El actor homosexual contrario a los postulados gay


Rupert Everett, el actor homosexual contrario a los postulados gay.
No se siente representado por la comunidad gay
Estudió dos años en la Royal Shakespeare Company, y luego integró la compañía teatral Citizen Company of Glasgow.
Inició su fama en 1984 cuando interpretó a un joven estudiante abiertamente homosexual en la película Otro país, tras haber protagonizado el mismo papel en la obra teatral en 1981. Desde ahí ha aparecido en diferentes películas en el rol de homosexual como La boda de mi mejor amigo de 1997 y The Next Best Thing (Algo casi perfecto, 2000), donde compartió protagonismo con Madonna.
Su historial incluye otros filmes tan recordados como la comedia romántica Shakespeare in LoveEl placer de los extraños de Paul Schrader y una de las entregas de Las crónicas de Narnia.
Es amigo de Madonna y participó en su versión de la canción «American Pie» y le hizo los coros en «Wonderland», canción que fue la cabecera de una serie con el mismo nombre.
En 2009 debutó en Broadway (Nueva York) en Espíritu burlón (de Noel Coward).
Everett no teme decir lo que piensa, aunque sea contrario a los postulados del Lobby LGTBI, porque, como él mismo reconoce, no pertenece a ningún colectivo.

La vida del actor, ha estado siempre tras las drogas y el sexo no han perdido protagonismo hasta hace pocos años, sobre todo cuando conoció a Henrique, su actual pareja, pero por el camino sus obsesiones y su carácter le han llevado a quedarse casi sin amigos.
En entrevista en la revista XL Semanal, Everett no se ha callado nada, para lo bueno y para lo malo. Como cuando reconoció en su biografía muchos escándalos sexuales, sus relaciones más depravadas o algunas intimidades de su mejor amiga hasta 2006, Madonna.

Y entre esas manifestaciones, que dice muchas veces sin pensar, también hay algunas ideas sorprendentes, viniendo de él.  
A pesar de ser homosexual, Everett se muestra contrario a la adopción por parte de una pareja gay, 
No se siente representado por la comunidad gay, sino por sí mismo. “No hablo en representación de la comunidad gay. De hecho, no me siento parte de ninguna ‘comunidad’. La única comunidad a la que pertenezco es la humanidad”.
Everett, que también tuvo una adolescencia algo tumultuosa, es bastante precavido a la hora de aplicar las ‘leyes LGTB’ a los niños.

Por ejemplo, tampoco entiende que ahora todo el mundo abogue por operar a cualquiera que diga sentirse del sexo contrario o empezar a darle hormonas o feromonas. Y lo dice porque él mismo se vestía de chica de pequeño, pero con el tiempo dejó de hacerlo.
 “Entre los 6 y los 14 años me moría de ganas de ser una niña. Gracias a Dios que no vivíamos en el mundo de hoy. ¡Ahora estaría tomando hormonas y sería una mujer! A los 15 años cambié de idea y dejé de estar empeñado en cambiar de sexo».

Insiste en que esa ‘solución médica’ no es lo mejor, al menos durante la minoría de edad. “Es encomiable que dejen que sus hijos se expresen” explica, “pero recurrir a las hormonas tan jóvenes es peligroso. Muchos niños y adolescentes son ambivalentes en lo tocante al sexo. Tendría que haber otra forma de abordar el problema”.

Tampoco se calla a la hora de criticar a Bruce Jenner, el padrastro de las Kardashian, que se declaró transexual. Para Everett, Jenner cometió un tremendo error: “La pobrecita suspira, no tenía idea de lo que supone ser transexual. Cuando descubrió que todos son drogadictos o prostitutas, se quedó horrorizada. Además, no creo que sea una mujer de verdad. Solo es un hombre que se viste de mujer”.



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