Los diez peores (y más populares) argumentos a favor
del aborto
En los debates sobre el aborto salen los mismos
recurrentes argumentos: tú no puedes hablar porque eres hombre; el feto forma
parte de la mujer embarazada o los provida sólo os preocupáis por los que están
por nacer. El filósofo norteamericano Hershenov los expone y los desmonta.
Por David Hershenov*.
Llevo dando clase sobre la controversia del
aborto a alumnos universitarios desde hace unos 15 años. La mayoría de mis
estudiantes defienden el aborto. Discrepo con ellos, pero lo que es más
preocupante es lo débil que son las razones que dan para su posición y cómo la
mayor parte de su razonamiento puede justificar también el infanticidio.
Mis alumnos han tomado una decisión antes
de haber estudiado el lado pro aborto del debate y, mucho menos, el lado pro vida. Uno hubiera esperado que hubieran
reflexionado durante largo tiempo y leído con mayor profundidad antes de matar
a alguien.
A continuación están diez de los peores,
aunque los más populares, “argumentos” en defensa del aborto con los que me he encontrado.
No son, ni tratan de representar, lo mejor que la literatura académica tiene
que ofrecer. Más bien revelan el triste y preocupante estado de la posición pro
aborto del ciudadano.
Por motivo de espacio realizamos selección
de algunos de los argumentos.
3.- La incapacidad de los hombres de
quedar embarazados
Algunos estudiantes sugieren que como los
hombres no pueden quedarse embarazados, no deberían entrar en el debate del
aborto. Desde el momento en que sus cuerpos no pueden ser sujeto a ninguna ley
promulgada, no tienen derecho a entrar a valorar la cuestión.
Por supuesto, como mi mujer ha observado,
en el caso Roe contra Wade (la decisión que aprobó la ley del aborto) fue
tomada por nueve hombres en el Tribunal
Supremo. ¿Estarán de acuerdo mis estudiantes en que es ilegítimo?
No, no lo estarán. Lo que mis alumnos
tratan de decir es que los hombres pueden hablar sobre aborto en la medida en
que su acción ayude a permitir a las mujeres tomar la decisión de abortar por
sí mismas.
“Mis alumnos quieren restringir el debate
del aborto a quienes pueden tener hijos parecen no haber considerado las
consecuencias de este principio”
Suponiendo que esto determine el debate,
mis alumnos tienden a olvidar que hay
mujeres pro vida. Su política restrictiva sobre la libertad de expresión no
elimina a su oposición, sino que crea una confrontación entre las mujeres pro
vida y las mujeres pro aborto.
Incluso, si me pueden convencer de que
están en lo cierto, no les permitiré salir antes de clase ni eliminar el tema
de mi programa lectivo. Enseñaré sobre el aborto citando a las muchas mujeres
pro vida que conozco o sobre las que he leído.
Por fortuna, mi mujer ha escrito docenas de
artículos sobre el aborto y hemos mantenido centenares de conversaciones, por
lo que puedo dar clase durante un largo tiempo sobre la inmoralidad del aborto
incluso si debo comenzar cada cita con “mi mujer dice…”.
Si el debate sobre una política sólo puede
ser seguido por aquellos afectados por dicha política, entonces las ecofeministas no pueden hablar
sobre los males de comer carne, a menos que teman convertirse en comida de
nuestro patriarcado agrícola.
Más allá, las mujeres estériles y las que
han pasado la menopausia, como Cecile
Richards, Gloria Steinem y Hillary Clinton que son, como yo, incapaces de
quedarse embarazadas, deberán retirarse a una segunda fila. Es
cierto que anteriormente en sus vidas las políticas sobre aborto podría
haberles afectado, pero lo mismo es verdad para cada hombre que está vivo hoy
porque sus padres no los abortaron.
4.- Las cargas del embarazo y la crianza
de los hijos no está distribuidas de forma igualitaria
Los hombres están fuera de las cargas
físicas y los peligros del embarazo, por no mencionar las amenazas sobre el
empleo, la educación y la posición social que conlleva un embarazo inesperado y
la crianza de los hijos.
Como sólo las mujeres pueden quedar
embarazadas, sufren desigualdades por razones biológicas. Si las mujeres no
pueden evitar por elección el embarazo que los hombres evitan por naturaleza,
están permanentemente relegadas a una segunda clase ciudadana.
Sin embargo, ¿son las preocupaciones sobre
la igualdad realmente decisivas para apoyar el aborto? Sospecho que no.
Sospecho que, si los hombres también
quedaran embarazados y, en consecuencia, experimentaran las limitaciones
correspondientes, los defensores igualitaristas del aborto seguirían
respaldando el ‘derecho’ al aborto.
De forma similar, no reconsiderarían
algunos derechos si en nuestra sociedad la maternidad incrementara el estatus
de la mujer o su poder por encima del hombre, o si los hombres fueran
legalmente obligados a encargarse de más tareas del cuidado de los hijos de tal
forma que las mujeres no quedarían atrás ante las oportunidades sociales y
económicas.
La lógica detrás de este argumento de
desigualdad podría incluso justificar el infanticidio. Imagine a una mujer
dando a luz en una comunidad aislada en la que no hay ninguna medicina ni
sacaleches, nodrizas u otros sustitutivos. Ella debe dar de mamar las 24 horas,
con el coste social, educativo y profesional relacionado con el padre del
niño. Del mismo modo, una
distribución desigual de las cargas no justifica matar al niño antes de darlo a
luz.
7.- Matar para evitar las cargas
Debido a que los hijos son caros y consumen
tiempo, el aborto es un asunto de “justicia social”; mis alumnos con frecuencia
defienden el aborto sobre la base de que evita a los niños nacer entre pobreza,
hogares rotos, vecindarios complicados, estigmas, malformaciones u otras
adversidades.
En ocasiones algunas preocupaciones sobre
la adopción, los orfanatos, la sobrepoblación y el abuso del medio ambiente se
introducen en la mezcla.
Pero si consideraciones como estas son
razones suficientes para algunas mujeres para abortar en algunos lugares y
momentos, entonces son razones suficientes para el infanticidio en
circunstancias similares.
Sin embargo, dudo que alguien afirme que
sería justo si madres pobre o solteras de barrios deprimidos autorizasen al
personal de la maternidad a matar a sus recién nacidos para salvarlos de las
dificultades, para controlar el tamaño de la población y para aliviar la
presión sobre el medio ambiente.
8.- El feto es literalmente una parte de
la mujer embarazada
Algunos estudiantes, (generalmente de
postgrado) insisten en que el feto es literalmente una parte de la madre y no
una sustancia distinta que ocupa una cavidad en su interior. Si el feto no es
una persona distinta, sugieren, entonces puede ser matado.
Irónicamente, el argumento de que el feto es literalmente
una parte de la madre socava tres defensas del aborto bien conocidas.
“Una parte de uno mismo no puede ser un
intruso de sí mismo”
Algunos dicen, primero, que el aborto
remedia una violación fetal de la integridad corporal de la madre. Pero si el
feto es una parte de la madre, no puede violar su integridad corporal. Sólo
algo que no es una parte del cuerpo puede violar su integridad corporal.
Segundo, el feto es en ocasiones
considerado un intruso. Pero una parte de uno mismo no puede ser un intruso de
sí mismo.
La verdad es que no importa si el feto es
una parte del cuerpo de la madre. Pongamos por caso a unos gemelos siameses que
comparten partes que son esenciales para la vida de ambos. Nadie puede
controlar esas partes compartidas y llevarlas con la madre después de la
separación quirúrgica.
Así que ese “compartir” no importa
moralmente, desde el momento en que hay límites de lo que puedes o no puedes
hacer con las partes de tu cuerpo. Lo que importan moralmente son otros
factores como el valor de los siameses y su capacidad de ser dañados o
beneficiados.
Si matar inocentes fuera permisible, sólo
cuando hay partes, entonces los recién nacidos podrías ser matados antes de que
se corte el cordón umbilical, mientras los embriones que no se han implantado
en la pared uterina no podrían ser eliminados. Curiosamente, los abortivos serían inmorales, pero el
infanticidio no.
9.- Viabilidad
Aunque pocos de mis alumnos han leído la
sentencia del caso Roe contra Wade antes de llegar a mi clase, muchos de ellos
están familiarizados con el concepto de viabilidad en el que se basa esta
infame decisión. Creen
que mientras el feto llega a ser viable y puede sobrevivir de forma
independiente a la madre, está permitido matarlo. Pero esta consideración, de
nuevo, podría justificar el infanticidio.
“Los pacientes de la UCI no son viables
pues dependen de máquinas para su supervivencia”
Más arriba hemos tratado la posibilidad de
que dar de mamar es la única fuente disponible para la crianza, en cuyo caso un
bebé dependería del cuerpo de su madre para sobrevivir. (Y hay otros
dependientes sobre los que no pensamos que haya libertad para matarlos. En la
forma más amplia de entender el argumento de la viabilidad, los siameses o
pacientes de la UCI no son viables, pues dependen, de los cuerpos de otros o de
máquinas para su supervivencia).
Por fortuna para los dependientes
postparto, la mayoría de los que defienden el aborto apelando a la viabilidad
no cree realmente que la viabilidad es moralmente significativa. Mis
estudiantes pueden llegar a estar de acuerdo que la viabilidad no es lo que
importa, porque no creen que la permisibilidad del aborto cambiara si los
hechos sobre el inicio de la viabilidad fueran diferentes.
No están de acuerdo en que el aborto sea
permisible hasta el nacimiento si la viabilidad no se produjo hasta finales del
noveno mes de embarazo y no estarán de acuerdo en que el aborto sería
inadmisible durante prácticamente todo el embarazo si el embrión fuera viable
desde unos días después de la concepción.
10.- Conocimiento de las perspectivas
futuras
Muchos de los alumnos señalan que el feto
abortado no sabe qué es lo que se pierde. La injusticia del asesinato, asegura
el argumento, está en que priva a la víctima de su futuro, pero el feto no
tiene idea sobre su futuro.
Es cierto, pero lo es para el niño
asesinado. Algunos responden que el feto inconsciente, a diferencia del niño,
no siente dolor. Pero la anestesia puede eliminar esta objeción. Algunos
replican que la ansiedad por la muerte inminente no puede ser anestesiada.
Pero en el caso de los recién nacidos, no
sucede así. (Incluso los alumnos de universidad no esperan que una muerte
durante el sueño sea sin dolor y por lo tanto no experimentan ninguna ansiedad
acerca de estas tragedias nocturnas).
Conclusión: entre la endeblez y el cinismo
Estos son 10 de los peores argumentos para
el aborto. Los he recopilado para llamar la atención sobre la pobreza de
argumentos del proabortismo.
La actitud de mis alumnos me recuerda al
cinismo de Jonathan Swift sobre que no se puede razonar con personas que tienen
ideas que no fueron razonadas. Hallo consuelo en que la confianza de mis
alumnos en sus posiciones haya disminuido y su respeto por el otro lado se haya
incrementado. Quizás el debate se vuelva más civilizado y un diálogo real,
una recompensa menor en sí misma, pero un requisito previo para el progreso
sustancial.
* David Hershenov es profesor de Filosofía
en la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo.
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