Marianne,
enfermera: “Cinco razones por las que dejé de practicar abortos en Planned Parenthood”.
Ahora forma parte activa en la defensa de la vida.
Según Liveactionnews, Anderson fue
contratada para poner en práctica el programa de sedación consciente, lo que le
permite a los pacientes comprar sedantes que son administrados por vía
intravenosa antes de realizarse el aborto.
Marianne Anderson trabajó durante dos años
y medio en Planned Parenthood. Ahora, no puede evitar sentir un nudo la
garganta cada vez que pasa por delante del abortorio.
Marianne decidió dejar su trabajo en Planned Parethood
después de ser testigo de lo que sucedía dentro de sus instalaciones. Después
de aquel infierno su opinión cambió rotundamente y ahora, forma parte activa en la defensa de la vida.
Anderson explica cuál fue su motivación
para convertirse en enfermera de uno de estos centros. Había visto las secuelas
que provocan los abortos mal realizados, a chicas que deciden realizarse
abortos a sí mismas y acaban sufriendo histerectomías (operación quirúrgica que
consiste en extirpar el útero total o parcialmente) o incluso mujeres que acudían a las
clínicas con palizas de sus parejas por haberse quedado embarazadas.
Admite que estaba a favor del aborto cuando
aceptó el trabajo y que su intención era proporcionar un lugar seguro para todas
las mujeres que querían someterse a la operación: “La gente no debería hacerlo
por su cuenta, si van a seguir haciéndolo de todos modos, ¿por qué no
proporcionarles un lugar seguro para que lo hagan?”.
Después de ser testigo de lo que sucedía
dentro de sus instalaciones cambió su opinión rotundamente. Además expone los cinco motivos por los que
considera que estos centros no deberían permanecer abiertos:
1.- Planned Parenthood no es
“pro-elección” es “pro-aborto”
Anderson trabajó en una de las sedes de
Indianápolis, pero explica que representantes de la sede central de Nueva York
les presionaban e incluso les ofrecían sesiones de entrenamiento antes de
llevar a cabo su trabajo.
Ella pensaba que las mujeres que acuden a estos
centros tienen libertad para elegir si desean abortar o no, pero la realidad es que la gran
mayoría de las que entran allí, son sometidas a la operación.
Para los médicos el tiempo es oro y no
permiten que las mujeres cambien de idea. “Te metías en un problema cuando
hablabas demasiado con los pacientes y les preguntabas si estaban seguras de lo
que iban a hacer”.
“Cuando pedíamos
una ambulancia nos prohibían mencionar la palabra aborto, porque sabían que las
llamadas quedan registradas y podían llegar a hacerse públicas”
En muchas ocasiones las chicas lloraban
sobre la mesa de operaciones y que el doctor para el que ella trabajó, Michael
King, siempre decía: “Tú has elegido estar aquí, así que estate quieta que no
tengo tiempo para esto”.
2.- Obliga a los trabajadores a tapar los
problemas que suceden en los centros
Había muchas emergencias médicas durante
las operaciones y que en numerosas ocasiones deben llamar al 911 para pedir una
ambulancia. Lo más común, afirma, es que “las chicas se
desangraran o tuvieran alguna reacción a los sedantes”
“Cuando pedíamos una ambulancia nos
prohibían mencionar la palabra aborto, porque sabían que las llamadas quedan
registradas y podían llegar a hacerse públicas. Además pedían a las ambulancias
que llegaran a los centros sin luces ni sirenas, y fueran directamente a la
entrada menos visible para no llamar la atención”.
3.- Planned
Parenthood exige una cantidad de abortos mensuales
La organización trata de asegurarse una
cuota mensual de abortos y Anderson cuenta que “nos gritaban constantemente si
no cogíamos el teléfono y nos amenazaban con ser despedidos…”. Y añade que la
gente gritaba que había que hacer “abortos todo el tiempo”. En esos momentos
“solo pensaba que tenía que salir de allí”.
“Durante
las reuniones nos hablaban de que había que realizar un número determinado de
abortos, porque necesitaban dinero. Cada día nos decían: si los abortos bajan,
empezaremos a mandar a gente a casa se reducirán los sueldos”.
Anderson explica que lo peor
era escuchar hablar a los médicos con los restos de los bebés abortados.
“Veía como el doctor vertía los ‘productos de la concepción’ en un colador
y el resto lo tiraba por el inodoro. Mientras tanto, buscaba las partes del
cuerpo del feto y decía: vamos
bracito, sé que estás por aquí. Deja de esconderte de mí.
Creo que todavía el sonido de la máquina de
succión cuando se encendía me persigue”.
4.- Se aprovecha de las mujeres
vulnerables y ayuda a los traficantes sexuales
Anderson cree que muchas de las mujeres que
acuden a estos centros son víctimas de la trata sexual. Recuerda que en una
ocasión una chica le avisó de que estaba siendo violada, pero cuando ella
advirtió a sus superiores del caso le dijeron que dejara que el hombre se
marchase.
También cuenta el caso de una chica
coreana. “No tuve ninguna duda de que se trataba de una esclava sexual. Durante
la ecografía me dijo que había un montón de chicas como ella en la casa y que
el hombre las golpeaba. Nunca volví a verla”.
Anderson cree que Planned Parenthood hace
caso omiso de las peticiones de ayuda de las mujeres y que encubre a los
traficantes sexuales y a los violadores.
Afirma que pidió ayuda a uno de los
rescatadores: “Él trató de darme información pero no podía ni aceptarla, tenía
que alejarme de allí porque hay cámaras que vigilan las entradas”.
5.- Planned Parenthood prohíbe el contacto
con los pro vida
La organización es muy consciente del
impacto de los rescatadores pro vida que se encuentran en las puertas de los
centros y se preocupan de que su presencia reduzca las ganancias de los
abortos.
“Un día escribí una nota para uno de los
rescatadores: ‘He trabajado aquí durante un poco más de dos años.
Estoy buscando activamente otra cosa. Por favor reza por mí. No quiero estar
aquí.
Él trató de darme información pero no podía
ni aceptarla, tenía que alejarme de allí porque hay cámaras que vigilan las
entradas”.
Finalmente, Marianne Anderson
decidió adoptar una postura provida, y relacionarse con Abby Johnson.
Ahora, es feliz con su nuevo trabajo en un hospital y forma parte activa en la
defensa de la vida.
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