Mural de DL
En reciente artículo de la
Lic. Inés Aizpún, por quien tengo un gran
respeto, planteaba el tema de la unión
de parejas homosexuales. Desde luego los católicos, como todo ciudadano,
aceptamos y aceptaremos las leyes que se promulguen al respecto; si queremos
que sean tolerantes con nosotros, debemos mantener tolerancia hacia las
opiniones ajenas. Sabiendo que aceptar no es aprobar ni aplaudir.
Efectivamente a la unión entre
homosexuales no se le puede llamar matrimonio puesto que no lo es; en este
caso, la cuestión del nombre no es pequeña; lo que define al matrimonio, piedra
de la familia y base de la sociedad es una institución natural bien definida
por la naturaleza y por las leyes. Si se decide legalizar nuevas uniones
sexuales y la democracia lo exige se respeta pero, es más claro para todos,
incluso para los mismos homosexuales, que tengan su propia denominación.
Muy cordialmente
Javier Ordovás
Economista
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