República Dominicana: siete embajadores en la marcha
LGTB
La comunidad LGBT dominicana ha realizado la novena marcha. El
embajador de USA y otros 6 embajadores
apoyaron la caravana LGBT. Un grupo de miembros de la comunidad de Lesbianas,
Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT) realizaron ayer su novena caravana,
demandando un estado laico y políticas públicas a favor de la equidad. La
caravana, además del embajador de Estados Unidos en el país, James W. Brewster,
y su esposo, fue apoyada por los representantes de Países Bajos, Alemania, El
Reino Unido, Suiza, México y Naciones Unidas.
Pocas
veces aparecen los embajadores en los medios de comunicación y, curiosamente,
se destapan para una marcha pro LGTB.
No
debería sorprendernos porque resulta que la cultura de género y su buque
insignia “la agenda LGTB” son prioridades para USA y la UE, aunque lo disimulen
empleando países “tapadera”.
República
Dominicana debe hacer todo lo posible por combatir la cultura machista y
promover el respeto a la homosexualidad
pero, no caer en la trampa de enfrentarse a la familia y la vida.
La
conocida feminista y socióloga alemana Gabriele Kuby afirma: “El relativismo y la anulación de la
concepción cristiana del hombre son bases de esta revolución sexual con graves
consecuencias: destrucción de la familia y crisis demográfica”.
Esta misma feminista afirma que no solamente
poderosas instituciones como la ONU, OMS y UNICEF están haciendo presión a
favor de la agenda LGTB, sino también personajes como Bill Gates y Rockefeller,
a través de sus fundaciones.
En su último libro, “La
revolución sexual global. La destrucción de la libertad en nombre de la
libertad”, Kuby profundiza en su denuncia de la ideología de género. La obra,
traducida ya a siete idiomas, se ha convertido en todo un instrumento de
resistencia cívica en esta crucial batalla que se libra en Occidente
entre el nuevo totalitarismo y la familia.
Estas son algunas de sus propuestas:
“Según se entienda la sexualidad, así irá
la familia. Según sea la
situación de la familia, así será la de la sociedad. Las normas sexuales tienen
una influencia decisiva en la construcción de todo el edificio que conforma la
cultura. El antropólogo Joseph Daniel Unwin, profesor de Oxford en la década de
1930, mostró en su libro Sexo
y Cultura que la Cultura con mayúsculas sólo puede
existir con unas claras normas sexuales.
La cultura cristiana europea se basa en el
ideal de la monogamia.
Ahora asistimos a una revolución cultural que derroca la moral sexual. Las
graves consecuencias que se derivan de ello son obvias: la destrucción de la
familia y la crisis demográfica. Pero los poderes mundiales siguen obligando a
todas las naciones a emprender esta revolución sexual.
Un motivo obvio para estas políticas destructivas es reducir
la población de la tierra. Esta es la política exterior que siguen los EEUU
desde la década de 1970. Pero el verdadero problema es el declive demográfico,
al que se enfrentan casi todas las naciones industrializadas, y que ahora está
empezando incluso en los países en desarrollo”.
Frente
a esta situación, es tranquilizante ver el ejemplo de países como Paraguay y
Polonia que se han negado rotundamente a ser manipulados por la presión de una
cultura de países envejecidos.
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