La reforma de Lutero fue un “fracaso”



La reforma de Lutero fue un “fracaso”, afirma Obispo español

ACI prensa
La reforma de Martín Lutero fue un “fracaso”, afirmó el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, durante el último día del curso de clausura en La Granda.
“La obra de Lutero tuvo dos grandes efectos negativos contrarios a su intención, la ruptura de la unidad de la Iglesia latina, que se consumó con la creación de un aparato eclesiástico enfrentado a la Iglesia Católica, y la configuración progresiva del secularismo, de tal modo que la religión se quedó relegada a la esfera de lo privado”, señaló el Prelado el pasado 30 de agosto.
Mons. Martínez Camino dio la ponencia “Fracaso de la Reforma: Cisma y ‘guerras de religión’”.
Según informó el sitio Elcomercio.es, el Obispo español indicó que “había mucho que reformar, príncipes y obispos copaban los cargos, pero sus consecuencias (de la reforma) fueron indeseables”.
“Aunque las circunstancias sean escandalosas, aunque el Papa fuera un hereje, que lo puede ser, no hay razón suficientes para hacer una iglesia al lado de la del Papa”, advirtió.
El portavoz de la CEE se refirió también a la libre interpretación de la Biblia promovida por Lutero. “Este es el asunto que propició el gravísimo paso que dio el reformador, optar por su propia interpretación. La escritura es un objeto, la revelación no”, señaló Mons. Martínez Camino, al recordar que la Sagrada Escritura necesita ser interpretada de acuerdo a la revelación.
“Su error fue pensar que la palabra caía del cielo y que una vez en la tierra funcionaba por sí misma, cuando la realidad es que no hay escritura sin testigo. Y el testigo adecuado de la palabra de Dios es la Iglesia. La revelación no se da por internet”, señaló.
El Obispo español recordó que la reforma protestante dio paso a las llamadas Guerras de Religión, un episodio que culminó con la Paz de Westfalia en 1648.
Sin embargo, aclaró que si bien “subyace una connotación religiosa, tienen una raíz política y económica, no se puede hablar de guerras de religión”.
“Los monasterios, los caminos, las catedrales, todos los bienes de la Iglesia pasaban a los príncipes, con el consiguiente conflicto de intereses. La reforma de Lutero trajo consigo la ruptura de la Iglesia y de la realidad sociopolítica de Europa”,


La prostituta feliz no existe

«La prostituta feliz no existe», es un engaño ideológico apoyado por proxenetas, burdeles y clientes

De ReL
"La mayoría de las 'trabajadoras sexuales' son esclavas actuales. La prostitución raramente es una elección, si es que lo es alguna vez": así titula y resume Julie Bindel un amplio reportaje en el veterano semanario británico The Spectator, donde denuncia la existencia de una connivencia entre el lobby de los interesados en legalizar la prostitución (proxenetas, dueños de burdeles y clientes) y el lobby ideológico que la ve como una "liberación" de la mujer. Julie Blindel, lesbiana y feminista, es conocida en el Reino Unido por su oposición a los vientres de alquiler y su rechazo a las imposiciones lingüísticas de la ideología de género, que considera "el último asalto del lobby transexual contra la feminidad".


En medio de la atrocidad que supone la esclavitud moderna, que afecta sobre todo a hombres vulnerables forzados a trabajos no cualificados, existe en el Reino Unido una forma de abuso aún peor. Este abuso lo podemos ver en cada metrópolis, en cada ciudad y en cada pueblo. Es endémico en todas las culturas y regiones del mundo y, sin embargo, actualmente se justifica en nombre de la "liberación". Nos hemos acostumbrado a pensar en la prostitución como una forma legítima de ganarse el sustento, incluso de "empoderamiento" de las mujeres. Lo llamamos "trabajo sexual" y lo ignoramos. No deberíamos hacerlo.
 
La "prostituta feliz", un mito
En los últimos tres años he investigado la prostitución en el mundo para verificar si es cierto, como dice la sabiduría popular, que es una elección tan válida como cualquier otra. He llevado a cabo 250 entrevistas en 40 países, he entrevistado a 50 supervivientes del comercio sexual y la respuesta ha sido en casi todos los casos siempre la misma: no hay que creer en el mito de la "prostituta feliz" que se ve en la televisión. Prácticamente siempre es esclavitud. Las mujeres que trabajan como prostitutas tienen una deuda que pagar y están en aprietos. Necesitan ser rescatadas como cualquiera de las otras víctimas de la esclavitud moderna.

Los defensores del mito: una coalición de intereses
Uno de los descubrimientos más inquietantes que he hecho es que las voces que resuenan con más fuerza para que se legalice y se normalice la prostitución proceden de las personas que se benefician de ella: los proxenetas, los clientes y los propietarios de los burdeles. Han tenido éxito hablando en nombre de las mujeres a las que esclavizan. Las personas que conocen de verdad cómo funciona el comercio sexual han sido amordazadas por un lobby poderoso de ideólogos "progresistas" engañados y por quienes especulan con dicho comercio.

Abuso, alcohol, drogas...
Como me dijo Autumn Burris, una ex prostituta de California, que se fugó a finales de los años noventa: "Tenía que decirme muchas cosas, muchas mentiras, para que mi cerebro no estallara en miles de pedazos, enloqueciendo, debido al abuso continuo que sucedía una y otra vez, y a la violencia que entraña la prostitución". Autumn hace campaña en favor del fin del comercio sexual y lleva a cabo cursos de formación para oficiales de la policía y otros profesionales acerca de la realidad de la prostitución.
 
Una superviviente del comercio sexual en Alemania, Huschke Mau, lo expresó así: "Cada vez que tenía un cliente tenía que beberme no un vaso de vino, sino la botella entera. Si estás sobria y no tomas drogas, te es imposible tener sexo con el cliente. De hecho, cuando dejé de beber, tuve que dejarlo".

En el origen: la epidemia de sida 
Si la prostitución equivale a la esclavitud, entonces ¿por qué diablos los defensores de los derechos humanos y muchas otras personas de izquierdas apoyan que la prostitución es un "trabajo" para las mujeres y un "derecho" de los hombres?

Todo empezó cuando surgió la campaña contra el VIH/sida. Entonces pareció lógico legalizar los prostíbulos y el proxenetismo, y crear "zonas de tolerancia" en las calles, como la que hay en Leeds. La "lógica" de esta postura era que si se eliminaban todas las sanciones criminales, las prostitutas estarían vinculadas a organismos de apoyo lo que llevaría al 100% de utilización del preservativo. Esto, a su vez, reduciría drásticamente los índices de VIH, argumentó el lobby pro-legalización de la prostitución, y terminaría con el asesinato de las prostitutas a manos de sus chulos y clientes.
 
Ésta era la teoría. Pero he visitado una serie de burdeles legales en Nevada, Alemania, Holanda y Australia y he examinado las afirmaciones de los defensores de la legalización y el resultado ha sido que sus argumentos -la base de nuestro debate sobre la prostitución, hoy- sencillamente no se sostienen.

Los efectos de la legalización
La legalización de la prostitución en Alemania, Holanda y Australia no ha llevado a una disminución de la violencia, de los índices de VIH o del asesinato de mujeres. En Melbourne me he reunido con la activista de los "derechos de las trabajadoras sexuales" Sabrinna Valisce quien, confrontada con la realidad de la despenalización, ha cambiado, muy a su pesar, de opinión: "Pensaba que las cosas mejorarían si todo se legalizaba y se legitimaba, pero lo único que se ha conseguido es dar mayor poder a los clientes y a los propietarios de los burdeles".
 
Lo que comporta la legalización es que los tan cacareados derechos y libertades de los que se dice disfrutan las prostitutas sean reclamados por los propietarios de los prostíbulos y los clientes. Es fácil: simplemente se definen a sí mismos como "trabajadores sexuales" y recogen los beneficios. He oído a varios miembros de lobbies pro-legalización definirse como "trabajadores sexuales" además de proxenetas.

Comercio sexual: una dimensión "aterradora"
La verdadera magnitud del comercio sexual global es aterradora. He visitado un pueblo en la India dedicado enteramente a la prostitución y en el que he conocido a un hombre que prostituye a su hija, su hermana, su tía y su madre. He entrevistado a proxenetas 
en los mega-burdeles de Múnich, en los que los hombres pagan una tarifa plana que les permite usar la cantidad de mujeres que quieran. En el Sudeste asiático he visto a hombres mayores del Reino Unido pagar por una "cita" con una adolescente en los girly bars.
 
He descubierto que a pesar de lo que digan los defensores de la prostitución, las mujeres y niñas que se dedican a ella proceden la inmensa mayoría de ambientes violentos, muy pobres y marginados. Ni son libres ni empoderadas: son víctimas de abusos y están atrapadas.

También abusos en la prostitución masculina
No debemos olvidar que esto sucede también con los chicos. Durante un visita a Los Angeles conocí a Greg, nacido en una familia que tenía conexiones con la mafia. Desde que era muy pequeño había sido objeto de abusos sexuales por parte de hombres poderosos. En su adolescencia conoció a un proxeneta y fue vendido para ser utilizado sexualmente durante seis años antes de que consiguiera escapar. Greg rechaza la idea de que vender sexo forme parte de la cultura homosexual.

¿Excepción o interés?
En Amsterdam entrevisté a la mujer que acuñó la frase "prostituta feliz". Actualmente Xaviera Hollander dirige un B&B llamado Happy House. Yo estaba convencida de que había llegado a ser rica y famosa como resultado del éxito estratosférico de su libro The Happy Hooker: My Own Story, que había vendido veinte millones de copias en todo el mundo. Pero lo que descubrí durante esa comida es que lo que le dio fama y fortuna fue vender a otras mujeres. Me contó que fue prostituta durante unos seis meses, sólo para aprender cómo comerciar con el sexo. "Cambié mi pequeño apartamento por un apartamento de cinco habitaciones en un ático en un tiempo récord", me dijo con orgullo.
 
Hollander se parece bastante al mito de la "prostituta feliz" que vemos en los medios de comunicación. Pero compramos la mentira porque es conveniente creer en ella.

"No quiero que ella disfrute"
He entrevistado a una serie de clientes, tanto en el Reino Unido como en otros lugares, y esto es lo que suelen decir: "No quiero que ella disfrute, esto me arrebataría algo". Y: "Me gustan las prostitutas porque hacen lo que les digo, no como las mujeres reales". ¿Y qué les parece ésta?: "No es distinto a comprar una hamburguesa cuando tienes hambre y tu mujer no te ha cocinado nada".

El sexo no es un derecho humano
Si a los defensores de la prostitución les digo que nada terrible les sucederá a los hombres si no pueden pagar para tener sexo, las quejas que oigo son siempre las mismas: "Pero, ¿qué me dice de los hombres minusválidos? ¿Cómo conseguirán tener una cita?". Cuando les digo que el sexo no forma parte de los derechos humanos, me cuentan de la madre que le compró a su hijo, víctima de una grave minusvalía, una prostituta por su cumpleaños, o del héroe que vuelve de una guerra sin sus piernas y que tiene "derecho" a pagar por una mujer.

Encerradas 
Pero consideremos ahora esos millones de mujeres oprimidas. ¿Qué pasa con sus derechos? En uno de los prostíbulos de Nevada que he visitado, las mujeres se quedan encerradas en él durante toda la noche. Los altos muros están rodeados de alambre espinado. También en Seúl, Corea del Sur, las mujeres se quedaban encerradas dentro de los burdeles por la noche... hasta que un incendio mató a 14 mujeres jóvenes en 2002. Si las gallinas en jaula en batería fueran tratadas así, con razón habría una protesta por parte de los mismos liberales de izquierdas que remueven cielo y tierra para defender este repugnante comercio de carne humana.
 
Durante un breve viaje a Auckland visité la zona de prostitución de la ciudad. Con frecuencia nos dicen que Nueva Zelanda es el patrón oro en lo que a comercio sexual se refiere. El Home Office Select Committee (su presidente, Keith Vaz, tuvo que dimitir tras ser acusado de haber pagado por tener sexo con hombres jóvenes) estaba intentando adoptar un modelo similar de despenalización para el Reino Unido.
 
En las calles conocí a Carol, que parecía tener setenta años pero era mucho más joven, y que utilizaba un andador para descansar entre cliente y cliente. Me dijo que desde que la prostitución había sido despenalizada trece años antes, nada había mejorado para las mujeres: los clientes seguían siendo violentos y a la policía no le importa, como tampoco a los defensores de los derechos humanos. Mientras las mujeres en todo el mundo luchan para que se acabe la violencia y el abuso, el Partido Laborista y Amnesty International, por nombrar dos organismos públicos, las traicionaban.

Cambiar de nombre a las cosas no cambia su naturaleza
El modo más eficaz de enmascarar un terrible abuso de los derechos humanos es cambiarle de nombre. Un estratega pro-esclavitud de las Indias Occidentales sugirió una vez que en lugar de hablar de "esclavos", los "negros" debían ser llamados "asistentes de las plantaciones". Así "no oiríamos esas protestas tan violentas contra el comercio de esclavos por parte de teólogos píos, poetisas de corazón tierno y políticos con poca visión de futuro". El término "trabajadora del sexo" tiene el lustre adecuado.
 
Fue Barack Obama quien dijo que el tráfico de personas debería ser renombrado como "esclavitud moderna" para poner en evidencia las terribles condiciones en las que viven estas personas. El Modern Slavery Act de Gran Bretaña fue aprobado en 2015. Se funda en la idea de que no hay lugar para la ambigüedad cuando examinas las circunstancias de las personas protegidas por esta ley: las condiciones en las que viven y su incapacidad para huir de ellas.
 
Lo mismo se aplica a la prostitución: no es "trabajo sexual". La mayoría del tiempo es esclavitud moderna.

¿Debe Occidente controlar las mezquitas?


¿Debe Occidente controlar las mezquitas?

«Las controlan todos los países musulmanes», recuerda un experto

El papel activo del imán de Ripoll (Gerona), Abdelbaki Es Satty, en la ideación, planificación y ejecución de un atentado islamista en Barcelona de dimensiones devastadoras, cuya frustración al explotar la casa en Alcanar (Tarragona) le costó a él la vida y desencadenó los de Barcelona y Cambrils (Barcelona), ha vuelto a lanzar al debate público el papel de las mezquitas en la difusión del yihadismo

Según informa OK Diario, fuentes policiales sitúan en Cataluña más de doscientos lugares de culto islámico, de los que 80 predicarían la doctrina salafista, la yihad y la implantación de la sharia y el califato.

¿Debería intensificarse entonces el control sobre esas mezquitas para prevenir o, en su caso, impedir la difusión del islamismo radical

"Es necesario controlar las mezquitas. A primera vista esto es contrario a nuestro espíritu europeo, a la distinción entre Estado y religión. Pero las mezquitas en el islam no son sólo un lugar de oración. Son un lugar de adoctrinamiento y de indicaciones políticas, algunas veces dañinas hacia la comunidad. Por esto el Estado europeo debería controlarlas, como se hace en todos los países musulmanes. En el mundo islámico las mezquitas son la primera realidad en ser controlada": así se expresa el islamólogo y jesuita egipcio afincado en Líbano Samir Khalil Samir en un análisis en la agencia 
AsiaNews.

El padre Samir Khalil explica que el Islam se encuentra en una guerra civil cada vez más dura entre chiíes (como Irán y Hezbolá y ciertas élites con poder en Irak) y los suníes (que incluyen al Estado Islámico que ocupa partes de Siria e Irak y a los wahabíes de Arabia Saudí), con estos últimos compitiendo también con alauitas (etnia principal que gobierna en Siria).

En este contexto de guerra civil por el poder, el daño a cristianos locales, a los yazidíes e incluso los atentados contra Occidente son productos secundarios dentro del gran esquema de los líderes de las facciones, dice este experto. Y añade que, puesto que las mezquitas en Occidente incorporan imanes, líderes y financiación de las distintas facciones en guerra, Occidente debe aprender a controlar las mezquitas y a buscar formas de integrar a los musulmanes, algo que hace cincuenta años sabía hacer mucho mejor que hoy. 

Hay una guerra interna en el islam y los políticos occidentales no defienden la cultura europea

Inmediatamente después del ataque de París, al semanario Charlie Hedbo, las comunidades musulmanas de Francia emitieron un comunicado muy equilibrado y razonable. Pero todas estas declaraciones muestran un cierto desconcierto: ellos saben que no basta decir que estuvo mal.

Al menos el 80% de los ataques terroristas en el mundo se realizan en nombre del islam, para defender la fe y al profeta, y esas prácticas se difunden cada vez más, también en Occidente.

Hablé ayer con un imán de París y me dijo que en la capital francesa han iniciado una escuela para imanes y ya hay más de mil inscritos. En esta escuela se quiere orientar a los imanes a conocer la cultura occidental, a integrarse.

Esta es una noticia importante porque, en el islam, todo parte de los imanes.

En Europa los imanes y los predicadores de las mezquitas son pagados por sus países de origen. Ahora en Francia quieren crear un islam autóctono, que asimile los valores occidentales de Francia.

Pero esto contrasta con la mayoría de los islamistas activistas, según los cuales Occidente es un enemigo, y el islam es un sistema que se difunde también con la violencia.

De hecho, en Oriente Medio y en Europa se enfrentan dos modos de ver al islam.

Si miramos a Oriente Medio y más allá, nos damos cuenta de lo fuerte que es la contraposición y la violencia entre suníes y chiíes.

Conocí a un imán que era de Mosul. Es un chií cuya familia fue asesinada por los fundamentalistas suníes. Ahora emigró a Najaf, donde el gran ayatolá Ali al Sistani construyó un pueblo para recibir a los chiíes y cristianos que tuvieron que huir de Mosul.

El odio entre suníes y chiíes aumenta sin parar, sobre todo el de los suníes contra los chiíes, considerados apóstatas.

En medio de estos dos están las minorías: cristianos, yazidíes, kurdos, etc.

Es una lucha de los suníes para reconquistar lo que han perdido: Irak, guiado por los chiíes; Siria, guiada por los alauitas; los Hezbollah chiíes, en Líbano, más poderosos que el ejército regular.

Los suníes intentan recuperar terreno, pues se consideran como la auténtica forma del islam.

Es una lucha sobre todo interior del islam, que luego se vuelca sobre las minorías y sobre Occidente, acusado de ser quien promovió a Israel, que se secularizó, etc. Pero Occidente es el enemigo más lejano. Lo que más les interesa es la lucha interna por ser "el islam más auténtico".

Hasta en Líbano existe esta fuerte tensión. Tanto que ambas comunidades musulmanas piden a los cristianos que se queden, para que sirvan de colchón. Si en Líbano no hubiese cristianos, ya se habría iniciado la guerra entre suníes y chiíes.

El islam debería afrontar en profundidad las temáticas de la modernidad: la interpretación a fondo del Corán, la no violencia, la libertad de conciencia... pero ninguno se anima hacerlo.

Una primera cosa que valdría la pena aceptar por parte de todos es el principio de la no violencia. Todos los musulmanes afirman que "el islam es paz", que no es violento, etc.

Las viñetas de Charlie Hedbo, por ejemplo, son una cosa vieja, de hace unos meses. De acuerdo, los dibujos son irónicos, sarcásticos, hasta vulgares, pero ustedes musulmanes, ¿por qué deben responder con la violencia? ¿Por qué a una cosa escrita no responder con otro escrito?

En el pasado (2006) Charlie Hebdo presentó a Mahoma con una bomba en lugar del turbante. Pero yo les digo a mis amigos musulmanes: ¿cómo representáis vosotros a Mahoma? Con la espada. En el museo de Estambul existen dos espadas que se considera pertenecieron al profeta. Y Arabia Saudita, el país que custodia los lugares santos y sagrados del islam, ¿qué tiene en su bandera? ¡Dos espadas! Entonces yo digo: los de Charlie Hebdo sólo han modernizado la figura de Mahoma. Antes había dos espadas, ¡ahora hay dos bombas!

Mientras el islam, en vez de pelearse con los demás (apóstatas, cristianos, occidente, ateos), no haga una autocrítica y reconozca que el problema está en su interior, no se saldrá de todo esto y los países islámicos estarán siempre caracterizados por la guerra entre ellos.

También los enfrentamientos que suceden en África, en los países árabes del Mediterráneo y en las fronteras con el desierto del Sahara son enfrentamientos internos del islam.

Quisiera decir a los amigos musulmanes: afronten el reto, hagan autocrítica, repiensen al islam para hoy, reinterpreten las palabras del profeta.

También en la Biblia hay versículos que alaban la guerra. Pero todos nosotros comprendemos que es necesario reinterpretarlas y no tomarlas al pie de la letra.

Es necesario tener en cuenta que estamos en el siglo XXI. Quienes pagan estas guerras son los sencillos y las minorías que no pueden defenderse.

El enfrentamiento entre suníes y chiíes se plasma también en la lucha entre Arabia Saudita e Irán. Aquí a la religión se agregan los problemas económicos, estratégicos, geopolíticos, de dominio...

Es necesario decirle a Arabia Saudita que ya vivimos en el siglo XXI. ¿Cómo es posible, por ejemplo, negar a las mujeres el derecho a conducir solas un vehículo? ¿Por qué las mujeres saudíes no pueden votar a nivel nacional?

¿Quién hace estas cosas? Arabia Saudita. Y lo hace declarándose auténtica intérprete del islam. Y esto desagrada a todos, también a los musulmanes.

Si tú haces estas cosas en nombre de la religión, entonces no protestes si yo ataco tu religión que te lleva a humillar tanto a un ser humano.

Si tú hablas con los musulmanes, te dicen: Sí, cierto, pero como Arabia Saudita ofrece billones de dólares a los otros países, al final todos dicen: "¡Dios bendiga a Arabia saudita!"

¿Y Occidente? El problema de la relación con los musulmanes, existe porque muchos de ellos no se quieren integrar, dado que el islam es un sistema, no sólo una religión. Muchos musulmanes -la mayoría- tratan de integrarse, pero lo hacen lentamente.

En Francia estaban más integrados los argelinos de hace 50 años atrás que los emigrados de hoy.

Ahora en Francia, en casi todo el país hay supermercados que venden alimentos halal. Y para simplificar, ya también en las escuelas y en los supermercados a menudo se venden sólo cosas halal, que es comible también por los no musulmanes.

Esto lleva a ver a los musulmanes como una amenaza que podría anular los propios valores occidentales (entre los cuales también está el comer carne de cerdo). Y viendo que los musulmanes se organizan en grupos activistas, también los occidentales se organizan en grupos con tendencias anti-islámicas.

Hay que decir que los políticos europeos no saben afrontar bien el problema.

Ellos tendrían que decir a los emigrantes: son ustedes bienvenidos. Nosotros los recibimos fraternalmente, porque somos de tradición cristiana. Si quieren, pueden estar aquí, pero tienen que integrarse. Pueden practicar la religión que quieran o también pueden ser ateos, pero deben entrar en el sistema existente aquí, integrándose desde el punto de vista económico, político y social.

Lamentablemente los políticos prefieren no comprometerse y predicar sólo una vaga acogida, dejando la cultura europea al nivel de algo privado.

En general veo que en muchas partes de Europa existe una acogida muy fuerte hacia los emigrantes. Y también entre los musulmanes hay una apertura. Pero existe también un grupo o núcleo de islámicos que rechaza la integración y que la combate. Para vigilar este aspecto, es necesario controlar las mezquitas.

A primera vista esto es contrario a nuestro espíritu europeo, la distinción entre Estado y religión. Pero las mezquitas en el islam no son sólo un lugar de oración. Son un lugar de adoctrinamiento y de indicaciones políticas, algunas veces dañinas hacia la comunidad. Por esto el Estado europeo debería controlarlas, como se hace en todos los países musulmanes. En el mundo islámico las mezquitas son la primera realidad que es controlada.

Este último ejemplo muestra que lamentablemente, frente a las pretenciosas certezas de los grupos islámicos organizados, existen todavía muchas incertidumbres en el mundo occidental.

“La mujer africana es la guardiana y maestra de estos valores”

Antoinette Kankindi: “La mujer africana es la guardiana y maestra de estos valores”

Contra el individualismo liberal

Nos informa Aceprensa

En la vivienda africana tradicional el espacio gira alrededor de un eje, una columna central sin el que la casa no podría mantenerse en pie. La profesora congoleña Antoinette Kankindi utiliza la arquitectura para completar una metáfora vital en esa parte del mundo: el hombre es quien construye la casa, sí. Pero la mujer es el pilar.

Precisamente por su labor a favor de la igualdad de la mujer africana, la Dra. Kankindi ha sido galardonada con el Premio Harambee 2017, otorgado por la organización homónima –que trabaja en proyectos de cooperación en 9 países africanos–, y con la colaboración de la firma de cosméticos René Furterer, que patrocina programas de formación y desarrollo en áreas agrícolas de Marruecos, Madagascar y Burkina Faso.
Kankindi, que ha venido a Madrid a recoger el reconocimiento, es congoleña, pero reside en Kenia. Allí imparte Ética y Filosofía Política en la Universidad Strathmore, y desarrolla su programa “African Women Leadership”, encaminado a darles a las mujeres la formación necesaria para sacar adelante pequeñas empresas y, a la vez, convertirlas en puentes para sacar adelante a otras mujeres.
“La mujer africana es la guardiana y maestra de valores como la solidaridad y la hospitalidad”
¿Empoderamiento femenino? El término, tan llevado y traído, no es el que más le emociona. Prefiere hablar de cómo revelar valores muy arraigados en las culturas africanas, como el papel central de la familia, que abarca a muchos más integrantes que la típica familia nuclear. O el valor de la solidaridad, que lleva a interesarse no solo por los problemas de los más cercanos, sino que, en el entorno rural, por ejemplo, impulsa a la comunidad a preocuparse por atender los campos de todos. O la hospitalidad, en un entorno en el que los hogares “no tienen cerraduras ni candados”, y donde al huésped se le trata mejor que al de casa. “La mujer africana es la guardiana y maestra de estos valores”, apunta.
Contra el individualismo liberal
Las mujeres del proyecto de Kankindi, de 24 a 35 años, han venido de diferentes países de África: Costa de Marfil, Sudán del Sur, Malaui, Camerún, la propia Kenia... Algunas ya han puesto en marcha sus pequeñas empresas, como la camerunesa Agbor Tambe Orock, que dirige un negocio de materiales de construcción y ha enseñado a otras cómo emprender los suyos propios incluso desde casa; o como la camerunesa Marcelline Nyambala, que creó una empresa para producir canastas, utilizando únicamente energía solar.
Antes de poner la primera piedra, sin embargo, estuvieron escuchando a Kankindi. Durante un encuentro con los medios de comunicación, la profesora explicó a Aceprensa que la formación consta de cinco fases: una primera, encaminada a abordar el principio de la responsabilidad personal y pública. Le sigue otra sobre cómo aplicar concretamente estos principios en la familia y el trabajo. A continuación, se les explican las características de la organización política y del progreso democrático –“son ciudadanas de sociedades políticas”, señala, por lo que deben estar al tanto–; se les imparten conocimientos de finanzas y gestión económica, y se debate sobre las iniciativas concretas que pueden llevar a cabo.
La formación de las mujeres del proyecto de Kankindi incluye temas de política, economía, y responsabilidad personal y pública, entre otros
De cara al futuro, Kankindi quiere comenzar un proyecto con iniciativas no muy lejos de Nairobi –“las que están lejos no puedo seguirlas”–, por lo que está enfocada ahora mismo en trabajar con comunidades masái que viven a unos 70 kilómetros de la capital. Son pueblos, explica, que se adaptan a la cultura actual, pero que por otra parte siguen arraigados a costumbres ancestrales negativas, como los matrimonios tempranos.
Aunque no todo lo “moderno” es positivo. La premiada profesora se declara literalmente obsesionada con un propósito: que las mujeres que participan de la formación no se encierren en esa especie de individualismo liberal que está desplazando al colectivo también en África. “Siempre fue el ‘nosotros’; pero hoy, en el ambiente urbano, es el ‘yo y yo’”. Ese “tú a lo tuyo”, agrega, es muy nuevo, y lo ha podido advertir en la propia universidad, en las diferencias entre el chico que va a clase en coche y el que no tiene ni para comprar un bocadillo.
Queda solo desearle a Kakindi que persevere en su obsesión particular, pues de sociedades e individuos egoístas ya va servido el mundo.


El islam explota la tolerancia europea

«Europa es estúpida si no ve que el Islam utiliza su tolerancia para islamizar», avisa Samir Khalil


Recuperamos en ReL este interesante análisis sobre el islamismo del experto islamólogo Samir Khalil, egipcio, sacerdote jesuita, profesor de Historia de la cultura árabe y de islamología en Beirut y en Roma. Propone soluciones para llegar el entendimiento entre musulmanes y europeos pero avisa de que el Islam, incluso el que no es yihadista, siempre buscará el poder político. «Los musulmanes han de aceptar vivir en Occidente con las condiciones de la cultura europea», afirma.

- ¿Cree que los musulmanes pueden cambiar el modo que tienen de vivir su religión musulmana?
- Sí, siempre y cuando Europa se afiance en defender su identidad, la carta universal de los derechos humanos. Esa carta es universal, no como la que hace unos años hicieron algunos países musulmanes, una carta musulmana de los derechos humanos. Con esa identidad, Europa puede tener apertura.

»Y los musulmanes han de aceptar vivir en una Europa con las condiciones de Europa, no viniendo a promover en Europa un proyecto musulmán utilizando el esquema tolerante europeo, que está muy extendido entre los musulmanes. Europa es estúpida si no ve eso, si no se da cuenta de que pueden usar la tolerancia para islamizar Europa.

- ¿Cómo se islamiza una sociedad no islámica? 
- Cuando van adquiriendo fuerza social, los musulmanes exigen que las leyes les reconozcan como minoría distinta, y cuando de una minoría de un cinco o diez por ciento llegan a tener ya la presencia de un treinta por ciento, como el caso de Malasia o de Mindanao en Filipinas, exigen la islamización de la sociedad. Y cuando el islam ha ido adquiriendo zonas de poder e influencia, nunca retrocede. España ha sido el único caso en la Historia.

»La única posibilidad que yo veo de modernizar el islam es que cuando las siguientes generaciones de inmigrantes en Europa vean que pueden vivir su fe sin modificar el marco social y político, acepten esa posibilidad.

- ¿Cómo vive la minoría cristiana en un país musulmán?
- La religión islámica está pensada magníficamente como control social y político. La convivencia es siempre como minoría y con la tendencia a desaparecer, aunque algunos líderes islamistas están dándose cuenta de que es negativo para ellos.

»Los cristianos árabes somos plenamente árabes, aunque no compartamos la fe musulmana. Somos más libres que los musulmanes, puesto que podemos aportar una mirada crítica sobre la realidad. Actualmente nos ven como posibles aliados o espías de Occidente, y nos dirigen las mismas acusaciones que dirigen al imperialismo occidental.

»La línea del entendimiento con ellos, que es la de Juan Pablo II, es la de la defensa de los derechos humanos, de la justicia social. En materia social hay un profundo entendimiento entre musulmanes y cristianos, porque hay un visión del hombre coincidente en muchos elementos.

- ¿Qué significa España para un árabe cristiano?
- Para nosotros, España es un símbolo. Europa y Occidente no tienen ya la experiencia de vivir con un grupo dominante de presión constante en nombre de la religión. Además, el islam, históricamente, nunca ha retrocedido en aquellos lugares en los que se ha ido asentando, a excepción de España. España es el único caso en el que un pueblo cristiano recuperó lo que los musulmanes le habían arrebatado.

»Además, la Reconquista no fue una cruzada, los árabes -también los musulmanes- nunca hablamos de «cruzada», hablamos y hablan de las guerras de los francos, de los amalfitanos y de los venecianos luego. Se ve como la sucesión normal de los acontecimientos y de las relaciones entre los pueblos en aquel momento histórico. Para mí, España representa la reacción católica de un pueblo, consciente de su identidad, que pone los medios aptos para recuperarla.

- Entonces, ¿qué piensa de las revisiones históricas que rechazan ese hecho? 
- Me sorprende que los occidentales y sobre todo los españoles nieguen eso. La Historia está hecha de flujos y reflujos. Hoy Europa no hace autocrítica, que es buena, sino que hace autodestrucción porque no quiere asumir su historia. Asumir la propia historia es distinguir lo bueno de lo malo pero sentirse orgulloso de que sea esa su propia historia, sin rechazarla. 


El Catecismo de la Iglesia Católica, ejemplo de respeto a los homosexuales:


El Catecismo de la Iglesia Católica, ejemplo de respeto a los homosexuales:

 “los homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza”

“deben acercarse gradualmente a la perfección cristiana”

El Catecismo de la Iglesia Católica nos habla de la homosexualidad dentro de un apartado llamado “Castidad y homosexualidad” con los siguientes tres puntos breves y claros (el subrayado es nuestro):

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

En el número anterior, el Catecismo nos hace ver que, junto al respeto a los homosexuales, se debe rechazar claramente el ejercicio de la homosexualidad:

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

Dentro de este contexto se entiende mejor la muy difundida respuesta del papa Francisco cuando le preguntaron acerca de este tema:”¿Quién soy yo para juzgar…?”


Los superpoderes de una familia numerosa



Los superpoderes de una familia numerosa

¿Qué virtudes tiene una familia numerosa?


Por: Inma Álvarez | Fuente: LaFamilia.info 

Si tienen muchos hijos, seguramente estén acostumbrados a las críticas procedentes de perfectos desconocidos: están locos, son irresponsables, les han hecho el lavado de cerebro, son borregos, son egoístas (!) y obviamente no tienen televisión (por cierto, qué pena que la manía de echarle la culpa a la TV no haya cambiado desde los 70… ¡ya inventaron internet y los smartphones, ¿saben?!).

Muchas personas quieren decirte qué equivocada estás al tener tantos hijos. Curiosamente, puede ser igualmente desagradable escuchar a personas que te quieren canonizar en seguida sólo porque has tenido más hijos que ellas. “¡Debes ser tan santa!”, dicen. “¡Debes ser tan paciente!”, “¡Debes ser tan organizada!”, “Debes tener tanto dinero!”

No. Den un vistazo a mi casa, miren dentro de mi automóvil, escuchen lo que digo en el confesionario, y sabrán que nada de esto es cierto. No soy “tan” nada. Soy solo una persona normal que, vaya casualidad, tiene siete hijos. De verdad.

Me pasa como a Spiderman: soy una persona muy normal, a la que le ha picado una araña… es la imagen que más se aproxima a lo que me pasa a mí: quita araña y pon confiar en Dios. Y añade una mesa grande y un sofá en el que quepamos todos.

Ultravisión: Si las madres lo ven todo –y es verdad– las madres de familia numerosa tenemos este talento superdesarrollado. ¿Cuál es el secreto? Como decía un psicólogo amigo nuestro, una familia numerosa es como entrenar al Mossad en casa: son muchos pares de ojos atentos unos a otros, interpelándose continuamente. Contemplar desde arriba este interminable juego de afecto/rivalidad/competición/ayuda mutua, este delicioso y agotador equilibrio inestable, te permite advertir enseguida cuando a uno de los actores le sucede algo anormal.

Dominio del espacio: Pensamos la casa – escasa casi siempre – no en dos, ¡sino en tres dimensiones! Cada metro cúbico es un lugar precioso con innumerables posibilidades, a menudo dos o tres al mismo tiempo. ¿Despacho-comedor-bandeja de plancha-mesa de reuniones y castillo para tres en una sola pieza? ¿Es posible que quepa todo esto en ese armario? ¿Cómo, en una cocina tan pequeña, cabe esa olla tan grande? La verdad es que son ellos, los niños, los que reinventan el espacio continuamente, y te obligan a improvisar y repensar la casa una y otra vez. Con ellos, la casa en sí se convierte en secundaria.

Supervelocidad: ¿Saben la cantidad de cosas que se pueden hacer en diez minutos? De nuevo son ellos los que logran sacar de su madre ese talento insospechado. También ellos aprenden a ser rápidos y eficientes: el tiempo es oro, para ducharse, para comerse las galletas antes de que les pillen, para comer y poder elegir qué película vamos a ver en la sobremesa, para esconderse cuando hay que lavar los platos…

Superoído: Varios hablan a la vez, pisándose unos a otros. La música está puesta, la pequeña llora… ¿es posible mantener una conversación así? La capacidad de concentración se entrena, no se improvisa. Cuando llegas a una reunión donde varios desconocidos hablan a la vez, lo que hay es ruido. Cuando vives en una familia con muchas voces a las que conoces y quieres, lo que hay es una melodía con varios instrumentos. La pericia de los músicos, que consiguen concentrarse en su instrumento y al mismo tiempo seguir al director e integrarse en un conjunto, es lo que más se acerca a esta experiencia.

Supernegociador: ¿Es posible negociar con todos y al mismo tiempo con cada uno? La ONU, familia de naciones, ganaría mucho con una secretaria mamá de familia numerosa. No puedes favorecer más a unos que a otros, sus necesidades son iguales y, al mismo tiempo, radicalmente distintas. Hay que combinar exigencias con gratificaciones, objetivos a largo plazo con superaciones a corto, ser justo con no ser igualitario… Tener esa intuición para averiguar que detrás de esa actitud hostil, lo que quieren es un abrazo. Y abrazar a siete al mismo tiempo, y que cada uno se sienta único, ¡es todo un reto!

Superflexibilidad: parece algo sin importancia, pero hay una gran lección de vida detrás de la limitación diaria de no poder hacer siempre lo que uno quiere. Sé que a mi hijo mayor no le gusta compartir la tablet, y que a mi hija quinta le molesta que le golpeen la puerta mientras se ducha, pero ¡que bueno es que aprendan a ceder!. Iba a hacer tal cosa, pero la realidad me fuerza a cambiar mis planes, o a modificarlos por el bien de los demás. Una lección que ya llevan aprendida…

Cuando en la escuela, a los compañeros de mi hija de seis años les preguntaron qué querían ser de mayores, la cosa andaba entre médicos y peluqueras, y algún futbolista. Ella sorprendió a todos diciendo que quería ser mamá. Su profesora me comentó que era un caso extraordinario, en varios años que lleva enseñando a niños de esa edad, ninguno había respondido eso. ¡Si mi hija supiera que lo que ella admira en mí, se lo debo a ella y a sus hermanos…!