El Dios Sagrado, ¿es Padre?



El Dios Sagrado, ¿es Padre?

A ese Dios Sagrado y misterioso debemos tratarle como Padre

La expulsión de los judíos de España


La expulsión de los judíos de España

Otra parte de la Leyenda negra: anteriormente, los judíos,  habían sido expulsados de Inglaterra, Francia y Portugal.

Publicamos otro artículo del escritor italiano Vittorio Messori que tiene la habilidad de divulgar, de hacer asequible a todos los públicos, temas que son muy complejos.

En cuanto a la expulsión de los judíos de España, siempre se olvidan ciertos hechos, como por ejemplo, el que mucho antes de Isabel, los soberanos de Inglaterra, Francia y Portugal habían tomado la misma medida, y muchos otros países iban a tomarla sin las justificaciones políticas que explican el decreto español que, no obstante, constituyó un drama para ambas partes.

Es preciso recordar que la España musulmana no era en absoluto el paraíso de tolerancia que han querido describirnos y que, en aquellas tierras, tanto cristianos como judíos eran víctimas de periódicas matanzas.

Sin embargo, está más que probado que si había que elegir entre dos males —Cristo o Mahoma— los judíos tomaron partido por este último, haciendo de quinta columna en perjuicio del elemento católico. De ahí surgió el odio popular que, unido a la sospecha que despertaban quienes formalmente habían abrazado el cristianismo para continuar practicando en secreto el judaísmo (los marranos), condujo a tensiones que con frecuencia degeneraron en sanguinarias matanzas espontáneas y continuas a las que las autoridades intentaban en vano oponerse.

El Reino de Castilla y Aragón surgido del matrimonio de los reyes todavía no se había afianzado y no estaba en condiciones de soportar ni de controlar una situación tan explosiva, amenazado como estaba por una contraofensiva de los árabes que contaban con los musulmanes, a su vez convertidos por compromiso.

Desde el punto de vista jurídico, en España, y en todos los reinos de aquella época, los judíos eran considerados extranjeros y se les daba cobijo temporalmente sin derecho a ciudadanía. Los judíos eran perfectamente conscientes de su situación: su permanencia era posible mientras no pusieran en peligro al Estado. Cosa que, según el parecer no sólo de los soberanos sino también del pueblo y de sus representantes, se produjo con el tiempo a raíz de las violaciones de la legalidad por parte de los judíos no conversos como de los formalmente convertidos, por los cuales Isabel sentía una «ternura especial» tal que puso en sus manos casi toda la administración financiera, militar e incluso eclesiástica. Sin embargo, parece que los casos de «traición» llegaron a ser tantos como para no poder seguir permitiendo semejante situación.

En cualquier caso, como mantiene la postulación de la causa de santidad de Isabel, «el decreto de revocación del permiso de residencia a los judíos fue estrictamente político, de orden público y de seguridad del Estado, no se consultó en absoluto al Papa, ni interesa a la Iglesia el juicio que se quiera emitir en este sentido. Un eventual error político puede ser perfectamente compatible con la santidad. Por lo tanto, si la comunidad judía de hoy quisiera presentar alguna queja, deberá dirigirla a las autoridades políticas, suponiendo que las actuales sean responsables de lo actuado por sus antecesoras de hace cinco siglos».

Añade la postulación (no hay que olvidar que ha trabajado con métodos científicos, con la ayuda de más de una decena de investigadores que dedicaron veinte años a examinar más de cien mil documentos en los archivos de medio mundo): «La alternativa, el aut-aut “o convertirse o abandonar el Reino”, que habría sido impuesta por los Reyes Católicos es una fórmula simplista, un eslogan vulgar: ya no se creía en las conversiones. La alternativa propuesta durante los muchos años de violaciones políticas de la estabilidad del Reino fue: “O cesáis en vuestros crímenes o deberéis abandonar el Reino.”» Como confirmación ulterior tenemos la actividad anterior de Isabel en defensa de la libertad de culto de los judíos en contra de las autoridades locales, con la promulgación de un seguro real así como con la ayuda para la construcción de muchas sinagogas.

No obstante, resulta significativo que la expulsión fuera particularmente aconsejada por el confesor real, el muy difamado Tomás de Torquemada, primer organizador de la Inquisición, que era de origen judío.

También resulta significativo y demostrativo de la complejidad de la historia el hecho de que, alejadas de los Reyes Católicos, aunque fuera por el clamor popular y por motivos políticos de legítima defensa, las familias judías más ricas e influyentes solicitaron y obtuvieron hospitalidad de la única autoridad que se la concedió con gusto y la acogió en sus territorios:el Papa. 

De esto sólo puede sorprenderse todo aquel que ignore que la Roma pontificia es la única ciudad del Viejo Continente en la que la comunidad judía vivió altibajos según los papas que les tocaron en suerte, pero que nunca fue expulsada ni siquiera por breve tiempo. Habrá que esperar al año 1944 y a que se produzca la ocupación alemana para ver, más de mil seiscientos años después de Constantino, a los judíos de Roma perseguidos y obligados a la clandestinidad; quienes consiguieron escapar lo hicieron en su mayoría gracias a la hospitalidad concedida por instituciones católicas, con el Vaticano a la cabeza.


Casi la mitad de los niños de Latinoamérica viven en la pobreza



Casi la mitad de los niños de Latinoamérica viven en la pobreza

La región más desigual del mundo


El diezmo del Antiguo Testamento no es para la Nueva Ley



El diezmo del Antiguo Testamento no es para la Nueva Ley

La enseñanza del Catecismo sobre la obligación de ayudar a la Iglesia



Nadie nace con un género. Todo el mundo nace con un sexo biológico.



Nadie nace con un género. Todo el mundo nace con un sexo biológico.
Los hechos, la ciencia,  y no la ideología de género determinan la realidad.

Por: Nicolás Jouve de la Barreda | Fuente: bioeticaweb.com

Hace unos meses conocíamos un importante, extenso y documentado informe del ámbito de la psiquiatría, firmado por los americanos Paul R. McHug y Lawrence S. Mayer, titulado “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales”. Este informe fue publicado en la revista americana de tecnología y sociedad The New Atlantis [1].

En el informe se señala que algunas de las afirmaciones más frecuentemente oídas sobre sexualidad y género carecen por completo de evidencia científica y que la orientación sexual y la identidad de género se resisten a cualquier explicación teórica simplista. El informe de los Dres. Paul R. McHug y Lawrence S. Mayer es concluyente: las pruebas científicas no respaldan la visión de que la orientación sexual es una propiedad innata y biológicamente fija del ser humano (la idea de que los individuos “nacen así”).

El informe revela además que existen índices más altos de problemas de salud mental en poblaciones de personas que se definen como lesbianas, gays, bisexuales o transexuales (LGBT), y se pregunta sobre la base científica del tratamiento de los niños que no se identifican con su sexo biológico.

Cada una de las conclusiones del informe está basada en la evidencia científica existente desde los distintos campos de investigación que confluyen en este campo, multidisciplinar, incluyendo la epidemiología, la genética, la endocrinología, la psiquiatría, la neurociencia, la embriología, la pediatría, la psicología y la sociología.

Los primeros interesados en tener en cuenta este documento deberían ser aquellos a los que se les llena la boca con la defensa de los intereses sociales. Es decir, a nuestros políticos nacionales y autonómicos, que en una delirante carrera por apuntarse a lo postmoderno, y dedicados al corto y pego y a la imitación demagógica de ver quién da más, llevan tiempo dedicados a legislar sin reparar en las consecuencias para las personas y la sociedad en su totalidad y desde luego al margen de la ciencia, y a aprobar unas leyes contra la vida, la familia y la salud.

La imposición de la “ideología de género” desde las administraciones públicas españolas, a través del sistema educativo y mediante duras sanciones económicas, es ya una realidad operativa en buena parte del territorio nacional, siendo ya once de las 19 autonomías las que han aprobado leyes en ese sentido en los últimos años.
A la hora de legislar en este tema se ignoran los datos de la ciencia, como se ignoraron antes de la implantación de la ley del aborto. Allí se ocultó la realidad de que el ciclo vital de un ser humano empieza tras la concepción y que, una vez terminada ésta, estamos ante una nueva vida que, en contra de lo legislado, debería ser protegida como lo que es, una realidad humana en sus primeras fases de desarrollo.

Aún tenemos que oír que la Ley del Aborto de 2010 ha supuesto una reducción del número de abortos, simplemente porque desde 2009 a 2014 se ha pasado de 111.482 abortos a 98.144, sin reparar en factores como el descenso general de la natalidad, la disminución de emigrantes y el sórdido hecho de que antes de 2010 los abortos eran justificados mayoritariamente por una falsa alegación a los riesgos para la salud física o la vida de la embarazada y tras la Ley de 2010, 9 de cada 10 abortos se realizan “a petición de la mujer” y sin aducir ningún tipo de causa.

Más recientemente se ha hecho público otro informe, muy importante y que debería ser inexcusablemente tenido en cuenta antes de deslizarse por la pendiente de la ingeniería social a favor de la ideología de género. En este caso, son sus autores los pediatras Michelle A. Cretella y Quentin Van Meter, presidente y vicepresidente, respectivamente, del Colegio Americano de Pediatría y el psiquiatra Paul McHugh.
El informe se ha hecho público a través de la web del Colegio Americano de Pediatría y del mismo se ha adelantado un resumen estructurado en 8 puntos, por el que se insta a educadores y legisladores a rechazar todas las políticas que condicionan a los niños a aceptar como normal una vida de suplantación química y quirúrgica del sexo opuesto. En él se afirma que “los hechos –no la ideología– determinan la realidad” [2].

En este informe se señalan puntos tan obvios como que la sexualidad humana es un rasgo biológico binario objetivo: “XY” y “XX” son marcadores genéticos de varón y mujer, respectivamente, no marcadores genéticos de un trastorno. La sexualidad humana es binaria por diseño con el propósito obvio de la reproducción y el florecimiento de nuestra especie.

Nadie nace con un género. Todo el mundo nace con un sexo biológico. El género (conciencia y sentido de uno mismo como hombre o mujer) es un concepto sociológico y psicológico; no una realidad biológica. Una persona que cree que él o ella es algo que no es, en el mejor de los casos, muestra un signo de pensamiento confuso [3]. La pubertad no es una enfermedad y el bloqueo de la pubertad mediante hormonas puede ser peligroso.

Es importante la afirmación de que el 98% de los casos de confusión de género en niños y el 88% en niñas es transitorio, y finalmente aceptan su sexo biológico después de pasar de forma natural su pubertad [4]. Por ello, el forzamiento de cambio de sexo mediante hormonas (testosterona y estrógenos) en los niños y niñas que tienen esa confusión transitoria es un error, ya que estos tratamientos están asociados a peligrosos riesgos para la salud, que incluye, entre otros, presión arterial alta, coágulos sanguíneos, accidente cerebro-vascular y cáncer.

En el mismo informe se reitera que los índices de suicidio son 20 veces mayores entre los adultos que usaron hormonas y se sometieron a cirugía de reasignación de sexo y califica de “abuso infantil” el adoctrinamiento de los niños en la creencia de que la suplantación química y quirúrgica del sexo opuesto es normal y saludable.

Este importante informe del Colegio de Pediatría de EE.UU plantea una inquietante pregunta que deberían responder los responsables políticos que han respaldado leyes como la de ?Protección integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual en la Comunidad de Madrid?, o cualquiera otra de las ya vigentes en España: ¿Qué persona razonable y compasiva condenaría a los niños a los peligrosos riesgos para su salud de los tratamientos de cambio de sexo, sabiendo que después de pasar de forma natural su pubertad el 88% de las niñas y el 98% de los niños terminarán aceptando su sexo biológico?

Bien está el objetivo de establecer un marco normativo adecuado para garantizar el derecho de toda persona a no ser discriminada por razón de su orientación sexual o identidad y/o expresión de género. Pero téngase en cuenta lo señalado en estos importantes informes a la hora de aplicar leyes que, bajo la apariencia de garantía de un tratamiento adecuado en materia de salud, acepta decidir a someter a terceras personas (caso común tratándose de menores) a tratamientos hormonales o quirúrgicos, bajo el señuelo de que lo contrario coartaría su libertad de autodeterminación de género.

Si bien todo profesional de la salud o que preste sus servicios en el área sanitaria está obligado a proyectar la igualdad de trato a las personas LGTBI, por encima de ello debe conocer y aplicar los principios deontológicos propios de su profesión, que en el caso de España están claramente expresados en el art. 5.3, del Código de Deontología Médica, actualizado en julio de 2011: “La principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia”.

[1] Mayer, L.S., McHugh, P.R. (2016). “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales”. The New Atlantis, 50 (Otoño 2016)
[2] Informe del American College of Pediatricians.
Publicado en la Web Acpeds.org el 17 de Agosto de 2016.
[3] Zucker, Kenneth J. and Bradley Susan J. “Gender Identity and Psychosexual Disorders.” FOCUS: The Journal of Lifelong Learning in Psychiatry. Vol. III, No. 4, Fall 2005 (598-617).
[4] American Psychiatric Association: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, Arlington, VA, American Psychiatric Association, 2013 (451-459). See page 455 re: rates of persistence of gender dysphoria.image004.jpg


El tráfico de armas es uno de los motores del extremismo islámico



El tráfico de armas es uno de los motores del extremismo islámico

El Corán es un libro pacifista aunque tiene textos que, mal interpretados,  pueden incitar a la violencia.
El origen del terrorismo yihadista no está solamente en la equivocada interpretación del Corán sino que hay otros importantes factores que se suman.

 El primer factor es la explotación de la ignorancia, la falta de cultura de las bases populares musulmanas, manipuladas por los extremismos.
Países poderosos como Arabia Saudita y Kuwait  están promoviendo la creación de mezquitas en todos los territorios árabes,  sin controlar los extremismos, con lo que están financiando el terrorismo yihadista.

La guerra de Siria se debió su ubicación estratégica de salida del petróleo hacia el Mediterráneo; la intervención del ISIS está manipulada en ese sentido.
A todo esto se añade el imparable negocio del tráfico de armas que alienta los conflictos bélicos manipulando la incultura, los fanatismos y los extremismos.

En este tema, el Papa Francisco tiene las ideas claras. Para él es clave que los primeros en condenar el terrorismo yihadista sean los líderes religiosos musulmanes. Es vital aclarar que los fundamentalistas manipulan el Islam.

Afirmaciones recientes de Francisco:
20 de septiembre, 2016: "Sólo la paz es santa y no la guerra”.
27 de julio, 2016: "Todas las religiones quieren la paz. La guerra la quieren los otros. ¿Entendido?”.
Se trata de una constante que ha repetido en sus viajes a países musulmanes como Turquía, Jordania o Palestina, o en encuentros con el gran imán Ahmed al-Tayyeb, uno de los principales líderes sunnitas del mundo.
Jueves Santo. 24 de marzo, 2016: "Detrás de ese gesto están los fabricantes de armas que quieren sangre y no paz”.

La paz no es rentable para las multinacionales que venden armamento, su poder es grande y promover la guerra es su especialidad.

La última clave para combatir el fundamentalismo está en la política. Durante su discurso de inicio de año, ante los más de 180 embajadores acreditados ante la Santa Sede, dijo que los gobiernos deben hacer 3 cosas: promover la libertad religiosa, combatir la pobreza y alfabetizar. Las comunidades pobres y sin estudios son viveros de potenciales terroristas.


El fundamentalismo se ha convertido en uno de los retos del siglo XXI y Francisco está siguiendo la línea de sus predecesores. Se trata de un camino iniciado desde el Concilio Vaticano II, gracias al documento Nostra aetate. Este marcó un nuevo modo de dialogar con el Islam, mucho más centrado en los puntos que unen a cristianos y musulmanes.