Origen hispano del dólar USA

 


David Prats Mira

  · 

Aquí les cuento otro suceso que viví durante mi último viaje a México.

En el proceso de buscar inspiración y documentación para mis próximas novelas, volví a la mítica Guanajuato. Preciosa tierra de plata y oro, tierra de tunas y de maravillosas ciudades novohispanas que me mostraron de nuevo, los tiempos dorados de México: el Virreinato, tiempo de 300 años que lo convirtió en el territorio más rico de España, hasta su independencia.

Allí pude hablar con un tío: Raúl Colmenero, quien me dijo en medio de una reunión familiar:

-Tengo que mostrarte algo- dijo con una sonrisa.

- ¿Qué es?- pregunté curioso.

Es ese momento se metió su mano en el bolsillo. Urgó un momento rebuscando algo con los dedos, para finalmente ponerme algo sobre la palma.

No pude creerlo. Me quedé mirándolo como si soñara. ¡Era un Real de a Ocho original, acuñado en México de la época de Carlos IV! Él lo había encontrado hace años buscando metales a los lados de las carreteras reales del Camino Real de Tierra Adentro, que llevaba la plata desde sus minas hasta la Ciudad de México. Muchos de estos Reales habían sido acuñados en las cecas novohispanas desde que el Virrey Mendoza en 1535 creara la Casa de la Moneda y su propia ceca ya en el XVII por el duque de Alburquerque hasta las independencias.

Pude tocar con mis propios dedos la Historia: un Real de a Ocho. Moneda de plata que fue origen de casi todas las monedas americanas; incluyendo el peso mexicano o el dólar estadounidense.

El Real de a Ocho fue la moneda más poderosa de su tiempo. Obligando a otros Estados a referenciar sus monedas con el valor de esta moneda de plata. Se le llamo también Peso Fuerte, Peso Duro o Thaler (dólar) en Alemania (de donde tomó el modelo Felipe II), o Dealer en Holanda. Esta moneda de 233,85 gramos de plata purísima, casi 8 escudos en época de Felipe II, fue la dueña del comercio mundial.

Fue la moneda que más tiempo estuvo en circulación hasta la fecha; casi 300 años. Siendo la moneda de más precio y poder en el mercado. El dólar estadounidense no la ha superado en valor, duración como moneda hegemónica y en estabilidad. Además, fue sin duda la que marcó los precios de todo en los 5 continentes, ya que era la moneda de la globalización comercial que inició España en 1492 y que se materializó con la creación de ciudades e instituciones de los ricos virreinatos.

La primera globalización comercial, cultural y civilizatoria de toda la Humanidad estuvo asentada en esta pequeña moneda de plata que venía de las minas de Zacatecas, Guanajuato, o del Potosí. Y que tenía como centro de comercio entre los dos océanos a México. Esta ruta llegaba desde Acapulco a China (para los que afirman que la plata se fue a España: 1/3 de toda la plata extraída de México se fue a China, no a España) y hasta Filipinas con el Galeón de Manila. Y desde Veracruz o Portobello a Cádiz y Sevilla y de ahí se repartía por toda Europa y el mundo conocido.

Es más, las dos columnas de Hércules con la cenefa de PLUS ULTRA ("más allá" en referencia a la llegada a América), en forma de $ que se ve en el Real de a Ocho y en la bandera de España. Es el símbolo del dólar o del peso mexicano.

Recordar esto hoy es fundamental para comprender el presente con autoestima y proyectar un mejor futuro del que tenemos los países Hispanos. Formábamos parte de una misma Corona Hispánica, con igualdad de derechos para los siervos del Rey de ambos hemisferios. Este inmenso Imperio estaba cosido gracias a los galeones que comerciaban por todo el mundo conocido y su sangre era la plata, y su moneda: el Real de a Ocho. 

Somos herederos de aquellos hombres y mujeres que lograron aquello: debemos estar más que orgullosos.

 


35 ciudades hispanas de América, patrimonio de la humanidad


 

España invirtió el oro en América Latina


España invirtió el oro en América Latina

Irene Molina

 ¿Por qué en América Latina se dice que España se llevó todo el oro del continente?

 Muy bien, para responder a la pregunta, se dice esto porque es mucho más fácil echarle la culpa al muerto, que no se puede defender, que al vivo que sí puede patear y morder. Y en algunas partes se ve bien lo de echarle la culpa al muerto y en otras, no. El muerto aquí es, obviamente, el imperio español y más fácil cargarle con lo de que se llevó todo el oro que mirar a ciertas compañías suizas, canadienses… y a cierto libertador…

Lo de que el imperio español, y España, se llevó todo el oro es totalmente falso, y fácil de entender, porque las minas de oro de América Latina siguen explotándose a día de hoy. Aquí van algunos datos:

·         En 2018 Perú fue el quinto productor del mundo de oro, con unas 150 toneladas, y México el noveno, con unas 114, de acuerdo a este artículo de la Wikipedia[1].

·         Con respecto a la plata, y esto es muy importante dado que el mayor motor económico fue la plata y no el oro, México está en el puesto número 1 en 2020, con 6 300 toneladas métricas, y Perú en el segundo con 3 800 toneladas métricas[2]

·         Según los registros de la Casa de Contratación de Sevilla, la cantidad de oro que llegó a España en los primeros 150 años del imperio español (que duró unos 300 años) fue de 180 toneladas, recuerdo que Perú en el 2018 extrajo 150 toneladas en un solo año. La cantidad de plata que arribó a España, en esos mismos 150 años fue de 16 900 toneladas, que viene a ser lo que Perú y México extraen en año y medio.

De modo que totalmente desmentido que lo que es hoy en día España se llevara todo el oro de América, es un enorme disparate muy fácil de desmontar.

Lo que sí ocurrió es que había un impuesto, el llamado quinto real, por el que la quinta parte de los metales preciosos extraídos de las minas americanas venía a España en pago al rey. De modo que el 80% de estos metales quedaba en América. ¿Y en qué se gastaba? pues… sin negar que hubo abusos, cosa que es imposible de rebatir, no se puede ocultar que se construyeron una enorme cantidad de ciudades, nada menos que 700 en el siglo XVI, aquí podéis ver la lista[3]. Tampoco se puede negar la construcción de palacios, como este…[4]

o este otro[5] (ver edición)

¿Y hospitales?, también muchos[6]

Entre 1500 y 1550 se levantaron en las Indias españolas unos veinticinco grandes hospitales, y un número mucho mayor de hospitales pequeños.

En 1563 Felipe II exigió que para ejercer la medicina en América se tuviera título universitario y dos años de prácticas; y en 1570 estableció en América el Protomedicato, de tal modo que los profesionales sanitarios, sin graduarse en España, podían recibir allí su título y licencia para ejercer. Pronto se crearon las cátedras de medicina, en 1578 en la Universidad de México, en 1624 en la de Lima y en 1681 en la de Guatemala.[7]

Como este en Santo Domingo, actualmente en ruinas:

Pero quizás lo de las ciudades, hospitales y palacios no sea mucho. Hablemos de las universidades: [8]

Para quien quiera investigar más, le dejo el enlace por supuesto. Aunque quiero subrayar que en la mayor parte de estas universidades estaba permitido el acceso sin distinción racial, y cuando la hubo no fue por la demanda de la jerarquía peninsular hispánica, ni mucho menos, sino por intereses locales:

[9]

Pero aparte de palacios, universidades, hospitales y ciudades, ¿dejó algo que importara el imperio español en América? Bueno, también dejó caminos y carreteras, como el Camino Real de Tierra Adentro:[10]

Pero… aparte de ciudades, hospitales, universidades, palacios y caminos… ¿realmente hizo algo el imperio español por el bien de la población americana? Pues también podemos hablar de las gigantescas imprentas que se llevaron a Nueva España con las que se imprimieron las primeras gramáticas de lenguas indígenas, antes que existieran gramáticas de inglés o francés. Y de pagar artistas y arte, imprentas y cultura en general. O administradores y empleados públicos, imprescindibles para una correcta administración (aunque con las consabidas corruptelas propias del género humano…) que habría que traer de España (sustrayéndolos de allí, lógicamente) inicialmente para comenzar los trabajos de gestión y que formaran a otros en esas facetas.

Pero… aparte de ciudades, hospitales, universidades, palacios, caminos, arte y cultura, así como administración… ¿hizo algo más España? Pues sí, instauró rutas comerciales marítimas, y abrió numerosos puertos, pero insuficientes, eso lo digo yo, para llevarse todo el oro de América.

Pero… aparte de ciudades, hospitales, universidades, palacios, camino, arte, cultura, administración, comercio… ¿hizo algo más España? Pues llevó a América numerosas especies agrícolas, así como ganado, de hecho, llevó arados y animales de labor que no se conocían por ahí.

Pero aparte de… pues también fortalezas. Pero aparte de… pues también orden social. Etc., etc., etc.

En fin y resumiendo, que si la España peninsular hubiera querido ir a América para apropiarse hasta de la última brizna de riqueza que se pudiera extraer, no habría hecho nada de esto. Y nada de esto habría quedado allí.

Y no crean, no crean que en la España peninsular todo el mundo estaba contento con el imperio español, de hecho, muchas personas entendidas en economía, hoy lo llamarían economistas, alertaron del enorme gasto y problema que le traía a la península todo esto, así como la inflación por la plata. De modo que de este lado del Atlántico también hubo quien se quejó, pero no por las riquezas, no, sino por la pobreza.

Habrán echado de menos ese 20% que llegó a España (restando lo que se hundió por el camino o fue robado por piratas). ¿En qué se empleó? Pues no nos luce mucho, ni tenemos demasiadas grandes obras arquitectónicas, qué va. Las tenemos, pero no las que cabría esperar. ¿En qué se gastó la riqueza generada por el comercio de oro y plata? Pues, entre otras cosas, en sostener el poder de Roma, porque ya se sabe que no fue Italia, que no existía, la que defendió la silla del papa. O en la guerra contra los protestantes, batalla que tampoco presentó Roma. Ah, y en la guerra contra el turco, que tanto costó a España y que resulta que favoreció a toda Europa.

Camino Español - Wikipedia, la enciclopedia libre

Así que sí, yo también echo de menos esas riquezas generadas por ese metal.

Ah, he tenido que rechazar varias respuestas objetivamente incorrectas que hablaban de que España se llevó todo el oro, pero fueron bastante amenas de leer, eso sí.

Otra cosa más, con respecto a los actuales propietarios de las minas de metales preciosos de Perú y México, pongo una muestra, que es bastante típica. La compañía minera Volcan tiene como primer accionista una multinacional suiza. Si investigan un poquito verán que no es nada raro que otras multinacionales canadienses o alemanas estén implicadas en este tipo de minas en América Latina. Y no, la culpa no es del muerto, el imperio español, qué va: Simón Bolívar en el laberinto de la deuda y de las concesiones a los acreedores – CADTM

y la catedral de Cuzco:

Y no tengo tiempo de hablar del diseño de las ciudades y las plazas de armas de estos sitios. Pero ahí están.

Notas al pie

[1] Anexo: Países por producción de oro - Wikipedia, la enciclopedia libre

[2] Plata: principales países productores | Statista

[3] Fundación de ciudades españolas en el Nuevo Mundo en el siglo XVI - Historia del Nuevo Mundo

[4] Palacio Nacional (México) - Wikipedia, la enciclopedia libre

[5] Palacio de Gobierno del Perú - Wikipedia, la enciclopedia libre

[6] Hospitales en la América española

[7] Hospitales en la América española

[8] https://orgullodelasespañas.com/historia/la-fundacion-de-universidades-en-el-imperio-espanol/

[9] https://orgullodelasespañas.com/historia/la-fundacion-de-universidades-en-el-imperio-espanol/

[10] Los caminos españoles que abrieron el Nuevo Mundo


 

Matrimonios interraciales


 

El gran reto del cristiano: la vida real

Group of happy people with a smartphone.


El gran reto del cristiano: la vida real

Enhorabuena a los cristianos corrientes: 

el verdadero terreno de juego del cristiano no es la parroquia, sino la calle


Comedores sociales católicos

 


La ciencia de ser persona madura



La ciencia de ser persona maduracrecer desde dentro

La nueva madurescencia: nada de envejecer

Escrito por Jairo Arcila Arbeláez

SI miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene entre cincuenta y setenta años:
a este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra "envejecer", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo.

Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del s. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los cincuenta, sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.

Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más les gustaba y se ganan la vida con eso. Supuestamente debe de ser esto por lo que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde dentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el 5º piso del apartamento.

Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres habían sido educadas a obedecer y ahora pueden ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado en ocupar.

Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio "YO, S.A.". Este tipo de mujeres nacidas en los 50 o 60 no son ni por equivocación las clásicas "suegras" que quieren que los hij/as les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de la vida de los hijos. Su camino no ha sido fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de "cincuenta, sesenta o setenta", hombres y mujeres, maneja el ordenador como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un correo con sus ideas y vivencias.

Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: solo reflexiona, toma nota, a lo sumo… y a otra cosa.

La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo…

Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.


Hoy la gente de 50, 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 50, 60 y 70 de hoy celebra el sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que solo saben y sabrán los del siglo XXI.

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