Mapa religioso de América Latina





Mapa religioso de América Latina

No hay que olvidar el ¨efecto Espíritu Santo¨

La encuesta realizada recientemente por  Pew Research Center ha sido aprovechada por algunos medios tendenciosos para dar una imagen desmoralizadora de la situación de la Iglesia Católica en América Latina. Nada más lejos de la realidad, la Iglesia en  América Latina está muy viva y expansiva, lo que parece  molestar a algunos.

La encuesta examina la afiliación, creencias y prácticas religiosas en 18 países de América latina, el Caribe y el territorio norteamericano de Puerto Rico y se exceptúa Cuba. El estudio incluye más de 30.000 encuestas realizadas cara a cara en español, portugués y guaraní,  entre octubre de 2013 y febrero de 2014.

Cuando se analiza una institución espiritual como la Iglesia desde el punto de vista cuantitativo, numérico, se comete el grave error de querer medir la acción de Dios, del Espíritu Santo con criterios cuantitativos. 

Es imposible medir, cuantificar lo que Dios hace en las personas y en las sociedades. Es útil realizar encuestas y cuantificar algunos parámetros pero, sin ignorar que esos datos no son mas que una visión muy  parcial de  la vida espiritual que Dios quiere para las personas y las sociedades.

El gran argumento que emplean los comentaristas de esta encuesta es que en lo 20 últimos años el % de los que se consideran católicos en América Latina ha descendido desde el 84% al 69%, es decir un 15%, mientras que los grupos evangélicos, en ese mismo período has ascendido desde el 9% al 19%, es decir, un 10%. 
Se olvidan del fenómeno contrario de la conversión al catolicismo de cientos de pastores protestantes de distintas denominaciones, todos ellos de gran prestigio.


América latina alberga a más de 425 millones de católicos, aproximadamente 40% de la población católica mundial.  Esta es la distribución por países, según esa encuesta:

Según estos datos y, con criterios cuantitativos, los católicos podrían sentirse orgullosos pero, no es eso lo importante sino, que la clave es que los católicos americanos que fueron evangelizados en los cinco últimos siglos son ahora los que mantienen la verdadera vitalidad de la Iglesia Universal. Aunque se haya disminuido numéricamente, los católicos latinos están ahora más maduros, coherentes, capacitados y activos. La labor religiosa y el trabajo social que realiza la Iglesia en esos países no es cuantificable, la presencia en la opinión pública de Conferencias Episcopales y Obispos es notable. Su voz es escuchada y los poderes públicos se ven necesitados a dialogar con la Iglesia Católica y los ciudadanos que representa en los temas referentes a la ética.

Los medios han querido hablar y cuantificar lo que llaman el ¨efecto Francisco¨, como si se tratara de algo transitorio y, en eso no se equivocan, porque todos los Papas son temporales, pero olvidan el ¨efecto Espíritu Santo¨, con todo respeto, por emplear su misma terminología, que no ha cesado de actuar desde que Cristo nos lo entregó y seguirá actuando.
Ninguna estadística podía predecir la expansión del cristianismo en el siglo primero, después del fracaso de Cristo en la cruz y, mucho menos una estadística predijo que en el siglo cuarto el cristianismo sería la religión oficial primero de Armenia y luego del mismísimo Imperio Romano. 

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