La moneda española que globalizò la economìa


La moneda española que globalizò la economìa

 

¿Qué colonialismo se portó peor con los indígenas, el inglés o el español?


 

¿Qué colonialismo se portó peor con los indígenas, el inglés o el español?

José Saloña

 

Erasmus Darwin, el abuelo de Charles Darwin, denunció lo siguiente:

"En mis viajes por el inabarcable imperio español he quedado admirado de cómo los españoles tratan a los indios, como a semejantes, incluso formando familias mestizas y creando para ellas hospitales y universidades, he conocido alcaldes y obispos indígenas y hasta militares, lo que redunda en la paz social, bienestar y felicidad general que ya quisiéramos para nosotros en los territorios que, con tanto esfuerzo, les vamos arrebatando.

Parece que las nieblas londinenses nos nublan el corazón y el entendimiento, mientras que la claridad de la soleada España le hace ver y oír mejor a Dios. Sus señorías deberían considerar la política de despoblación y exterminio ya que a todas luces la fe y la inteligencia española están construyendo, no como nosotros un imperio de muerte, sino una sociedad civilizada que finalmente que finalmente terminará por imponerse como por mandato divino.

España es la sabia Grecia, la imperial Roma, Inglaterra el corsario turco."

 

Las pruebas de que los cuatro Evangelios son fiables como fuente histórica sobre Jesucristo

 



Las pruebas de que los cuatro Evangelios son fiables como fuente histórica sobre Jesucristo


Los españoles, primeros civilizadores de América


Los españoles, primeros civilizadores de América

 Charles Fletcher Lummis (1859-1928), periodista, historiador y activista a favor de los indios estadounidenses, en su libro LOS EXPLORADORES ESPAÑOLES DEL SIGLO XVI (1920), escribe: El honor de dar América al mundo le cupo a España; el crédito, no solo del descubrimiento, sino de siglos de trabajo pionero tal que ninguna otra nación en ningún otro país se le puede equiparar.

 Prácticamente una sola nación tuvo la gloria de descubrir y explorar América, de cambiar las ideas del mundo sobre la geografía y de llevar por sí sola el conocimiento y el comercio durante un siglo y medio. Y esa nación es España.

 No solo fueron los españoles los primeros conquistadores del Nuevo Mundo, sino también sus primeros civilizadores. Ellos construyeron las primeras ciudades, las primeras iglesias, escuelas y universidades, montaron las primeras imprentas y publicaron los primeros libros; escribieron los primeros diccionarios, historias y geografías, y trajeron los primeros profesores y misioneros.

Una de las cosas más asombrosas de los españoles, es el espíritu humanitario y progresista que desde el principio hasta el fin caracterizó sus instituciones.

 Los españoles no exterminaron a ninguna nación aborigen, como exterminaron docenas de ellas nuestros antepasados los ingleses… Entre el Cabo de Hornos y el Polo Norte no había ni una mala casucha inglesa ni un solo hijo de Inglaterra… España se desangró en una conquista tan enorme que ni aún hoy podría nación alguna dar los hombres o el dinero necesarios para una empresa semejante en pos del progreso mundial.

 Algunas historias han pintado a esta heroica nación como cruel para los indios; pero la verdad es que la conducta de España en este particular a nosotros debería avergonzarnos. La legislación española referente a los indios de todas partes, era incomparablemente más extensa, comprensiva, sistemática y humanitaria que la de la Gran Bretaña, la de las Colonias y la de Estados Unidos juntas

 


 

CÓMO ESPAÑA EVANGELIZÓ AMÉRICA

 


CÓMO ESPAÑA EVANGELIZÓ AMÉRICA


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El mito del subdesarrollo económico en América durante la época de los virreinatos

 



El mito del subdesarrollo económico en América durante la época de los virreinatos españoles

Autor: Emilio Acosta.

Resulta verdaderamente llamativo que mientras las acusaciones de que la pobreza en América se debe al imperio español son tan frecuentes… muy poca gente se interese en averiguar cómo funcionaban en verdad las economías durante la época de los virreinatos.

Este asunto, de gran trascendencia, que suele permanecer en la fila de los largos silencios de la leyenda negra (*) tiene una importancia capitular en este espacio, en la medida en que podamos obtener documentación que lo exponga. De hecho, tengo pendiente un post propio sobre un trabajo que enlazaré (**) abajo, pero me parece también que esta publicación del espacio de Facebook "Venezuela Provincial" nos da una buena visión general de qué diferente era aquella sociedad a como la pintan sus demeritadores interesados (***) del presente.

"Es común y hasta popular en Hispanoamérica la idea de que los problemas del subdesarrollo son culpa de la herencia española. Constantemente lo vemos señalado en los medios de comunicación o en declaraciones políticas, como motivo principal de la pobreza en el continente.

Pero nada más alejado de la realidad; entre 1800 y 1820, los niveles de vida de los trabajadores en la América española eran superiores, midiendo por la capacidad de compra de los salarios en productos como grano, carne y azúcar. Eran de los salarios más altos del planeta, más altos que en Asia y algunos países europeos (ver gráfico en comentarios).

En el virreinato de la Nueva Granada en 1795, el sueldo anual del virrey era de 320.0000 reales. Un trabajador rural ganaba 240 reales, el administrador de la Casa de Moneda: 24.000 reales, carpintero: 544 reales, maestra: 192 reales, el jornal diario era entonces de 2 reales.

Biológicamente, las estaturas en Nueva España y Venezuela, eran similares a las europeas. Al igual que en los EEUU o Gran Bretaña existían diferencias sociales en las estaturas. En cambio, entre las décadas de 1730 y 1760 las diferencias decrecieron y no resultan mayores que en estos dos países.

Alexander Von Humboldt cita lo siguiente:

“El agricultor indio es pobre pero libre. Su situación es mucho mejor que la de los campesinos del norte de Europa, en especial rusos y alemanes. El número de esclavos es prácticamente cero.”

“¡Esto debe saberse en Europa! Los mineros mexicanos son los mejores pagados del mundo, ellos reciben de seis a siete veces más salario por su labor, que un minero alemán.”

El historiador mexicano, Toribio Esquivel Obregón cita también:

"El jornalero de la época virreinal, con 250 días de trabajo podía comprar 37,71 hectolitros de maíz, y en 1908 solamente 23,51 hectolitros. En 1792 podía comprar 23 medidas de 100 kg de harina y en 1908 ya nada más que 5,25. El jornalero de la época colonial podía comprar tanto trigo como el francés de hoy (1915)"

En conclusión, los duraderos problemas económicos de Hispanoamérica, no están enlazados con el período virreinal como muchas personas piensan, sino después, a partir de las independencias.

Fuente datos: Dobado, G. y García, H.

“Neither so low nor so short! Wages and Heights in Eighteenth and Early Nineteenth Centuries Colonial Latin America”.

“Colonial Origins of Inequality in Spanish America? Some reflections based on new empirical evidence”. " Publicado en Venezuela Provincial

 


Desmontando el mito de la superpoblación creado por Malthus


Foto: producción intensiva en invernaderos
Desmontando el mito de la superpoblación creado por Malthus

El hambre en el mundo no es por falta de alimentos sino por su desigual distribución.

El mito de la superpoblación ha sido uno de los argumentos más usados para justificar algunas de las prácticas más aberrantes cometidas por el ser humano como el aborto. Se puede resumir en la idea de que ‘para poder sobrevivir y no destruir el planeta, hay que reducir la población mundial’.
Así argumentan organismos como la ONU, que busca imponer el aborto en el mundo, o el Club de Roma, que propuso pagar 80.000 dólares a aquellas mujeres que con 50 años tuviesen uno o ningún hijo. Con ello lograrían su objetivo, reducir a los seres humanos.
Sin embargo la teoría de la superpoblación es un mito, y las razones que esgrimió su creador, Thomas Malthus, son erróneas. Eso es lo que constata el Population Research Institute con una serie de cuatro vídeos que ha publicado para desmitificar este mito.
En Inglaterra 1798, el pastor Thomas Malthus, descubrió que la producción de alimentos aumentaba aritméticamente y la población exponencialmente y llegó a la conclusión de que el mundo carecería de alimentos en 1890.
Pensó que la causa de ello eran las bajas tasas de mortalidad y recomendó exterminar a los pobres de la sociedad para evitar que los que tienen mueran de hambre.

No estamos superpoblados

Desde la época de las cavernas hasta nuestros días, la humanidad sigue existiendo gracias a que cada generación trae una nueva que va remplazándola. Para que cada generación reemplace a la anterior debe nacer una persona por cada persona viva. Cuando todo se mantiene igual se crea un balance demográfico perfecto. Como las mujeres son las únicas que pueden tener hijos para reemplazar a cada persona en la Tierra, cada mujer necesita tener dos hijos, uno que la reemplace a ella y otro que reemplace al hombre que no puede tener hijos.

La Tasa Global de Fecundidad es la cantidad promedio de hijos que cada mujer tiene en una determinada sociedad. Esta cifra nos indica si una sociedad está creciendo o decreciendo. En los países en desarrollo, la tasa de natalidad, tasa de reemplazo, es de 2,1 niños por mujer. Esto mantiene la población estable pero, suponiendo que todas las mujeres tengan hijos y que no haya guerras, o hambrunas, o enfermedades,…

Como no todas las mujeres desean tener hijos para mantener la población equilibrada, algunas mujeres deben tener más de 2,1 hijos para balancear la tasa de natalidad con respecto a las mujeres que sólo quieren tener uno o ningún hijo.
En el mundo real, los desastres suceden constantemente. Lamentablemente, no todos los niños alcanzan la edad adulta, especialmente en los países pobres. Todos estos eventos hacen que la tasa real de reemplazo llegue hasta 3,3 niños por mujer.

Mantener este balance es de gran importancia. Si la sociedad no se reemplaza a sí misma en cada generación, las cifras de seres humanos comienzan a caer de forma exponencial. Los problemas sociales y económicos aparecen cuando las personas mayores  que se jubilan, superan en número a los jóvenes que ingresan al trabajo. Lo que sabemos que actualmente está sucediendo en el mundo desarrollado.

Muchos países en todo el mundo están apenas reemplazándose mientras que una mayoría creciente tiene tasas de natalidad por debajo del reemplazo, tan bajas como 1,8 y hasta 1,2 niños por mujer. Algunas sociedades están en un verdadero peligro: la extinción.

Hay suficientes alimentos para todos

Según los defensores de la superpoblación, somos tantos en el planeta, que no hay posibilidad de que la producción de alimentos alcance para todos. Sin embargo, de acuerdo con la FAO y el Programa Mundial de Alimentos,  actualmente hay  suficiente comida en el planeta como para alimentar a todos.
No solamente eso, sino que cada vez tenemos más alimentos empleando menos tierra que antes. Es por ello que en EEUU y en Europa se permiten el lujo de pagar a algunos agricultores por no producir más alimentos sino, más bien, por devolver tierras a la naturaleza.  La tecnología moderna también nos permite producir en tierras  donde hubiera sido imposible hacerlo unos pocos años atrás.
Entonces ¿Por qué hay gente en   distintas partes del mudo que mueren  hambre? El Programa Mundial de Alimentos enumera las causas claves del hambre y la superpoblación no se encuentra en esta lista:
-          La guerra que destruye los cultivos y afecta a los esfuerzos de ayuda humanitaria.
-          La pobreza generalizada que impide a muchos comprar los alimentos que necesitan.
-          Un falta de infraestructura que implica que no haya una manera eficiente de transportar los alimentos a las zonas que lo requieren.

El  porcentaje de pobres ha disminuido a pesar de que la población ha crecido.

Según el Banco Mundial, pobreza es cuando las personas son privadas del bienestar como resultado de bajos ingresos y no son capaces de conseguir los bienes básicos que necesitan para vivir con dignidad.
¿Cómo hemos superado hasta ahora la pobreza? Nos mantuvimos multiplicándonos y formando comunidades en las que las personas no emplean su tiempo solamente en supervivencia y son capaces de hacer otras cosas como dividir tareas, compartir recursos y unir sus energías mentales parta que surjan soluciones creativas a sus problemas.
Estas comunidades se iniciaron con familias que se hicieron más extensas y crearon tribus y finalmente ciudades y naciones.

¿Y qué efecto ha tenido este crecimiento sobre la pobreza?  De hecho la historia muestra como nuestro número ha crecido y también nuestro estándar promedio de vida.
Los científicos han medido este estándar de vida en todo, desde el ingreso per cápita, hasta la cantidad promedio de calorías consumidas, incluso la talla promedio,… y todos estos promedios han ido aumentando. Lo que significa que, a pesar de que la pobreza persiste, el porcentaje de pobres ha disminuida a pesar de que la población ha crecido.

 La razón de esto es que los seres humanos no somos solamente consumidores, sino que somos también productores. Por esto, a lo largo de muchos siglos hemos aprendido por ejemplo a producir más alimento en menos tierra, encontrar mejores fuentes de energía y asegurarnos de que más gente tenga lo suficiente para comer y un techo para dormir.

En 2040 alcanzaremos el máximo de población y empezaremos a disminuir

La pobreza es un problema que no se soluciona eliminando gente. La pobreza ha sido siempre un problema, incluso cuando el planeta estaba poco habitado. Las personas son la única forma comprobada de salir de la pobreza.
Hemos alcanzado los 7 mil millones de habitantes, cifra record en la historia de la humanidad, y aumentamos en 1.000 millones cada 15 años.
En 1804 la población mundial alcanzó 1.000 millones.
En 1927 se duplicó esa cifra.
Sin embargo en 1960 esa cifra aumentó solamente la mitad y en 1975 solo creció un tercio, y luego un cuarto y, luego un quinto,…

En los 40 últimos años la Tasa Global de Fertilidad ha seguido disminuyendo. Según datos de la ONU la población mundial alcanzará un máximo dentro de 24 años, después comenzará a decrecer y, a finales del siglo, perderemos 1000 millones de personas cada 20 años. Es decir, dentro de 75 años estaremos de nuevo en los 7.000 millones actuales.

En este contexto vale la pena citar la Encíclica Laudato Si n. 50, del Papa Francisco:

“En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo diferente, algunos atinan sólo a proponer una reducción de la natalidad. No faltan presiones internacionales a los países en desarrollo, condicionando ayudas económicas a ciertas políticas de « salud reproductiva ». Pero, « si bien es cierto que la desigual distribución de la población y de los recursos disponibles crean obstáculos al desarrollo y al uso sostenible del ambiente, debe reconocerse que el crecimiento demográfico es plenamente compatible con un desarrollo integral y solidario ». Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas. Se pretende legitimar así el modelo distributivo actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo. Además, sabemos que se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen”






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