Yo fui Jerónimo

Yo fui Jerónimo 




Las 25 Universidades que España fundó en América

 Las 25 Universidades que España fundó en América




España editó en el siglo XVI las gramáticas de las lenguas quechua (Perú) y nahuatl (México)

 España editó en el siglo XVI las gramáticas de las lenguas quechua (Perú) y nahuatl (México)




Breve y pedagógica Historia de España en 15 minutos

 

 






Breve y pedagógica Historia de España en 15 minutos


VER MÁS

Pregúntale al Catecismo



Pregúntale al Catecismo

Por razones parecidas a que todos los cristianos debemos tener una Biblia a mano para leer, consultar y meditar, debemos tener el Catecismo de la Iglesia Católica como libro de consulta.

Leer más

¿Estamos asociados al sacrificio de Jesucristo?



¿Estamos asociados al sacrificio de Jesucristo?

Los fieles corrientes ejercen un “sacerdocio santo”, en y por Jesucristo.

Muchas veces los cristianos ignoramos la alta responsabilidad y dignidad a la que Cristo nos ha llamado o, quizás, preferimos ignorarlo para evadir nuestra responsabilidad. Sin embargo, Cristo nos ha asociado, nos hace colaboradores de su redención.  Por eso, el Catecismo nos recuerda la alta dignidad a la que hemos sido llamados:  

Catecismo 618: La Cruz es el único sacrificio de Cristo "único mediador entre Dios y los hombres" (1 Tm 2, 5). Pero, porque en su Persona divina encarnada, "se ha unido en cierto modo con todo hombre".  Él "ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios sólo conocida [...] se asocien a este misterio pascual". Él llama a sus discípulos a "tomar su cruz y a seguirle" (Mt 16, 24) porque Él "sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas" (1 P 2, 21). Él quiere, en efecto, asociar a su sacrificio redentor a aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios (cf. Mc 10, 39; Jn 21, 18-19; Col 1, 24). Eso lo realiza en forma excelsa en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al misterio de su sufrimiento redentor (cf. Lc 2, 35).

Estos son los textos de las citas anteriores del Catecismo:

Mt 16,24: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”.

1P 2: “también vosotros, a manera de piedras vivas, sois edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo”.

1 P 21: A esto habéis sido llamados, porque también Cristo padeció por vosotros, y os dejó un ejemplo a fin de que sigáis sus huellas”.

Mc 10,39: “Podemos», le respondieron. Entonces Jesús agregó: “Vosotros beberéis el cáliz que yo beberé y recibiréis el mismo bautismo que yo”.

Jn 21,18-19: “Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras. 19 De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios”.

Col 1,24: “Ahora me alegro de poder sufrir por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia”.
Col 1,29: “que os ha concedido la gracia, no solamente de creer en Cristo, sino también de sufrir por él”.

Lc 2,35: “y a ti misma una espada te atravesará el corazón”.

Todos los cristianos son correctamente llamados a ser imitadores, colaboradores o “corredentores” con Jesucristo (Col 1:24) en la recepción y cooperación con la gracia necesaria, para la propia redención y la redención de otros.

Los fieles corrientes ejercen un “sacerdocio santo”, en y por Jesucristo (único mediador).


32 científicos e inventores españoles que cambiaron el mundo y fueron borrados por la Leyenda Negra

 






32 científicos e inventores españoles que cambiaron el mundo y fueron borrados por la Leyenda Negra


LEER MÁS


“Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”

 “Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”

 

Es tonto clasificar a las personas en listos y tontos.

 

Howard Gardner, neurocientífico; autor de la teoría de las inteligencias múltiples
Aprender es el único antídoto contra la vejez y yo lo tomo cada día en Harvard con mis alumnos. Es tonto clasificar a los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es único e inclasificable. Puedes vivir sin filosofía, pero peor.

Vale la pena reproducir esta entrevista publicada en La Vanguardia

Únicos

Ninguna persona es mejor ni peor que otra. Ni tampoco igual a otra. Lo que nos hace humanos es que cada uno de nosotros es único. Así que ríase, con la neurociencia, de quien diga que alguien es más listo que otro: ¿listo para qué? Cualquier talento no es sino capacidad de adaptación al entorno: inteligencia.
Por eso, Gardner sostiene que hay más de una. Y ahí no acaba nuestra diversidad: cada cultura y cada persona entiende esa teoría –todas las teorías– a su manera. Manera, además, que varía con la edad: cuanto más envejeces, más difícil te resulta adaptar tu vida a las nuevas ideas y menos adaptarlas cómodamente a tu modo de vivir sin variarlo. Por eso, creer saber envejece y querer saber rejuvenece.

¿Por qué cuestiona que la inteligencia es lo que miden los tests?
Porque yo soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario.
¿Y si hay personas diversas es porque también tiene que haber diversos talentos?
Por eso he dedicado 400 páginas a describir siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.
¿Y por qué no muchas más: la culinaria o la mística o la teatral o la ecológica?
Porque no cumplen los requisitos que sí cumplen esas. Y espero acabar demostrando que además hay una inteligencia naturalista, otra pedagógica y otra existencial para plantearnos preguntas trascendentes. Pero no más.
Hoy los colegios ya plantean sus programas según esas inteligencias múltiples.
Y yo no me dirigía a los pedagogos, pero fueron ellos los primeros que adoptaron mis teorías.
¿Por qué?
Porque comprobaban cada día en las aulas que las categorías de tonto o listo no cubren la diversidad del talento humano. Y, por tanto, que los tests de inteligencia no miden realmente nuestras capacidades, sino sólo la de resolverlos.
Su teoría, además, era cómoda para consolar a niños con malas notas y a sus papás.
Se abusó de ella al principio porque no se comprendió bien. En Australia, la administración la manipuló para explicar que había grupos étnicos que tenían inteligencias diferentes de otros.
¡Qué peligro!
En ese punto, empecé también a preguntarme por la ética de la inteligencia y por qué personas consideradas triunfadoras y geniales en la política, las finanzas, la ciencia, la medicina u otros campos hacían cosas malas para todos y, a menudo, ni siquiera buenas para ellas mismas.
Esa ya es una pregunta filosófica.
Pero yo soy un científico e inicié un experimento en Harvard, el Goodwork Project, para el que entrevisté a más de 1.200 individuos.
¿Por qué hay excelentes profesionales que son malas personas?
Descubrimos que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes.
A mí se me ocurren algunas excepciones...
Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre E CE: excelentes, comprometidos y éticos.
¿No puedes ser excelente como profesional pero un mal bicho como persona?
No, porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia. Si no te comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos. Y eso exige ética.
Para hacerte rico, a menudo estorba.
Pero sin principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente bueno, pero no excelente.
Resulta tranquilizador saberlo.
Hoy no tanto, porque también hemos descubierto que los jóvenes aceptan la necesidad de ética, pero no al iniciar la carrera, porque creen que sin dar codazos no triunfarán. Ven la ética como el lujo de quienes ya han logrado el éxito.
“Señor, hazme casto, pero no ahora”.
Como san Agustín, en efecto. Otra mirada estrecha lleva a estudiantes y profesionales comodones a ser lo que consideramos inerciales, es decir, a dejarse llevar por la inercia social e ir a la universidad, porque es lo que toca tras la secundaria; y a trabajar, porque es lo que toca tras la universidad..., pero sin darlo todo nunca.
Sin ilusión, la vida se queda en obligación.
Y otros son transaccional es: en clase cumplen lo mínimo y sólo estudian por el título; y después en su trabajo cumplen lo justo por el sueldo, pero sin interesarse de verdad limitan su interés y dedicación. Y son mediocres en todo.
¿No descubren algún día de su vida algo que les interese realmente?
Algunos no, y es uno de los motivos de las grandes crisis de la madurez, cuando se dan cuenta de que no hay una segunda juventud. Otra causa es la falta de estudios humanísticos: Filosofía, Literatura, Historia del Pensamiento...
¡Qué alegría! Alguien las cree necesarias...
Puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado humanidades, cuando llegaban a los 40 y 50, eran más propensos a sufrir crisis y depresiones.
¿Por qué?       
Porque las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te desorientas.
¿En qué país influyó más su teoría de las inteligencias múltiples?
En China editaron cientos de títulos sobre inteligencias, pero las entendieron a su modo: querían que su hijo único fuera el mejor en todas.
Pues no se trata exactamente de eso.
Cada sociedad y persona entiende lo que quiere entender. Cuanto mayor te haces, más difícil es adaptar tu vida a un descubrimiento y más fácil adaptar el descubrimiento a lo que ya creías que era la vida. Por eso, voy a clase a desaprender de mí y aprender de los jóvenes.



Norma Mc Corvey: de líder abortista a defensora de la vida



Norma Mc Corvey: de líder abortista a defensora de la vida

El aborto en EEUU se basó en una mentira: la propia Jane Roe lo demuestra con 7 argumentos.

Live Action News publica el cambio radical de la protagonista tras vivir en primera persona las terribles atrocidades que se cometían en las clínicas donde trabajaba. Además, fue engañada por los abogados que la eligieron como principal demandante para la presentación de esta ley.
Norma Mc Corvey, también conocida como “Jane Roe” por el caso Roe v. Wade que legalizó el aborto en EEUU, se ha convertido al cristianismo y ahora defiende la vida.
Norma Mc Corvey, fue la demandante que con 26 años habilitó el aborto legal en el Estado de Texas en 1973. Hoy, a sus 69 años, es pro-vida y difunde la verdad sobre la dignidad de todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural.
A continuación, las siete claves de Mc Corvey que muestran su conversión hacia la defensa de la vida de todo ser humano.

1. Las bases de Roe contra Wade se construyeron sobre falsas suposiciones 

En 2003, con 53 años, McCorvey realizó una declaración que se presentó ante el Tribunal de Distrito de Nueva Jersey, en la que afirmaba que prácticamente toda la base del caso Roe contra Wade fue construida sobre falsas suposiciones y sin un juicio significativo.

2. “No supe que el caso Roe contra Wade acababa con la vida de seres humanos”

Mc Corvey, embarazada en 1973 cuando se celebró el juicio que legalizó el aborto, no tenía hogar y vivía en un parque público. Un abogado al que apenas conocía que se dedicaba a temas de adopción la envió junto a las ambiciosas y jóvenes abogadas Weddington y Coffee.

Estas mujeres, incapaces de encontrar a la demandante perfecta para su caso -hacer legal el aborto en EEUU-, le dijeron a McCorvey que era la elegida.
Según declaró la propia McCorvey, le dijeron: “Eres blanca, eres joven, estás embarazada y quieres abortar“. La candidata perfecta.

En ese momento, ‘Jane Rode’ no conocía la terrible finalidad de la demanda de estas abogadas y aceptó: “Me hicieron creer que podrían ayudarme a conseguir el aborto”.
Las abogadas le increpaban con preguntas como: “¿No crees que el aborto debería ser legal?“, y ella siempre declinada responder o alegaba que no lo sabía.

De hecho, ahora no se cansa de repetir que realmente no sabía lo que significaba el término “aborto”. En 1970 nadie hablaba de eso, era un tema tabú. Lo único que sabía del término era por algunas películas de guerra. Sabía que ‘abortar’ significaba que los soldados estaban ‘volviendo’. “Aborto”, para Mc Corvey, significaba “volver” a la condición de no estar embarazada.

“Nunca miré la palabra hasta en el diccionario hasta después de que ya había firmado la declaración”, insiste. Además, “las abogadas me mintieron sobre la naturaleza del aborto”, admite, ya que Weddington la convenció de que el feto era “sólo un tejido”.

3. “Me han utilizado para legalizar el aborto y terminar con la vida de más de 35 millones de bebés”

Mc Corvey antes se definía como una adolescente que sufrió abusos sexuales, pero ahora asegura que el peor de todos esos abusos fue el cometido en el sistema judicial. Los tribunales no se fijaron en las verdaderas circunstancias de Mc Corvey ni tampoco en el verdadero impacto que el aborto tendría sobre las mujeres.

4. “Había bebés muertos y en la clínica se acumulaban sus partes”

Mc Corvey, que trabajó en varias clínicas abortistas a lo largo de los años, asegura que todos los laboratorios eran igual de precarias en cuanto a las instalaciones y el “asesoramiento” que daban a las mujeres.
En 1995 trabajó en una clínica donde las lámparas y el yeso de la pared se caían del techo, los excrementos de ratas afloraban en los lavabos y había restos de sangre salpicada en las paredes. Pero lo peor era que los bebés no nacidos se acumulaban en bolsas de plástico.

5. “Nadie le explicó a la madre que su bebé ya existía y que estaba acabando con su vida”

Mc Corvey ha contado en varias ocasiones el “asesoramiento” que recibían las mujeres en aquellos lugares. Los “consejeros” y los abortistas estaban allí por una sola razón: vender abortos, es decir, ganar dinero, asegura Mc Corvey.

Mc Corvey: “lo único que les importa a los médicos y clínicas abortistas es ganar dinero”
“Las madres desconocían el procedimiento. Nadie les explicaba que el niño ya existía y que mientras se le practicaba el aborto, estaba acabando con la vida de un ser humano. Tampoco les explicaban las posibles opciones para el aborto o los riesgos psicológicos que podría sufrir la madre”, reconoce.

En estas situaciones, con ese protocolo, no hay tiempo para que la madre pueda reflexionar o consultar a alguien que le pueda ofrecer una alternativa y Mc Corvey insiste en que se aprovecharon de eso.

6. “Los trabajadores de la clínica sufren, las mujeres sufren y los bebés mueren”.

“En muchas ocasiones, la trabajadora era cómplice de las mentiras que les hacían llegar a las madres que habían abortado”, recuerda Mc Corvey, que apunta a otro incidente como muestra del horror que se vivía allí.

“Una mujer estaba abortando en el segundo trimestre en su clínica y vio la mano de su hijo antes de nacer”, narra la ahora defensora de la vida.

La mayor parte del tiempo, Mc Corvey tenía que recurrir a las drogas o el alcohol para continuar con su trabajo. “Es un trabajo de alta rotación”, cuenta, “debido a la verdadera naturaleza del negocio”.
“El negocio del aborto es algo deshumanizante. Una persona debe dejar a un lado su corazón para llevar a cabo estas horribles prácticas”.

7. “Anhelo el día en que se haga justicia y la carga de todas estas muertes sea eliminada de mis hombros”

La conversión a favor de la vida de ‘Jane Roe’ se produjo cuando los pro vida se trasladaron a un edificio al otro lado de la calle y comenzaron a comunicarse con ella y con los demás trabajadores del laboratorio.

Fue en 1995 cuando Roe se convirtió al cristianismo, fue bautizada y anunció que desde entonces defendería el derecho a la vida.
Los detalles sobre cómo se produjo su conversión pueden leerse en su libro Won by Love. Se ha convertido en una de las mayores defensoras del movimiento pro vida; sólo intenta deshacer todo el daño que ha causado.