundial, no trasciende, como fue con
Charlie Hebdo.
Por
otro lado, aunque eso es inevitable, las manifestaciones de rechazo que se han
dado en el mundo en contra del atentado a Charlie Hebdo favorecen al Estado
Islámico, porque para ellos les representa un triunfo para su causa, ya que les
permitió vengar a Mahoma.
Veamos
lo que el diario The Spectator reprocha a los franceses: ¨Imagínese que ud. es
un musulmán lambda, que no es partidario de los asesinos ni extremista de ningún tipo, pero que se ha sentido ofendido
por las caricaturas de Charlie Hebdo. Para ese musulmán no hay mucho espacio
hoy en Francia. Está obligado a manifestar su solidaridad con Charlie Hebdo y a
defender sin reservas el derecho a criticar y satirizar incansablemente su
religión semana tras semana. Si no lo hace así será acusado de estar del lado
de los terroristas¨.
La
presión por elegir ¨yo soy Charlie¨ parece que ha ido demasiado lejos.
Javier
Ordovás
Buen artículo,estoy de acuerdo contigo, es una pena que no nos manifestemos más contra tanta atrocidad.
ResponderEliminarExcelente articulo... reflexivo, sensato por demás.
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