Noelia, con síndrome de Down,
ahora es maestra
Cuando ‘Noe’ fue a la guadería
dijeron: “No queremos ni monstruos ni Downs”, ahora ella es profesora.
"Desde
que era una niña siempre soñé con ser maestra " explica Noelia, 31 años, y
a pesar de las reticencias iniciales de profesores y padres, ha conseguido su
meta. La joven es una de las pocas
personas el mundo con Síndrome de Down que ha logrado ejercer la docencia.
Esta
bella historia nos narra la periodista Joana Ortiz
Los médicos le amargaron la vida a sus padres. “Malas
noticias” le dijeron después del parto al progenitor. “¿Ha muerto?” preguntó. “Peor,
es Down” replicaron los médicos.
Pero 31 años después ‘Noe’ ha logrado su sueño de ser
profesora en preescolar. Y las alegrías que da a sus padres compensan la dureza
e incomprensión que sufrieron los primeros años.
Noelia Garella, de 31 años, se graduó en 2007 como
maestra de preescolar en la ciudad de Córdoba (Argentina) y empezó a ejercer en
2012, encargándose del programa de estimulación temprana a la lectura en
el colegio preescolar Capullitos.
“Esto me encanta. Desde que era una niña siempre soñé
con ser maestra porque me encantan
los niños”.
Sin embargo, la
vida de Noelia no siempre ha sido tan fácil. Sus padres recuerdan con rabia los
momentos en los que su hija ha sido discriminada.
Vinieron incomprensiones, desprecios y desplantes.
Cuando la llevaron al jardín de infancia, la directora les dijo: “Aquí,
señores, ni monstruos ni síndromes de Down”.
La madre no
puede reprimir las lágrimas al recordarlo. Pero Noelia añade, con una gran
sonrisa: “Esa maestra para mí es como el cuento que les leo a mis niños:
un monstruo triste, que no entiende nada y se equivoca. En cambio, yo
soy el monstruo feliz”.
Los
pequeños la miran boquiabiertos y la obedecen cuando les pide que se
sienten. Todos la escuchan con atención mientras les lee un cuento y
la imitan cuando abre la boca como “un tiburón”.
Aunque inicialmente
los padres y profesores no se mostraban muy de acuerdo con darle la titularidad
a Noelia, ya ejerce desde el pasado enero junto a otra profesora.
No fue fácil tomar la decisión de aceptar a la joven como
profesora. Senestrari, directora del Centro, afirma que al principio tuvieron muchas dudas,
ya que “desde un lugar de responsabilidad”, consideraba que alguien con
síndrome de Down no podía estar a cargo de alumnos.
Sin embargo, Noelia tiene dos características
sobresalientes que le hicieron ganarse el respeto y la empatía de sus
compañeros:” Una autoestima que brilla y un optimismo a prueba de todo
prejuicio”.
Pero ¿y los alumnos?, ¿la aceptarían?, ¿la verían como algo
anormal, raro?, ¿se reirían de ella? Los temores se disiparon cuando Noelia se
presentó en el aula. Los niños demostraron tener menos complejos que los
adultos.
Quedaban los padres de los menores. Al principio tenían
dudas, pero “Con el tiempo, esa gente que se resistía acompañó la iniciativa de
sumar a Noe como docente”.
La directora del
centro afirma: “ha sido una experiencia única. La integración y la
naturalización con las que la asumen los chicos para nosotros ya es una
enseñanza de vida”
Noelia cuenta llena de satisfacción que “con los
niños siempre me siento bien, sus padres me adoran y las otras maestras y
directoras son divinas”.
Quizá uno de los momentos más emocionantes para la propia
Noelia fue cuando se encontró que en clase tenía una niña igual que ella.
“Este año tengo un síndrome de Down”, explica entusiasmada y
añade delante de su madre: “¡Es hermoso cuando nace alguien como yo!”
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