Consejos prácticos para el estudio de la Biblia
Todos nos podemos
alimentar en la Biblia, pero no todos podemos
interpretarla.
Cualquier persona puede disfrutar de una obra literaria pero
son los críticos especialistas quienes tienen capacitación para dictaminar. Con
mayor motivo, la Biblia, que es de inspiración divina, requiere de
especialistas en muchas materias y de la autoridad moral para su correcta
interpretación.
Hoy día en muchas familias católicas encontramos la Biblia como el
libro sagrado de la casa. Ojalá que pronto llegue el día que cada católico sea
un asiduo lector de la Escritura Sagrada.
Pero muchos que comienzan a leerla, después de algunos capítulos
la dejan de lado por no comprender casi nada. Dicen que leer la Biblia les
resulta difícil. Es un libro tan largo y a veces difícil, especialmente para
uno que sabe poca historia y poca geografía, y no tiene costumbre de ubicar lo
que lee en su propio contexto.
También se da el caso de católicos que, comienzan a leer la Biblia,
y se dejan llevar por interpretaciones parciales, caprichosas y fanáticas que
poco a poco lo llevan a uno a adherir, por mero sentimentalismo, a algunas de
las muchas sectas bíblicas ya existentes, apartándose, por ignorancia, de la
Iglesia Católica.
Y no faltan los que quieren leer toda la Biblia sin alguna
explicación; o toman la Biblia como un juego de naipes abriendo el libro al
azar, o saltando por aquí o por allá y piensan que Dios automáticamente les
comienza a hablar. Es un riesgo muy grande; es como jugar a la suerte.
Para evitar estos peligros,
no basta leer la Biblia con fe y devoción. Hay que juntar la fe, la oración
y la devoción con el estudio. Leer
la Biblia sin una adecuada preparación es tentar a Dios. Hay que prepararse
para leerla.
Hoy, más que nunca, debemos tener una cierta preparación para
iniciar una lectura seria de la Biblia.
Para muchos, la Biblia sigue siendo un hermoso libro cerrado que
adorna nuestra biblioteca. El problema es: ¿cómo leer, cómo comenzar con este
libro? Siempre ha sido difícil la iniciación a la lectura de la Biblia. Exige
de nosotros paciencia, humildad, serenidad y una cierta disciplina intelectual.
Algunos consejos prácticos para
comenzar el estudio de la Biblia.
1.- Las mejores Biblias
Muchas personas se preguntan cómo conseguir una buena edición
moderna de la Biblia Católica. Recuerda que ésta tiene 73 libros, está completa
para el estudio y debe tener aprobación eclesiástica (Imprimatur)
Hoy existen muy buenas Biblias católicas; les recomendamos la
Biblia de Jerusalén, la Biblia de América, La Nueva Biblia Americana, la Biblia
de Navarra, Biblia Latinoamericana, la Biblia del Peregrino, Nacar-Colunga, entre
otras.
Da pena ver gente ansiosa de conocer la Biblia y lo hace con
ediciones demasiado antiguas, incluso incompletas, sin introducciones, ni
comentarios; o con ediciones de bolsillo que está bien para llevarlas a un
paseo pero no para hacer estudios serios con ellas.
2.- Una Biblia de uso personal
Conviene que cada persona tenga su propia Biblia en la que
libremente vaya subrayando los textos más importantes o más significativos en
relación con nuestra vida de fe, con nuestro seguimiento de Cristo, con nuestra
vida de oración, de evangelización, etc.
E incluso uno va poniendo anotaciones personales, inquietudes
originadas de la propia reflexión y experiencia pastoral, apuntes tomados de
cursillos, retiros, libros… Sólo así se aprenden las cosas, y con gusto.
3.- Conocer bien la Biblia
Es decir, antes de estudiar el texto sagrado, hay que echar un
vistazo general a la edición de su Biblia; ver qué dicen los editores sobre el
manejo del libro, ver cómo se citan los libros, qué introducciones hay, qué notas,
mapas, o temas especiales, etc…
Esto puede ahorrar mucho tiempo y trabajo. No hay por qué anotar
en cuadernos o papelitos cosas que ya están muy bien puestas en las notas más
importantes Te recomendamos nuestro artículo sobre el manejo de la Biblia:
Aprende a manejar las Sagradas Escrituras y sus abreviaciones
Así por ejemplo, la Biblia Latinoamericana pone una especie de
introducción muy buena, titulada: “¿Qué hubo en el mundo antes de la Biblia?”.
También tiene un “Indice del Evangelio” bien práctico y una serie de temas
breves con el título de “La enseñanza bíblica” que pueden ayudar mucho. Además
hay otros temas.
La Biblia de Jerusalén, entre tantas cosas excelentes, trae casi
al final una sinopsis cronológica muy útil para ubicar los acontecimientos
bíblicos dentro de la historia, de la geografía y de las otras culturas
relacionadas con la Biblia.
La Nueva Biblia Española tiene, al final, un vocabulario bíblico
teológico muy bueno. Cada uno debe familiarizarse bien con su propia Biblia.
4.- Leer y estudiar las Introducciones
Es muy conveniente leer las Introducciones que se ponen a cada
libro o a los diversos grupos de libros.
Casi todas las Biblias modernas católicas tienen muy buenas
introducciones. La Biblia de Jerusalén es excelente en este punto y es la que
ha inspirado casi todas las ediciones posteriores de la Biblia.
Algunas personas se dedican primero a leer y estudiar todas las
introducciones de cada libro y luego comienzan la lectura del texto bíblico
mismo. Es lo mejor.
5.- Leer y meditar la Biblia
A continuación, ya se puede comenzar a leer y a estudiar el texto
bíblico. Pero la Biblia es muy larga, y para todos nosotros nos resultará muy
difícil, si no imposible, leerla toda desde la primera página hasta la última.
Por tanto, hay que ser prácticos.
Si es la primera vez que te acercas a la Biblia, te proponemos un
itinerario de lectura:
Empieza con el Evangelio de San Lucas. En él podrás conocer los
rasgos más atrayentes de Jesús de Nazaret, nacido de María.
Continúa con el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí podrás
ver la hermosa actividad de la Iglesia naciente.
Después
te recomendamos volver a los Evangelios, primero Marcos, luego el de Mateo y
finalmente el de Juan.
Puedes intercalar, al fin, la lectura de alguna Carta de los Apóstoles: por
ejemplo, a los Corintios, los Tesalonicenses, etc.
Otra forma es tener un calendario litúrgico y leer las lecturas
que corresponden al día.
6-. El Nuevo Testamento
Para el cristiano lo más importante son los cuatro Evangelios, que
son el alma de toda la Biblia, y luego los otros libros del Nuevo Testamento.
Eso ha de ser el objetivo constante de nuestra lectura o estudio.
Pero es bueno conocer, siquiera básicamente, el Antiguo
Testamento: Génesis, Exodo, Deuteronomio, Josué, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de
Reyes, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar, Sabiduría, Isaías, Jeremías,
Ezequiel, Amós, Miqueas, Jonás y el Libro de Revelaciones (Apocalipsis)
7.- Lectura y meditación de la Biblia
Después de haber leído la introducción de un libro, comienza a leer
el texto mismo. No te apresures en leer todo de una vez. Lee solamente un
pasaje, o un párrafo. Lee con atención y respeto, abriendo tu corazón a lo que
Dios te quiere expresar. Subraya los textos que te impactan.
En la primera lectura de un texto, te conviene leer siempre las
notas explicativas que se encuentran debajo del texto bíblico. Estas notas
explicativas y los comentarios van a clarificarte la comprensión de los textos
bíblicos más difíciles.
Son explicaciones escritas por especialistas y hay que tratar de
entenderlas y, normalmente, han de ser aceptadas con confianza. Muchas
personas, por no leer atentamente las notas explicativas quedan sin comprender
un texto en su contexto propio, sin comprender los diversos estilos y
doctrinas, y luego abandonan la lectura por aburrimiento.
Los cursillos bíblicos intensivos, con un buen profesor, pueden
ayudar mucho, y quizás sean imprescindibles para comprender ciertos problemas y
notas técnicas.
Y ahora, ¡a comenzar!… Trata de organizar tu vida de tal manera
que todos los días encuentres un momento
de 5 a 10 minutos para la Biblia. Busca un lugar tranquilo. Lee
sistemáticamente, no saltando de una parte a otra, ni abriendo el libro al
azar.
Nunca leas la Biblia para satisfacer tu curiosidad o sólo para saber
más, sino para indagar lo que Dios quiere decirte, pues la Biblia es la Palabra
de Dios, es la carta que Él envía a sus hijos.
En la Biblia no busques ciencia, sino sabiduría. No tengas miedo
de subrayar y poner anotaciones en tu Biblia. La Biblia no es un libro para
guardar, sino para ser leída. Dice san Jerónimo:
“No debes retirarte al descanso nocturno sin haber llenado tu
corazón con una pequeña parte de la Palabra de Dios”.
Principales Biblias Católicas
Entre las Biblias Católicas más conocidas, y más usadas hoy entre
nosotros, y entre las que podemos recomendar (hay muchas más) están las
siguientes:
1.- Biblia de Jerusalén
Se llama así sencillamente por haber sido preparada por un
numeroso equipo internacional de biblistas, bajo la dirección de la famosa
Escuela Bíblica de Jerusalén. Apareció primeramente en francés (1956), de la
que se sacó la primera edición española en 1967.
Luego ha seguido una segunda edición española en 1975, revisada y
mejorada. Es la mejor Biblia desde el punto de vista crítico, teológico y
académico, con notas explicativas. Su criterio ha influido decididamente en
todas las otras ediciones de la Biblia.
Es imprescindible para un estudio serio de la Biblia. Sin embargo
el precio de esta Biblia es generalmente muy elevado.
2.- Biblia de América
Esta versión de la Biblia apareció en 1994 y es una adaptación
para América de la Biblia traducida y editada en España por la Casa de la
Biblia. Actualmente es distribuida por Verbo Divino.
Según expertos Teólogos esta Biblia de América es mucho mejor que
la Latinoamericana, en lo que se refiere a traducción, notas, comentarios y
temas de estudio.
3.- La Nueva Biblia Americana
Publicado el 9 de marzo del 2011, la Nueva Biblia Americana,
Edición Revisada (NABRE) es la culminación de casi 20 años de trabajo de un
grupo de cerca de 100 estudiosos y teólogos, entre ellos obispos, revisores y
editores.
Esta versión de la Biblia incluye una traducción recién revisada
de todo el Antiguo Testamento (incluyendo el Libro de los Salmos) junto con la
edición de 1986 del Nuevo Testamento.
De hecho el Website del Vaticano (en inglés) utiliza esta versión
de la Biblia:
Vatican.va/archive/ENG0839/_INDEX.HTM
4.- Biblia del Peregrino
El traductor de la Biblia del Peregrino, Luis Alonso Schökel, fue
profesor en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. La Biblia del peregrino
(1993), cuenta con una traducción hermosa, ágil y fiel, y es considerada hoy en
día como la más bella traducción de los textos bíblicos.
La Biblia del Peregrino, ha tenido una gran influencia en la
liturgia (especialmente los Salmos, que se ha convertido en la versión
oficial). Sobresale por la bella traducción de los textos poéticos (Profetas,
Job, Cantar, Proverbios, etc.) y el dinamismo de los textos narrativos.
5.- Biblia Latinoamericana
Se la conoce con este nombre, ya muy popularizado. Fue preparada
por un equipo latinoamericano de pastoral. Ya han salido, al menos, 81
ediciones (1990).
Tiene el mérito de estar muy adaptada al lenguaje latinoamericano
y, sobre todo, en las introducciones y comentarios refleja muy bien la realidad
y problemática socio-político-religiosa de América Latina.
Ha recibido muchas alabanzas y fuertes críticas de distintos
sectores de la Iglesia y de la sociedad. En nuestro medio ambiente y para fines
pastorales es, una muy buena Biblia. Generalmente no es un libro muy caro;
muchas veces ha sido subvencionada para el bien del pueblo.
También existe un Nuevo Testamento Latinoamericano, que es la
parte más importante de toda la Biblia Latinoamericana.
6.- Otras Biblias
Hay también muchas otras ediciones católicas de la Biblia, todas
muy buenas, aunque no hayan tenido, en nuestro medio, el éxito de las dos
mencionadas. Entre éstas no podemos dejar de nombrar las Biblias:
Nacar-Colunga, Biblia de Navarra, Biblia de Straubinger
El gran valor de estas ediciones modernas de la Biblia es, sobre
todo, que se basan en los textos originales (hebreo-griego), y no en la Vulgata
Latina como anteriormente se hacía.
Además en sus introducciones y comentarios recogen lo mejor de las
investigaciones bíblicas modernas.
Ultimamente apareció la Biblia de Estudio de las Sociedades
Bíblicas, elaborada por biblistas católicos y evangélicos, y que cuenta con el
respaldo del CELAM para ser utilizada en América Latina.
“Quien medita cada día la sagrada ley divina con esta meditación a
la gloria se encamina. Quien medita cada día las Sagradas Escrituras verá la
mano de Dios en todas las criaturas”.
Extraído del libro: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa
defender su Fe, autor: Padre Paulo Dierckx y Padre Miguel Jordá